.Orlando Guevara Núñez
El gobierno de los Estados Unidos, con Biden a la cabeza, está demostrando que en ese país la mentira y el engaño crecen como plantas silvestres, al amparo, más que de un presidente, de un sistema.
Triste papel el de un país poderoso que quiere ser líder mundial sobre la base de avasallar a otros pueblos. Lo que no han logrado ganar con el prestigio, quieren ganarlo insultando, amenazando, sancionando y en otros casos financiando campañas, sosteniendo a mercenarios, robando recursos y tratando de derribar gobiernos legítimos, mucho más legítimos que el suyo.
No importa que las mentiras estén suficientemente desprestigiadas. Necesitan de ellas. Ahora, contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, repiten el bocadillo de su preocupación por los derechos humanos. Eso viene, precisamente, de los mayores culpables de que en el mundo existan tantos millones de humanos sin derechos.
Y cuando se refieren a las torturas y ejecuciones extrajudiciales en Cuba, solo le falta agregar una verdad. Existen aquí, pero en la ilegal Base Naval de Guantánamo, territorio por ellos ocupado. O lo que es lo mismo: ese crimen es enteramente responsabilidad de ellos. ¿Por qué lo mantienen?
Quieren vender al mundo su democracia, la misma que el propio Biden declaró en crisis cuando su contendiente Donald Trump la atacó, incluso cuando atentó contra ella asaltando el Capitolio. Triste democracia la suya, donde existe la más brutal discriminación racial, donde millones de personas viven en la pobreza extrema mientras los ricos se hacen cada día más ricos; donde millones de niños tienen como techo el cielo y como lecho el suelo: donde decenas de millones de personas solo alcanzan a leer las rutas de los ómnibus.
Triste la democracia donde la gente- y no toda- tiene el derecho al voto solo para elegir a gobernantes que luego de escalar el poder lo utilizan para incrementar sus arcas y viven de espaldas a las necesidades del pueblo. Si de verdad fueran partidarios de la democracia, debían venir a Cuba para aprender de un pueblo que es gobierno y de gobierno que es el pueblo.
Biden continúa el camino imperial de fabricar enemigos, de engañar a su propio pueblo y tratar de hacer igual con la opinión pública mundial. Necesitan de esa mentira como necesitan las personas respirar para vivir. Necesitan no la creación de un pueblo culto, sino de un pueblo embrutecido, capaz de apoyar sus inmoralidades.
Esas mentiras, esas acusaciones falsas, han sido siempre el preludio de nuevas medidas contra nuestro país. Si ese es el camino escogido, no tendrán otro remedio que seguir cosechando derrotas. Cuba continúa avanzando y está demostrando al mundo que las mentiras yanquis no nos amilanan, nos hacen más fuertes y a ellos más impotentes y débiles. Hemos sido, somos y seguiremos siendo, un pueblo de ¡Patria o Muerte!, de ¡Socialismo o Muerte! y de ¡Venceremos! Mientras tanto, como perros rabiosos, que le sigan ladrando a la Luna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario