.Orlando Guevara Núñez
El
25 de noviembre de 1956, salió desde Tuxpan, México, el yate Granma, con 82 expedicionarios a bordo,
rumbo a Cuba, para reiniciar la lucha armada contra la tiranía batistiana.
La
embarcación, con capacidad real para unas 25 personas, luego de una travesía
azarosa, llegó a Los Cayuelos, lugar cercano a Playa Las Coloradas, Niquero, al
sur de la otrora provincia de Oriente, en la mañana del 2 de diciembre.
El
desembarco fue aún más dificultoso, por tener que atravesar los expedicionarios
un área cenagosa y cubierta de mangle y yerbas de cortadera, lo cual motivó que
el Che calificara ese hecho, más que un desembarco, como un naufragio.
Tres
días después de su llegada a tierra cubana, se produjo el bautizo de fuego del
naciente ejército Rebelde, con su jefe al frente, Fidel Castro Ruz.
En
la tarde del 5 de diciembre, se produjo el encuentro en el cual la tropa
rebelde fue sorprendida y atacada con medios de guerra superiores a la que ésta
poseía, incluyendo la aviación.
En
combate, sin embargo, murieron solo tres expedicionarios. Se produjo una
dispersión en varios grupos que fueron tenazmente perseguidos. En esos días,
otros 18 revolucionarios fueron brutalmente asesinados, luego de ser hechos
prisioneros. El último de ellos fue Juan Manuel Márquez, quien vino como
segundo jefe de la expedición.
Después
del cese de las matanzas, otros 21 prisioneros fueron mandados a prisión; 22
lograron evadir el cerco y salvaron la vida, mientras que el resto logró
internarse en las estribaciones de la Sierra Maestra para unirse a Fidel y
proseguir la lucha en las montañas.
En
el salvamento y reagrupación de los expedicionarios, fue decisiva la labor de
los grupos de apoyo creados por Celia Sánchez Manduley y Frank País García, y
encabezados por valiosos colaboradores, como fueron Crecencio Pérez Montano y
Guillermo García Frías, quienes posteriormente alcanzaron el grado de Comandante
del Ejército Rebelde.
El
18 de diciembre, se produce el histórico encuentro entre Fidel y su hermano
Raúl, quien vino con el grado de capitán y jefe del pelotón de retaguardia en
la expedición. En el lugar conocido como Cinco Palmas, se realizó ese
encuentro. Fue allí donde Fidel le preguntó a Raúl cuántas armas traía. Y al
recibir la respuesta de que eran cinco, hizo una exclamación con visión de
futuro: “Y dos que yo tengo son siete, ¡Ahora sí ganamos la guerra!”
Se
emprendía una lucha contra un ejército profesional integrado por más de 40 000
efectivos, bien armado con aviación, artillería, tanques, aviones y fuerzas de
marina de guerra.
El
17 de enero de 1957, a sólo mes y medio del desembarco, se produjo el ataque
guerrillero al cuartel de La Plata, lugar situado en la misma costa sur
oriental, justo entre el mar y las montañas, en el cual se obtuvo la primera
victoria rebelde contra la tiranía batistiana.
Esa
acción militar, desmintió las mentiras gubernamentales de que los
expedicionarios, incluyendo a Fidel, habían sido exterminados, al tiempo que
demostró la capacidad del naciente ejército rebelde para atacar y rendir
guarniciones enemigas. Atrajo también el apoyo de la población campesina y el
movimiento revolucionario en las ciudades a la lucha armada.
El
28 de mayo de 1957, tuvo lugar el ataque al
cuartel de El Uvero, también en la costa suroriental, con una aplastante
victoria rebelde, que el Che catalogó como la acción donde la guerrilla alcanzó
su mayoría de edad.
Luego
vendría la adaptación de las guerrillas a la vida en las montañas, su
incremento con combatientes obreros, campesinos, estudiantes. Había nacido el
Ejército Rebelde, pilar primero de la lucha, el combate y la victoria que tuvo
su escenario final el 1ro. de enero de 1959, cuando las tropas rebeldes, al
mando de Fidel, entraron victoriosas a la ciudad de Santiago
de Cuba.
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