martes, 2 de febrero de 2021

Hacia el VIII Congreso del Partido (IX) El Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba

 


.Orlando Guevara Núñez

El tránsito de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) hacia el Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC) fue un cambio radical en la vida del Partido, en su estructura, en su integración, en la composición social de sus militantes y en su vinculación con las masas.

Es de justicia decir que los cambios producidos, constituyen un valioso aporte de Fidel a la construcción y organización de un partido dirigente, en las condiciones de un país donde no fue el Partido quien hizo la Revolución, sino la Revolución quien hizo al Partido.

Los Núcleos Revolucionarios Activos, organizaciones de base de las ORI, seleccionaban a sus militantes de forma arbitraria. Y eran vulnerables ante las deformaciones.  Así definiría Fidel ese fenómeno:

 

"¿Qué era el núcleo? ¿Un núcleo revolucionario?  Se estaba convirtiendo el núcleo en un cascarón de revolucionarios, concededor de mercedes, que quitaba y ponía funcionarios, quitaba y ponía administradores, y en consecuencia, no iba a ser rodeado por el prestigio que debe tener un núcleo revolucionario, emanado única y exclusivamente por su autoridad ante las masas, por sus integrantes como modelo de trabajadores, como prototipos de revolucionarios, sino porque era el núcleo donde podía recibirse un favor, esperar un favor, una merced, un daño o un bien. Y alrededor de los núcleos se iban, naturalmente, creando las condiciones para formar una cohorte de aduladores, que no tiene nada que ver con el marxismo ni con el socialismo".
"Desde luego, que esa no era la política de masas ni generalizada, pero sí era un método establecido de la tolerancia con cualquier falta; crear el espíritu de casta, crear el espíritu de camarilla, porque todo eso venía muy bien con la política de crear un aparato para fines y ambiciones de tipo personales".
"Un Partido revolucionario marxista-leninista, vanguardia de la clase obrera, es una asociación libre de revolucionarios, donde todos los revolucionarios siguen una política de método, de principios, política que garantiza a todos por igual, al que trabaja, al que cumple. Política que garantiza a todos contra la injusticia, contra el abuso de poder, contra la discriminación, contra el maltrato, contra todas esas cosas, que todos se sientan por igual garantizados, el nuevo, el viejo".

“Lo mejor de los trabajadores del país debe estar en ese Partido”, puntualizó  Fidel, señalando, además, que el primer requisito para ser del Núcleo, debía  consistir en ser un trabajador ejemplar, uniendo a esa cualidad las de aceptar la Revolución Socialista, la ideología de la Revolución, desear pertenecer al Núcleo, aceptar las responsabilidades que imponía ser de un Núcleo y tener una vida limpia, sin antecedentes de relaciones con la tiranía.

Para lograr ese objetivo, ¿Cómo se realizó el trabajo?

A partir de ese análisis fueron creadas las comisiones de trabajo con la misión de reestructurar  las ORI y construir el PURSC.

El primer paso consistía, previo análisis de las potencialidades en cada lugar, en realizar las Asambleas de Obreros Ejemplares en los centros laborales. En esas asambleas, eran las masas quienes proponían y aprobaban a los mejores trabajadores. Y de esa cantera- sumados los integrantes de los núcleos de las ORI- el Partido seleccionaba a sus militantes. Cada proposición era debatida con amplitud, con el requisito de la persona propuesta estuviera de acuerdo. Otros pasos seguían después.

Cada obrero ejemplar debía hacer una autobiografía, que debía ser amplia. La Comisión lo anotaba todo, a la vez que preguntaba mucho, con el objetivo de profundizar sobre cualquier hecho o etapa vividos por el entrevistado. Y siempre, al final, había tres preguntas cuyas respuestas debían quedar bien claras: si se mantenía el deseo del ingreso al Partido, si se creía con condiciones para ese ingreso y si estaba dispuesto a cumplir, incondicionalmente, la disciplina del Partido y las tareas que éste le encomendara. Lo de incondicional se juzgaba con bastante rigor.

Pero faltaba otro paso importante: La reunión conjunta, llamada también de crítica y autocrítica. En esa ocasión, se reunía a todos los obreros ejemplares. Cada uno de ellos debía repetir su autobiografía. Y todos debían opinar sobre el evaluado y expresar su criterio de si tenía o no cualidades para ingresar al Partido. Eran reuniones largas, pero el interés del tema no dejaba espacio al tedio.

 Al final, la Comisión reunía toda la documentación y elaboraba sus conclusiones. Pero el dictamen sobre el ingreso o no al Partido, precisaba de una reunión con la Dirección Regional, con la presencia, en todos los casos, de un integrante del Buró Provincial del Partido.

   Ya elegidos los militantes, se reunía a todos los compañeros procesados, para informarles las conclusiones. Las decisiones eran comunicadas una a una y se explicaba minuciosamente las razones por las cuales algunos compañeros no obtenían la militancia.

Restaban entonces dos importantes pasos para concluir el proceso: la presentación

de militantes y aspirantes ante las masas y la constitución del Núcleo del Partido Unido de  la Revolución  Socialista de Cuba. En el primer caso, se pedía de nuevo a las masas el criterio sobre los compañeros admitidos en el Partido. Hubo ocasiones en que la opinión de las masas determinó nuevos análisis y rectificación de decisiones.

 

 

Así fue surgiendo el Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba. Él  fue, desde el inicio, un fruto genuino de la unidad de nuestro pueblo en torno a Fidel, a la Revolución y al Socialismo.  Fruto también de la ilimitada confianza de Fidel en las masas, porque no  se trataba  de una consulta formal con ellas, sino de que el Partido surgía de su seno, de esa cantera que siempre respondió, como lo hace hoy, a la misión de ser veladora del prestigio y autoridad de los hombres y mujeres que ingresaban al que ahora sí podían con razón llamar ¡Nuestro Partido!

   El sectarismo cedía de esa forma un importante terreno, ganado por las nuevas ideas planteadas por Fidel cuando en su intervención del 26 de marzo de 1962 dijo: “Porque entendemos, compañeros, que a partir de este momento debe cesar toda diferencia entre viejo y nuevo, entre la Sierra y el Llano, el que tiró tiros y el que no tiró tiros, el que estudió marxismo y el que no estudió marxismo antes; que a partir de este momento, nosotros tenemos que ser una sola cosa”.

Ese proceso, con igual rigor, tuvo como escenario poco después a las bases campesinas y también a las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Siempre con el principio del criterio de las masas. Y siempre con el criterio y la práctica de que el Partido no ofrece privilegios, ni prebendas. Ofrece solo sacrificio y lucha.

El Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba se mantuvo hasta el 3 de octubre de 1965, fecha en la que cambió su nombre por el actual: Partido Comunista de Cuba. El único que tenemos, necesitamos y defendemos. El Partido  de Fidel, de Raúl. El Partido de todos los cubanos.

 

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