martes, 27 de enero de 2015

Cuba-Estados Unidos Que al camino iniciado no le falten caminantes



.Orlando Guevara Núñez
Advierto, antes de comenzar estas líneas, que no soy un experto en el análisis de temas internacionales. Me auto declaro, eso sí, un  especialista, como millones de cubanos,  en haber vivido, sufrido, resistido y vencido el bloqueo norteamericano a Cuba. Recién comenzaba mi vida laboral cuando fue iniciada esa guerra económica contra Cuba, a la que erróneamente los gobernantes estadounidenses llaman “embargo” tratando de ocultar su verdadero contenido. Ya estoy jubilado y el bloqueo sigue en pie.
Un documento oficial norteamericano,  en abril del  año 1960, revela las macabras intenciones de esa agresión. “El único medio previsible para enajenar el apoyo interno es a través del desencanto y el desaliento basados en la insatisfacción y las dificultades económicas. Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba. Una línea de acción que tuviera el mayor impacto es negarle dinero y suministros a Cuba para disminuir los salarios reales y monetarios a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.
Esa fue la esencia criminal del bloqueo que ya dura más de cinco décadas. Recuerdo que en esos días, Cuba fue privada del suministro del petróleo, de la cuota azucarera, que era el principal renglón exportable. Nos quedamos sin tener a quien venderle ni a quien comprarle. Ha sido, desde entonces, un asedio implacable que ha afectado toda la vida económica, social y política del país. El bloqueo ha causado a Cuba más de un millón de millones de dólares. Solo conociendo esa historia, podría comprenderse la afirmación del General de Ejército Raúl Castro de que mantener esta Revolución durante más de 50 años es la principal proeza del pueblo cubano.
Pero no ha sido solo una guerra económica. A esa larga historia hay que añadir los actos terroristas y las agresiones que después del triunfo de enero de 1959  costaron a Cuba , en los primeros años, 3 478 muertos y 2 099 discapacitados permanentes.
Sólo entre diciembre de 1961 y enero de 1963, como consecuencia del llamado Proyecto Cuba, aprobado por el gobierno de los Estados Unidos en el primer año mencionado, Cuba sufrió 5 780 acciones terroristas, entre éstas 716 sabotajes de envergadura en instalaciones industriales.
Por estas  razones, cuando el 17 de diciembre del pasado 2014 escuché los discursos de nuestro presidente, Raúl Castro, y de Barack Obama, mandatario de los Estados Unidos, expresando su disposición de restablecer relaciones diplómaticas, me sumé a quienes consideran esa decisión como un triunfo del pueblo cubano. El mundo entero ha celebrado ese histórico acontecimiento. Después vinieron  las conversaciones de los días 21 y 22 del presente enero, las que, evidentemente, constituyen un paso de avance.
Quedaron  expresadas , pese a las profundas diferencias, las intensiones de continuar trabajando para establecer  las relaciones.  Apoyo sin reservas la posición cubana de estar dispuesta a discutirlo todo, pero de igual a igual, sin menoscabo de la soberanía, sin ceder un milímetro en la posición de principios que nos ha sostenido hasta hoy.
Cuba ha reiterado  que todo acuerdo, en esta materia,  debe estar ceñido a las normas del Derecho Internacional  y de la Convención de Viena, donde se establece el principio  del respeto recíproco a los sistemas económicos y políticos y la no injerencia en los asuntos internos de los Estados.´
El principal  obstáculo, como se ha dicho, es el mantenimiento del bloqueo. El presidente Obama ha calificado esta medida como un fracaso y ha dicho que esa política  es un pretexto de Cuba para imponer limitaciones a los cubanos. Es como si el lamento fuera no por los daños causados a nuestro país, sino por no haber podido destruirlo por esa vía, por lo cual se continará el empeño a través de otros métodos.
Estados Unidos rompió relaciones con Cuba el 3 de enero de 1961. En enero del siguiente año Cuba fue expulsada de la OEA. El 3 de febrero de 1962 se firmó por el presidente Keneddy el bloqueo  que hoy persiste. Estados Unidos y la  OEA declararon a Cuba no compatible con el sistema interamericano. Hoy está demostrado que los incompatibles con ese sistema son los que trataron de aislar y afixiar a nuestro país. Los aisladores han terminado aislados.
Se ha enfatizado por la parte norteamericana en discutir sobre la democracia y los derechos humanos en Cuba. Curioso: los principales violadores de los derechos humanos de nuestro pueblo – y a la vez culpables de que en el mundo existan tanto millones de humanos sin derechos- están ahora “precupados” por  nosotros. Para contribuir a ese fin, solo tendrían que abolir el bloqueo, las Leyes Helms Burthon, Torricelli y de Ajuste Cubano, y cesar su política hostil hacia Cuba. Lo demás, nos corresponde única y exclusivamente a los cubanos.
Claro, las diferencias entre ambos países son varias y profundas. Estados Unidos es capitalista –agréguesele imperialista- y Cuba es socialista. El problema consiste en cómo establecer relaciones respetando lo escogido y aplicado  por cada cual.
Obama se lamentó de la no existencia aún en su país  de medidas eficaces para el cuidado infantil universal, la licencia pagada por enfermedad, para que la mujer reciba igual salario que el hombre cuando realiza igual trabajo, para que se ejerza el derecho de la mujer a la maternidad y reciba asistencia médica acorde con ese fin. Reconoció la necesidad de dar cobertura de salud para los millones de residentes en ese país que no la tienen, así como también  proporcionar el acceso a la Universidad sin la obligación de endeudamientos que hoy agobian a los estudiantes norteamericanos.
El presidente de Estados Unidos reconoce el fracaso de esos objetivos en su país. No enfoca, desde luego, que ese fracaso no es solo de gobiernos de turno, sino,en esencia, un fracaso del sistema. En todas esas materias, Cuba, el país bloqueado, puede servir de ejemplo a sus bloqueadores. Y esos son derechos humanos esenciales. Una palpable demostración de que lo fudamental de las riquezas de una nación no está solo en su cuantía, sino en cómo está se distribuidas.
Otras conversaciones se realizarán. Reitero mi apoyo a que así sea. Es de esperar que el presidente Obama, si es consecuente con su decisión, indudablemente valiente, adopte algunas medidas, dentro de sus prerrogativas,  que abran brechas en el bloqueo y continúe su labor para lograr un acuerdo favorable  del Congreso en relación con el tema
Cuba se le adelantó  más de medio siglo a los Estados Unidos en plantear la necesidad de ese diálogo franco, respetuoso, que conduzca a una paz segura, amistosa y asentada sobre  la colaboración. El proceso iniciado, como se ha dicho, no será corto ni fácil, pero, lo importante es que ya comenzó su marcha .Para bien de todos, al camino iniciado no deben faltarle caminantes. Así lo veo, como parte de un pueblo que ha pagado y paga tan alto precio por  seguir siendo lo que somos y no volver  a ser nunca  lo que fuimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario