jueves, 31 de mayo de 2018

Cuba y Venezuela: ¿Casualidad? No. ¡Continuidad!




.Orlando Guevara Núñez
Que Cuba y Venezuela estén hoy a la vanguardia de la Revolución y del  antiimperialismo  en América Latina, no es una casualidad. Es una continuidad histórica. Lo que sucede hoy, tiene raíces en lo sucedido desde siglos atrás.
En Venezuela nació Simón Bolívar, El Libertador, el hombre cuyo pensamiento y acción  trascendieron fronteras. Bolívar  vio  la lucha y el triunfo como unidad de pueblos, no como un pueblo aislado. Y vislumbró el peligro de los Estados Unidos como enemigo de la independencia de nuestros pueblos de América.  “Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para a plagar la América de miseria, en nombre de la libertad”. Fue el héroe más grande de la epopeya libertaria contra el colonialismo español.
En Cuba, a los 23 años de haber muerto Bolívar,  nació José Martí, el Apóstol de nuestra independencia. Ardiente  defensor de las ideas del Libertador. “De Bolívar se puede hablar con una montaña por tribuna, o entre relámpagos y rayos, o con un manojo de pueblos libres en el puño, y la tiranía descabezada a los pies”
También diría el Héroe Nacional Cubano: ¡Pero así está Bolívar en el cielo de América, vigilante y ceñudo, sentado aún en la roca de crear, con el inca al lado y el haz de banderas a los pies; así está él, calzadas aún las botas de campaña, porque lo que él no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy: porque Bolívar tiene que hacer en América todavía!
Y tuvo Martí un pensamiento y una acción en plena correspondencia con el nuevo tiempo que le tocó vivir. Fue latinoamericanista, fue antiimperialista y denunció la esencia del naciente imperio norteamericano.
 “Ya estoy todos los días en peligro  de dar mi vida por mi país y mi deber- puesto que lo entiendo y tengo fuerzas para realizarlo-  de impedir a tiempo con la independencia de Cuba, que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso”. “Conozco el  monstruo porque viví en sus entrañas, y mi honda es la de David”
Pero Martí cayó en combate sin poder ver realizada su obra de derrotar al  colonialismo español  y edificar la república que sonó.
No es casualidad que haya sido Bolívar el protagonista de la primera independencia de los pueblos de América, y haya sido Martí quien proclamó que había llegado la hora de la segunda independencia americana.
No es extraño, que haya sido en Cuba, suelo martiano, donde nació Fidel Castro Ruz, el joven revolucionario que el 26 de julio de 1953 protagonizó el asalto a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo. Y que ante el tribunal que lo juzgaba por aquella acción, proclamara que el único autor intelectual del  hecho era José Martí.
Luego del Moncada vino la prisión, después el exilio en México. Le siguieron el desembarco del Granma, la lucha en la Sierra Maestra, y el primero de enero de 1959, ¡la victoria!  El ideal martiano se convirtió en fuerza de pueblo. No es casual que el primer país visitado por Fidel luego del triunfo haya sido Venezuela, el 23 de enero de ese mismo año.
Fidel se convirtió no solo en líder cubano, sino latinoamericano y más allá. Comandante de América lo llamaron muchos. Patriota, latinoamericanista, antiimperialista. Como Martí, decidió echar su suerte con los pobres de la tierra.
Y no es casualidad que en Venezuela, suelo bolivariano, haya nacido Hugo Chávez Frías, un año después del asalto moncadista en Cuba. Luchó por la libertad de Venezuela, sufrió prisión, pero alcanzó la victoria.
No es casualidad que Fidel Castro y Hugo Chávez se unieran para seguir haciendo en América lo que a Bolívar y Martí les quedó pendiente por los holocaustos de Santa Marta y de Dos Ríos.
No es casualidad que el 26 de julio de 1822, se reunieran en Guayaquil, Ecuador, Simón Bolívar y José de San Martín, en pos de la victoria decisiva contra el coloniaje  español. Y que exactamente 131 años después, haya comenzado en Cuba la última etapa de lucha por la libertad y la independencia.
No es casualidad que José Martí haya tenido que salir, forzosamente, de Venezuela, el 28 de julio de 1881. Y que exactamente 63 años después haya nacido allí Hugo Chávez, un ferviente martiano.
Pero Cuba y Venezuela han estado unidas no solo en la historia, sino también en la sangre. Y tampoco es casualidad que el 8 de mayo de 1935 haya caído en Cuba, un patriota venezolano Carlos Aponte, junto al revolucionario  Antonio Guiteras, ambos asesinados por la dictadura de turno.
Y que el día 8 de mayo de 1967, exactamente 32 años más tarde, cayera en una playa venezolana, en cumplimiento de su deber internacionalista, el joven revolucionario cubano Antonio Briones Montoto.
En todas estas cosas pensé cuando se abrazaban, allá en Venezuela, los presidentes Miguel Díaz Canel, de Cuba, y Nicolás Maduro, de Venezuela. Abrazo de hermanos, continuidad  de Bolívar y de Martí, de Fidel y Chávez. De Cuba y Venezuela, baluartes todos de la libertad y la independencia americana.

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