domingo, 3 de abril de 2022

Sobre las columnas, que son siempre pocas, se levantan los templos


Orlando Guevara Núñez

“Solo estimo verdaderamente a los hombres que, como usted, no han perdido el entusiasmo por las cosas grandes en el gozo de las comodidades de la vida”. Así le escribe Martí a su amigo Emilio Brunet. La carta está firmada el 10 de mayo de 1894, en Nueva York.


El texto es corto. El tema es los preparativos de la guerra. Y le dice: “No le pintaré el desasosiego en que vivo hasta que esté atendida toda nuestra obligación: no se puede jugar con la muerte: sobre todo, con la muerte de los demás.

“Adelante, Doctor: sobre las columnas, que son siempre pocas, se levantan los templos”.  Es como si le dijera que una obra grande se levanta con hombres grandes, que en el inicio del proceso son pocos.

 

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