.Orlando
Guevara Núñez
El
26 de septiembre de 1983, mediante el acuerdo 207 del Consejo de Estado, a
propuesta del Presidente de este órgano, Fidel Castro Ruz, le fue conferido a Santiago de Cuba el Título Honorífico de Ciudad Héroe de la
República de Cuba y la Orden Antonio
Maceo.
La
argumentación de esas tan altas condecoraciones, fueron recogidas en el
acuerdo. Los párrafos aquí seleccionados, son demostrativos de la justeza del reconocimiento y del merecimiento del
pueblo santiaguero al recibirlo.
“La
ciudad de Santiago de Cuba ha obtenido extraordinarios méritos históricos por
su decisiva contribución a la total y definitiva independencia de la nación
cubana, sus tradiciones patrióticas, revolucionarias y de profunda raíz popular
forman parte de las más gloriosas luchas del pueblo cubano y son expresiones
genuinas de nuestra nacionalidad, del ideario independentista y del batallar de
la clase obrera por alcanzar la verdadera independencia”.
“Ha sido cuna y fragua de héroes de la recia
estirpe de los Maceo, de Guillermón Moncada y de una legión de generales mambises, personalidades de relieve
internacional como Pablo Lafargue, de jóvenes de estatura moral y de recia
entereza de Frank País, su hijo más entrañable de la etapa contemporánea”
“Santiago
de Cuba fue el escenario de la última batalla del Ejército Libertador que
consumó la derrota del poder colonial español en 1898 y al que la soberbia del
interventor imperialista negó el derecho a entrar a la ciudad a celebrar la victoria”
“En
su ámbito resonó la clarinada insurgente del 26 de Julio de 1953 que convocaba
a la carga final para culminar la centenaria lucha de los cubanos por su
independencia. Sus calles y sus plazas acogieron, por primera vez, a los
combatientes de la libertad, vestidos con el glorioso uniforme verde olivo, el
30 de noviembre de 1956. Los hogares santiagueros se convirtieron en bastiones
y refugios de luchadores contra la tiranía y la ciudad toda fue, después del
desembarco del Granma, no solo uno de los puntales del Ejército Rebelde, sino
además, escenario de un heroico y desigual combate, sin tregua ni reposo,
contra las fuerzas represivas, protagonizado masivamente por el pueblo y con
activa participación de las mujeres santiagueras”.
“En
las condiciones más difíciles y, al parecer insuperables de la lucha
insurreccional, la inmensa mayoría de la población de Santiago de Cuba cumplió
con singular arrojo y disciplina todas las consignas de resistencia y de
combate que orientara el movimiento revolucionario, hasta el día del triunfo
popular, en enero de 1959, en que entraron a la ciudad bravía, volcada en
fiesta por calles y plazas, las
victoriosas huestes liberadoras, esta vez sin el estorbo del imperialismo”.
“Durante
25 años de edificación socialista, Santiago de Cuba ha sido siempre digna de
sus tradiciones patrióticas y revolucionarias. El pueblo santiaguero escribe
hoy en el trabajo, en la defensa de la Patria y en las nobles trincheras del
internacionalismo, las nuevas páginas de la historia de la ciudad, como
justo
tributo a los que ayer forjaron el pasado glorioso de esta tierra rebelde,
hospitalaria y heroica”.
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