.Orlando Guevara Núñez
El actual gobierno de los Estados Unidos- como todos sus antecesores desde el triunfo de enero de 1959- utiliza hoy las más sucias mentiras para justificar su intención de destruir la Revolución. Ahora vuelve con la farsa de que Cuba no coopera en la lucha contra el terrorismo. Otras veces han dicho que nuestro país promueve ese crimen del cual, en realidad, son ellos los principales protagonistas en el mundo.
Cuba nunca ha practicado el terrorismo contra Estados Unidos, ni contra ninguna otra nación en el mundo. Pero lo que sí puede afirmarse es que nuestro país se cuenta entre los que más han sufrido ese mal, elevado a la categoría de política de estado en ese país imperial.
Y es conveniente no borrar la memoria histórica sobre esta criminal y genocida acción permanente contra la Revolución cubana. Un artículo periodístico no podría recoger esa vasta “obra” que ha pretendido protegerse con el disfraz de democracia, derechos humanos y antiterrorismo. Escojo solo algunos ejemplos.
En los años desde 1959 a 1965, a través de la CIA, Estados Unidos, organizó, armó y financió 299 bandas con 3 995 mercenarios que asesinaron a campesinos, obreros, maestros, mujeres, ancianos y niños, hasta ser externadas. Esa lucha le costó al pueblo cubano 549 vidas de combatientes revolucionarios, además de centenares de heridos. Desde noviembre de 1961, hasta enero de 1963, Estados Unidos materializó contra Cuba 5 780 acciones terroristas, 716 de éstas sabotajes de envergadura contra instalaciones industriales. Víctima de tantos hechos terroristas, 3 478 cubanos perdieron la vida y 2099 sufrieron invalidez permanente.
Ahí están todavía sin curarse los daños de crímenes como el sabotaje al vapor La Coubre, con más de un centenar de víctimas mortales; el derribo en pleno vuelo del avión de Cubana, donde perecieron 73 personas: el bombardeo a los aeropuertos de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba, el 15 de abril de 1961, donde murieron 12 cubanos: la invasión mercenaria de Playa Girón, derrotada en menos de 72 horas al costo de 176 combatientes caídos y unos 300 heridos.
Súmense a estos bárbaros crímenes, las decenas de secuestros de aviones y barcos pesqueros, con un doloroso costo de vidas y el robo de dichas naves. No olvidamos los ametrallamientos a objetivos económicos, la quema de cañaverales, la introducción de enfermedades como el dengue hemorrágico y la introducción de plagas contra el café, la caña, el tabaco, el cítrico y otros cultivos, así como contra animales.
En octubre de 1962, Cuba fue amenazada con el exterminio nuclear y solo preservamos la vida porque fuimos capaces de arriesgarla. Ese año, Estados Unidos había establecido un calendario- desde marzo hasta octubre- que concluía con la derrota de la Revolución, incluyendo la variante de una agresión armada directa.
Fueron tan ruines esos sabotajes, que el 28 de mayo de 1961 prendieron fuego a un cine en Pinar del Río, durante una función infantil, resultado heridos 26 niños. Es imposible olvidar los 637 intentos de asesinato contra nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro.
Los daños para el pueblo cubano, ocasionados por el terrorismo yanqui, han sido cuantiosos y dolorosos. Pérdida de vidas, personas incapacitadas, recursos perdidos, afectaciones millonarias a la economía. Privaciones de todo tipo para el pueblo.
Pero aquí estamos. Y seguiremos de pie. Siempre dispuestos a seguir siendo lo que somos y no regresar jamás a lo que fuimos. Las mentiras y agresiones solo conseguirán hacer más fuerte nuestra convicción martiana de que es más hermoso levantar la frente que bajarla.
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