.Orlando
Guevara Núñez
Seis
de marzo de 1958. Montañas de la Sierra Maestra. Un grupo de 57 guerrilleros –entre
ellos dos mujeres- llegan a un lugar conocido como Puerto Arturo. Formaban
parte de la Columna 3 “Santiago de Cuba”, al mando del recién ascendido a
Comandante del Ejército Rebelde, Juan Almeida Bosque.
Al
llegar a ese lugar, después de seis
largas y agotadoras de camino a pie, quedaba constituido el Tercer Frente
Oriental” Dr. Mario Muñoz Monroy”. Se cumplía, de esa forma, una decisión del
Comandante en Jefe Fidel Castro.
Y
desde ese mismo día, comenzaría esta fuerza guerrillera un combate abierto y
sin tregua contra las fuerzas de la dictadura batistiana.
Lograr
que el pueblo conociera la presencia del Ejército Rebelde en las proximidades
de la capital oriental, cercar a Santiago de Cuba y otras ciudades cercanas, y
no permitir la salida de armas y refuerzos de la tiranía hacia lugares atacados
por las fuerzas rebeldes, era el centro de su misión.
Combatiente
del Cuartel Moncada y expedicionario del Granma, destacado en varias acciones
combativas en la Sierra Maestra, Almeida asumía ahora una misión que resultaría relevante para la
derrota final de la tiranía batistiana.
El
1ro. de marzo, desde Pata de la
Mesa, Comandancia de la Columna 4, dirigida por el Che, saldrían la Columna 3 hacia la zona de
operaciones asignada en la propia Sierra Maestra, y la Columna 6 Frank País,
dirigida por el también ascendido a
Comandante, Raúl Castro, cuya misión consistía en abrir otro frente de combate
en el territorio de la
Sierra Cristal.
La
nueva zona rebelde abarcaba unos 6 000 kilómetros
cuadrados, desde las cercanías de Bayamo hasta las de Santiago de Cuba,
incluidos los territorios de Baire, Jiguaní, Contramaestre, Guisa, Santa Rita,
Maffo, Palma Soriano, Aguacate, Ramón de Guaninao, Central América, Dos Palmas,
El Cobre, Melgarejo, El Cristo, El Caney, el sur de San Luis, Loma del Gato y
Chivirico.
Junto
a Almeida, como jefe del Pelotón de Vanguardia, estaba el capitán Calixto
García Martínez, asaltante al Cuartel
Carlos Manuel de Céspedes y
expedicionario del Granma. Y frente al Pelotón de Retaguardia venía el capitán
Guillermo García Frías, primer campesino incorporado al Ejército Rebelde, quien
era, además, el segundo jefe de la
Columna 3.
Entre
la fecha de apertura del Frente y su entrada en combate transcurrió muy poco
tiempo. La primera acción consistió en un ataque a la refinería TEXACO, cercana
a la capital oriental, para distraer a las fuerzas enemigas y proteger el paso
de Raúl y su Columna por la Carretera Central hacia su zona de operaciones.
La acción no fue exitosa, pero hizo conocer que ya el Ejército Rebelde estaba
operando en los alrededores de la ciudad.
Durante
la noche del 10 y la madrugada del 11 de abril, una audaz acción tuvo lugar a
unos 20 kilómetros
de Santiago de Cuba. El poblado de El Cobre fue atacado y ocupado por las
fuerzas rebeldes. Era la primera vez que una cabecera de municipio se tomaba
por el ejército guerrillero, el cual, además, rechazó el refuerzo enviado por
la tiranía e hizo explotar el polvorín de ese poblado, detonación sentida con
fuerza en Santiago de Cuba y que llenó de pánico a las tropas batistianas. La
tiranía no pudo ocultar ese acontecimiento.
Las
acciones combativas se multiplicaron con rapidez. Ataques a cuarteles,
emboscadas y escaramuzas a patrullas y puestos militares, además de numerosos
sabotajes. El Frente crecía y se nutría principalmente de campesinos de la Sierra Maestra
y de obreros. Eran organizados los
pequeños grupos guerrilleros que operaban en la zona antes del 6 de marzo y se
establecían contactos más directos con los combatientes clandestinos de la
ciudad. Día por día el Tercer Frente ensanchaba su dominio, mientras que era
mayor la desmoralización del enemigo.
Las
fuerzas de la dictadura sufrían constantes bajas, perdían armas y otros medios.
Poco a poco se iba materializando el objetivo de cercar a Santiago de Cuba.
El
ejército batistiano, en mayo de 1958, puso en práctica la Ofensiva de Verano, con
el nombre fantoche de Plan FF, o sea, Fase Final o Fin de Fidel. Más de 10 000
efectivos militares bien armados, respaldados por la aviación, artillería,
tanques y la Marina
de Guerra, se abalanzaron sobre la Sierra Maestra, tratando de cercar y aniquilar a
la jefatura rebelde radicada en La
Plata, con Fidel al frente.
