martes, 5 de marzo de 2019

Tercer Frente Oriental "Dr. Mario Muñoz Monroy" Cumplió con honor la misión asignada por Fidel



                        
.Orlando Guevara Núñez
Seis de marzo de 1958. Montañas de la Sierra Maestra. Un grupo de 57 guerrilleros –entre ellos dos mujeres- llegan a un lugar conocido como Puerto Arturo. Formaban parte de la Columna 3 “Santiago de Cuba”, al mando del recién ascendido a Comandante del Ejército Rebelde, Juan Almeida Bosque.
Al llegar a ese lugar, después de  seis largas y agotadoras de camino a pie, quedaba constituido el Tercer Frente Oriental” Dr. Mario Muñoz Monroy”. Se cumplía, de esa forma, una decisión del Comandante en Jefe Fidel Castro.
Y desde ese mismo día, comenzaría esta fuerza guerrillera un combate abierto y sin tregua contra las fuerzas de la dictadura batistiana.
Lograr que el pueblo conociera la presencia del Ejército Rebelde en las proximidades de la capital oriental, cercar a Santiago de Cuba y otras ciudades cercanas, y no permitir la salida de armas y refuerzos de la tiranía hacia lugares atacados por las fuerzas rebeldes, era el centro de su misión.
Combatiente del Cuartel Moncada y expedicionario del Granma, destacado en varias acciones combativas en la Sierra Maestra, Almeida asumía ahora una  misión que resultaría relevante para la derrota final de la tiranía batistiana.
El 1ro. de marzo, desde Pata de la Mesa, Comandancia de la Columna 4, dirigida por el Che, saldrían la Columna 3 hacia la zona de operaciones asignada en la propia Sierra Maestra, y la Columna 6 Frank País, dirigida por  el también ascendido a Comandante, Raúl Castro, cuya misión consistía en abrir otro frente de combate en el territorio de la Sierra Cristal.
La nueva zona rebelde abarcaba unos 6 000 kilómetros cuadrados, desde las cercanías de Bayamo hasta las de Santiago de Cuba, incluidos los territorios de Baire, Jiguaní, Contramaestre, Guisa, Santa Rita, Maffo, Palma Soriano, Aguacate, Ramón de Guaninao, Central América, Dos Palmas, El Cobre, Melgarejo, El Cristo, El Caney, el sur de San Luis, Loma del Gato y Chivirico.
Junto a Almeida, como jefe del Pelotón de Vanguardia, estaba el capitán Calixto García Martínez, asaltante al Cuartel  Carlos Manuel de Céspedes  y expedicionario del Granma. Y frente al Pelotón de Retaguardia venía el capitán Guillermo García Frías, primer campesino incorporado al Ejército Rebelde, quien era, además, el segundo jefe de la Columna 3.
Entre la fecha de apertura del Frente y su entrada en combate transcurrió muy poco tiempo. La primera acción consistió en un ataque a la refinería TEXACO, cercana a la capital oriental, para distraer a las fuerzas enemigas y proteger el paso de Raúl y su Columna por la Carretera Central hacia su zona de operaciones. La acción no fue exitosa, pero hizo conocer que ya el Ejército Rebelde estaba operando en los alrededores de la ciudad.
Durante la noche del 10 y la madrugada del 11 de abril, una audaz acción tuvo lugar a unos 20 kilómetros de Santiago de Cuba. El poblado de El Cobre fue atacado y ocupado por las fuerzas rebeldes. Era la primera vez que una cabecera de municipio se tomaba por el ejército guerrillero, el cual, además, rechazó el refuerzo enviado por la tiranía e hizo explotar el polvorín de ese poblado, detonación sentida con fuerza en Santiago de Cuba y que llenó de pánico a las tropas batistianas. La tiranía no pudo ocultar ese acontecimiento.
Las acciones combativas se multiplicaron con rapidez. Ataques a cuarteles, emboscadas y escaramuzas a patrullas y puestos militares, además de numerosos sabotajes. El Frente crecía y se nutría principalmente de campesinos de la Sierra Maestra y  de obreros. Eran organizados los pequeños grupos guerrilleros que operaban en la zona antes del 6 de marzo y se establecían contactos más directos con los combatientes clandestinos de la ciudad. Día por día el Tercer Frente ensanchaba su dominio, mientras que era mayor la desmoralización del enemigo.
Las fuerzas de la dictadura sufrían constantes bajas, perdían armas y otros medios. Poco a poco se iba materializando el objetivo de cercar a Santiago de Cuba.

