viernes, 17 de mayo de 2019

La Reforma Agraria cubana benefició no solo a los campesinos, sino, además, a los obreros agrícolas, que no tenían una pulgada de tierra para sembrar, y solo poseían trabajo dos o tres meses al año. Al intervenirse los latifundios, se crearon cooperativas y se fomentaron planes agrícolas que erradicaron en nuestra gente del campo el hambre, la miseria y la explotación. Al mismo tiempo, recibieron, junto a los campesinos, todos los beneficios de la salud, la educación, la cultura, el deporte y, sobre todo, el derecho a la dignidad plena del hombre.

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