Ante las amenazas militares de un almirante
yanqui, aquel 26 de septiembre de 1960,
Fidel fue preciso:
“El almirante Burke está jugando irresponsablemente con la suerte
del mundo. El almirante Burke y todos
los de su grupo militarista agresivo están jugando con la suerte del mundo, y
por la suerte de cada uno de nosotros realmente no valdría la pena preocuparse;
pero entendemos que nosotros, representativos de los distintos pueblos del
mundo, ¡tenemos el deber de preocuparnos por la suerte del mundo, y tenemos el
deber de condenar a todos los que juegan irresponsablemente con la suerte del
mundo! ¡Que no están jugando solo con la
suerte de nuestro pueblo, que están jugando con la suerte de su propio pueblo y
que están jugando con la suerte de todos los pueblos del mundo!
“Por nuestra parte, con todo respeto, debemos decirle que los
problemas del mundo no se resuelven amenazando ni sembrando miedo; y que
nuestro humilde y pequeño pueblo, ¡qué le vamos a hacer!... Estamos ahí, mal que le pese, y la Revolución
seguirá adelante, mal que le pese: y que, además, nuestro humilde y pequeño
pueblo tiene que resignarse a su suerte, y que no siente ningún miedo por sus
amenazas de uso de armas atómicas”
“Si Kennedy no fuera un millonario analfabeto e ignorante, debería
comprender que no es posible hacer una revolución contra los campesinos en las
montañas, apoyados en los terratenientes, y que cuantas veces el imperialismo
ha tratado de fomentar grupos contrarrevolucionarios, en el curso de unos pocos
días las milicias campesinas los han puesto fuera de combate. Pero él parece que leyó, vio en alguna novela
de Hollywood, o en alguna película, alguna historia
sobre guerrillas, y cree que es posible, socialmente, hacer hoy una guerra de
guerrillas en Cuba”.
En esa ocasión planteó Fidel un concepto claro sobre la esencia de las
guerras:
“Para qué darle más vuelta a la cuestión. Este es el quid de la cosa, incluso, el quid
de la paz y de la guerra, el quid de la carrera armamentista o del desarme. Las guerras, desde el principio de la
humanidad, han surgido, fundamentalmente, por una razón: el deseo de unos de
despojar a otros de sus riquezas. ¡Desaparezca la filosofía del despojo, y
habrá desaparecido la filosofía de la guerra! ¡Desaparezcan las colonias, desaparezca la
explotación de los países por los monopolios, y entonces la humanidad habrá
alcanzado una verdadera etapa de progreso!”
Fidel habló por Cuba y
por el mundo.
“Nosotros hemos
hablado aquí del caso de Cuba. Nuestro
caso nos ha enseñado, por los problemas que hemos tenido con nuestro
imperialismo, es decir, el imperialismo que está contra nosotros... Pero, en definitiva, los imperialismos son
todos iguales, y son todos aliados. Un
país que explote a los pueblos de América Latina o de cualquier otra parte del
mundo es aliado en la explotación de los demás pueblos del mundo”.
Hay
algo que realmente nos alarmó mucho en el discurso del señor Presidente de
Estados Unidos, cuando dijo:
“Son enemigos del desarme los monopolios, porque además de que con las
armas defienden a esos intereses, la carrera armamentista siempre ha sido un
gran negocio para los monopolios. Y, por
ejemplo, es de todos sabido que los grandes monopolios en este país duplicaron
sus capitales a raíz de la Segunda Guerra.
Como los cuervos, los monopolios se nutren de los cadáveres que nos
traen las guerras”.
“El gobierno de Estados Unidos no puede estar con el pueblo argelino,
porque es aliado de la metrópoli, Francia.
No puede estar con el pueblo congolés, porque es aliado de Bélgica. No puede estar con el pueblo español, porque
es aliado de Franco. No puede estar con
el pueblo puertorriqueño, cuya nacionalidad han estado destruyendo durante 50
años. No puede estar con los panameños,
que reclaman el Canal. No puede estar
con el auge del poder civil ni en América Latina, ni en Alemania, ni en
Japón. No puede estar con los campesinos
que quieren tierra, porque son aliados de los latifundistas. No puede estar con los obreros que reclaman
mejores condiciones de vida, en cualquier lugar del mundo, porque son aliados
de los monopolios. No pueden estar con
las colonias que quieren liberarse, porque son aliados de los colonizadores.e
crean, o sin miedo a las consecuencias de nuestra actitud.
“No pueden estar con la integridad y la soberanía de los pueblos. ¿Por qué?
Porque necesitan cercenar la soberanía de los pueblos para mantener sus
bases militares, y cada base es un puñal clavado en la soberanía, cada base es
una soberanía cercenada”.
“En muchos norteamericanos, los más humanos de los escritores, los más
progresistas de sus escritores, los más valiosos de sus escritores, veo la
nobleza de los primeros dirigentes de este país: de los Washington, de los Jefferson, y de los Lincoln. Lo digo sin demagogia, con la sincera
admiración que sentimos por aquellos que un día supieron liberar a su pueblo de
su colonia y luchar, no para que hoy su país fuese el aliado de todos los
reaccionarios del mundo, el aliado de todos los gangsters
del mundo, el aliado de los latifundistas, de los monopolios, de los
explotadores, de los militaristas, de los fascistas. Es decir, el aliado de los más retrógrados y
de los más reaccionarios, sino para que su país fuese siempre defensor de
nobles y de justos ideales”.
Al final del discurso, Fidel
planteaba: “Algunos querían conocer cuál era la línea del Gobierno
Revolucionario de Cuba. Pues bien, ¡esta
es nuestra línea!”
Los representantes del imperio se revolvían en su propio lodo.
Mientras, más de dos decenas de veces,
los aplausos, muchas veces prolongados, demostraban el respaldo de los pueblos a los pronunciamientos de Fidel.
Ahora, a 58 años de aquella Asamblea General de la ONU, allí estará
Cuba, con su misma valentía, sus mismos principios y su misma decisión, frente al mismo enemigo de
todos los pueblos: el imperialismo norteamericano.
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