El ejército batistiano, en mayo de 1958, puso en práctica la Ofensiva de Verano, con el nombre fantoche de Plan FF, o sea, Fase Final o Fin de Fidel. Más de 10 000 efectivos militares bien armados, respaldados por la aviación, artillería, tanques y la Marina de Guerra, se abalanzaron sobre la Sierra Maestra, tratando de cercar y aniquilar a la jefatura rebelde radicada en La Plata, con Fidel al frente.
Ante la situación creada y respondiendo a la orden del Comandante en Jefe, las fuerzas principales del Tercer Frente Oriental regresan al Primer  Frente José Martí y junto a él combaten sin tregua, hasta derrotar la ofensiva enemiga. La palabra empeñada de Fidel de que ese Frente sería defendido hasta el último combatiente y no sería jamás tomado, fue cumplida con el valioso aporte de las tropas de Almeida. En el territorio dejado atrás se continuaban desarrollando importantes misiones ofensivas.
El descalabro de la tiranía fue aplastante e irreparable. Sus fuerzas, expulsadas definitivamente de la Sierra Maestra, se refugiaban en los cuarteles, pero en ellos eran también acosadas, desalojadas, vencidas. Otra fase de la guerra revolucionaria entraría pronto en acción: la ofensiva rebelde.
Cumplida la tarea iniciada en mayo, el Comandante Juan Almeida y su tropa, se reincorporaron en agosto al territorio de operaciones del  Tercer Frente Oriental y se establece la Comandancia en La Lata. Se centra de nuevo la atención en el objetivo inicial de cercar a la ciudad de Santiago de Cuba.
Se multiplican las acciones combativas victoriosas a lo largo de la Carretera Central, entre Bayamo y Santiago de Cuba. Una nueva Columna, integrada bajo la jefatura del ya Comandante Guillermo García Frías, se crea el 18 de agosto de 1958 y recibe la misión de operar entre Palma Soriano y Contramaestre, y logra hostigar e inmovilizar al enemigo.
La Columna 10 René Ramos Latour, al mando del capitán René de los Santos, radicada en Loma del Gato, tendría como zona de operaciones desde la Carretera Central hasta La Socapa, mientras que la Nr. 9 Antonio Guiteras, a cargo del luego traidor  Hubert  Matos, cubriría desde la Carretera Central hasta Siboney. Al mismo tiempo los capitanes Calixto García y Universo Sánchez fijaban sus capitanías en Matías y Filantropía. En las áreas de esos mandos quedaban las cercanías de Baire, Jiguanì, Santa Rita, Charco Redondo, así como la zona de Hongolosongo y el tramo de la Carretera Central entre Palma Soriano y El Cobre. El avance rebelde era ya incontenible.
A mediados de noviembre de 1958, otro hecho aporta un nuevo hito al desarrollo de la guerra revolucionaria. El Comandante en Jefe Fidel Castro se traslada hacia la zona de operaciones del Tercer Frente Oriental y dirige personalmente la Batalla de Guisa. En esos días, el máximo jefe rebelde sostiene encuentros con Almeida para planear el asalto y rendición de las principales plazas militares de Oriente, dando inicio, de esa forma, la Operación Santiago, que debía concluir con la toma de la ciudad.
Una a una fueron cayendo en manos rebeldes las posiciones enemigas. Las fuerzas al mando de Fidel, Raúl y Almeida, tomaban y rendían cuarteles, liberaban poblados e incrementaban con celeridad el territorio libre de Cuba. En Palma Soriano combaten juntos, por primera vez, los tres Frentes guerrilleros. Y juntos estuvieron preparados para la batalla final, la toma por asalto de la ciudad de Santiago de Cuba, acción que no fue necesaria ante la huida del tirano Batista, el desplome total de la tiranía y el triunfo del Primero de Enero de 1959. Para esa fecha, la misión de la tropa de Almeida estaba cumplida.
A las glorias militares del Tercer Frente Oriental, hay que unir las alcanzadas en el campo social, relacionadas con la educación, la salud, los viales, el transporte, las comunicaciones y la justicia revolucionaria, preludio en la guerra de las grandes transformaciones que seguirían a la victoria.
Para esas tareas fueron creados el Departamento de Café, Cacao y Ganadería, además de los encargados de la Justicia, los Suministros, Comunicaciones, Construcciones Civiles, Educación, Transporte y Sanidad Militar. Un total de 52 escuelas y seis hospitalitos de campaña fueron fundados, mientras que cinco plantas radiales difundían la verdad sobre las acciones, tergiversada por el enemigo.
Vale hoy el recuerdo agradecido a los hombres y mujeres que  fundaron esta fuerza guerrillera, a los que se incorporaron después, a los que con sacrificio y heroísmo lo condujeron a la victoria.
Los resultados de esta fuerza rebelde fueron definidos por su jefe, el Comandante Juan Almeida: “ El Tercer Frente, nacido de la concepción revolucionaria  y el espíritu de ofensiva de Fidel, cumplió con honor la misión que le designó el Comandante en Jefe, y fue uno de los puntales de la victoria definitiva del pueblo cubano”.  Y vale también recordar las palabras del  General de Ejército Raúl Castro, al referirse a este Frente y en particular a su jefe: “Almeida cumplió, con su proverbial lealtad, eficacia y espíritu de sacrificio, la misión de crear el Tercer Frente y posteriormente cerrar el cerco a Santiago de Cuba”.



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