Ante
la situación creada y respondiendo a la orden del Comandante en Jefe, las
fuerzas principales del Tercer Frente Oriental regresan al Primer Frente José Martí y junto a él combaten sin
tregua, hasta derrotar la ofensiva enemiga. La palabra empeñada de Fidel de que
ese Frente sería defendido hasta el último combatiente y no sería jamás tomado,
fue cumplida con el valioso aporte de las tropas de Almeida. En el territorio dejado
atrás se continuaban desarrollando importantes misiones ofensivas.
El
descalabro de la tiranía fue aplastante e irreparable. Sus fuerzas, expulsadas
definitivamente de la
Sierra Maestra, se refugiaban en los cuarteles, pero en ellos
eran también acosadas, desalojadas, vencidas. Otra fase de la guerra
revolucionaria entraría pronto en acción: la ofensiva rebelde.
Cumplida
la tarea iniciada en mayo, el Comandante Juan Almeida y su tropa, se
reincorporaron en agosto al territorio de operaciones del Tercer Frente Oriental y se establece la
Comandancia en La Lata. Se centra de nuevo la atención en el objetivo inicial
de cercar a la ciudad de Santiago de Cuba.
Se
multiplican las acciones combativas victoriosas a lo largo de la Carretera Central,
entre Bayamo y Santiago de Cuba. Una nueva Columna, integrada bajo la jefatura
del ya Comandante Guillermo García Frías, se crea el 18 de agosto de 1958 y
recibe la misión de operar entre Palma Soriano y Contramaestre, y logra
hostigar e inmovilizar al enemigo.
La
Columna
10 René Ramos Latour, al mando del capitán René de los Santos, radicada en Loma
del Gato, tendría como zona de operaciones desde la Carretera Central
hasta La Socapa,
mientras que la Nr.
9 Antonio Guiteras, a cargo del luego traidor Hubert
Matos, cubriría desde la Carretera Central hasta Siboney. Al mismo
tiempo los capitanes Calixto García y Universo Sánchez fijaban sus capitanías
en Matías y Filantropía. En las áreas de esos mandos quedaban las cercanías de
Baire, Jiguanì, Santa Rita, Charco Redondo, así como la zona de Hongolosongo y
el tramo de la
Carretera Central entre Palma Soriano y El Cobre. El avance
rebelde era ya incontenible.
A
mediados de noviembre de 1958, otro hecho aporta un nuevo hito al desarrollo de
la guerra revolucionaria. El Comandante en Jefe Fidel Castro se traslada hacia
la zona de operaciones del Tercer Frente Oriental y dirige personalmente la Batalla de Guisa. En esos
días, el máximo jefe rebelde sostiene encuentros con Almeida para planear el
asalto y rendición de las principales plazas militares de Oriente, dando
inicio, de esa forma, la
Operación Santiago, que debía concluir con la toma de la
ciudad.
Una
a una fueron cayendo en manos rebeldes las posiciones enemigas. Las fuerzas al
mando de Fidel, Raúl y Almeida, tomaban y rendían cuarteles, liberaban poblados
e incrementaban con celeridad el territorio libre de Cuba. En Palma Soriano
combaten juntos, por primera vez, los tres Frentes guerrilleros. Y juntos
estuvieron preparados para la batalla final, la toma por asalto de la ciudad de
Santiago de Cuba, acción que no fue necesaria ante la huida del tirano Batista,
el desplome total de la tiranía y el triunfo del Primero de Enero de 1959. Para
esa fecha, la misión de la tropa de Almeida estaba cumplida.
A
las glorias militares del Tercer Frente Oriental, hay que unir las alcanzadas
en el campo social, relacionadas con la educación, la salud, los viales, el
transporte, las comunicaciones y la justicia revolucionaria, preludio en la
guerra de las grandes transformaciones que seguirían a la victoria.
Para
esas tareas fueron creados el Departamento de Café, Cacao y Ganadería, además
de los encargados de la
Justicia, los Suministros, Comunicaciones, Construcciones
Civiles, Educación, Transporte y Sanidad Militar. Un total de 52 escuelas y
seis hospitalitos de campaña fueron fundados, mientras que cinco plantas
radiales difundían la verdad sobre las acciones, tergiversada por el enemigo.
Vale
hoy el recuerdo agradecido a los hombres y mujeres que fundaron esta fuerza guerrillera, a los que
se incorporaron después, a los que con sacrificio y heroísmo lo condujeron a la
victoria.
Los
resultados de esta fuerza rebelde fueron definidos por su jefe, el Comandante
Juan Almeida: “ El Tercer Frente,
nacido de la concepción revolucionaria y
el espíritu de ofensiva de Fidel, cumplió con honor la misión que le designó el
Comandante en Jefe, y fue uno de los puntales de la victoria definitiva del
pueblo cubano”. Y vale también recordar
las palabras del General de Ejército
Raúl Castro, al referirse a este Frente y en particular a su jefe: “Almeida
cumplió, con su proverbial lealtad, eficacia y espíritu de sacrificio, la
misión de crear el Tercer Frente y posteriormente cerrar el cerco a Santiago de
Cuba”.
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