.Orlando Guevara Núñez
Obra pedida agotada. Con esas tres palabras, texto firmado por Editorial Divulgación y
dirigido a Arturo Duque de Estrada, llegó a Santiago de Cuba, procedente de
México, el aviso de la salida del yate
Granma.
El calendario marcaba el 27
de noviembre de 1956. En realidad, el remitente del telegrama era Fidel Castro y
el destinatario el joven revolucionario santiaguero Frank País García.
Ambos habían sostenido, en
agosto y octubre de ese mismo año, dos reuniones en la hermana nación azteca,
donde desde el 7 de julio de 1955 radicaba Fidel preparando la expedición que
desembarcaría en tierras cubanas para reiniciar la lucha armada contra la
tiranía de Fulgencio Batista.
En esos encuentros se había
acordado que, para apoyar el desembarco y distraer las fuerzas de la dictadura
e impedir que pudieran concentrarse las tropas contra los expedicionarios, se
realizara un levantamiento armado en la ciudad de Santiago de Cuba.
El yate Granma, con 82 combatientes a bordo, encabezados por Fidel,
había zarpado el día 25 de noviembre y se estimaba llegara a las costas
orientales cubanas el 30 de igual mes, objetivo que no pudo lograrse por las
malas condiciones del tiempo. El desembarco se produjo dos días después de la
fecha prevista, el 2 de diciembre de 1956.
Se cumplía así la palabra
empeñada públicamente por Fidel, al afirmar que “En el 56 seremos libres o
seremos mártires”. Y la historia reafirmaría luego su predicción de que “Si
salimos, llegamos; si llegamos, entramos; si entramos, triunfamos”.
El telegrama fue recibido por
Arturo Duque de Estrada- cercano colaborador del jefe clandestino- en su
domicilio, ubicado en San Fermín 358 y entregado a otro destacado
revolucionario santiaguero: José Tey, quien lo hizo llegar a las manos de Frank
País.
Faltaban exactamente tres
días para concretar todos los detalles de la acción, pero bastaron para que las
fuerzas revolucionarias fueran alistadas y cumplieran el compromiso contraído
con el máximo jefe revolucionario.
Para esa fecha, Frank País
había sido nombrado por Fidel como jefe de Acción y Sabotaje del Movimiento
Revolucionario 26 de Julio en Cuba.
En la mañana del 30 de
noviembre, la ciudad de Santiago fue escenario de un levantamiento armado que
incluyó los ataques a la Estación de la Policía Nacional, la cual fue reducida
a cenizas ante la imposibilidad de tomarla. Se atacó y tomó la Estación de la
Policía Marítima y fueron realizadas
acciones en la ciudad y otros puntos del país. Una acción importante, el
cerco al Cuartel Moncada y el lanzamiento de un mortero a esta instalación,
falló por haber caído presos los responsables de la acción la noche del día 29.
Santiago de Cuba se levantó
en armas el 30 de noviembre de 1956, cumpliendo así la palabra empeñada con la
Revolución. A partir de entonces la lucha revolucionaria entró en una nueva
fase de intenso quehacer que no cesaría hasta el triunfo del 1ro. de enero de
1959.
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