.Orlando Guevara Núñez
No hubo en aquel discurso
de Fidel el 26 de septiembre de 1960,
agresión por denunciar, mentiras por desenmascarar, derechos sin defender, ni
principios sin proclamar.
Recuerdo, incluso, que el
gobierno norteamericano culpó a la delegación cubana sobre un incidente donde
falleció una niña de diez años. Y a la mentira que fabricaron, enviaron a la
familia de la fallecida un hipócrita telegrama
de condolencia.
La respuesta cubana
fue breve, luego de esclarecer la
patraña:
“A su señoría el delegado de Estados Unidos,
aprovecho la oportunidad para decirle, que hay muchas madres en los campos de
Cuba y muchas madres en Cuba, esperando todavía sus telegramas de condolencia
por los hijos que les asesinaron las bombas de Estados Unidos” (
Presente estuvo la denuncia
a los vuelos piratas, procedentes desde
territorio norteamericano, que costaron vidas y recursos al pueblo cubano,
mientras que el gobierno yanqui negaba su paternidad al crimen.
“O bien el gobierno de Estados Unidos miente al pueblo
de Estados Unidos y Estados Unidos está indefenso frente a incursiones aéreas,
o el gobierno de Estados Unidos era cómplice de esas incursiones aéreas”
También fue denunciado el criminal bloqueo que aún se mantiene y recrudece.
“Solamente el interés
egoísta puede estar en oposición al interés universal del intercambio
comercial, que es una de las más viejas aspiraciones y necesidades de la
humanidad”.
Y una digna respuesta al
intento de interrumpir las relaciones de
Cuba con la entonces Unión Soviética:
“Habrá quienes no lo
hagan, porque disguste a determinados intereses. Nosotros no teníamos, realmente, que pedirle
permiso al Departamento de Estado para hacer un convenio comercial con la Unión
Soviética, porque nosotros nos considerábamos, y nos consideramos, y nos
seguiremos considerando para siempre, un país verdaderamente libre”.
El tema de la seguridad,
basado en los principios de la ONU y de la OEA, fue abordado con toda claridad
“Acudimos a la ONU. La ONU tiene facultades para conocer esas
cuestiones; la ONU es, dentro de la jerarquía de las organizaciones
internacionales, la máxima autoridad; la ONU tiene autoridad, incluso, por
encima de la OEA. Y además, a nosotros
nos interesaba que el problema estuviera en la ONU, porque nosotros
comprendemos la situación en que se encuentra la economía de los pueblos de
América Latina, la situación de dependencia de Estados Unidos en que se
encuentra la economía de los pueblos de América Latina. La ONU conoce la cuestión, pide una
investigación a la OEA; la OEA se reúne.
Muy bien. ¿Qué era de esperarse? Que la OEA protegiera al país agredido; que
la OEA pudiese condenar las agresiones políticas a Cuba; y, sobre todo, que la
OEA pudiese condenar las agresiones económicas a nuestro país. Eso era de esperarse”.
Y con toda lealtad a esta
institución, yo debo decir aquí que por eso los pueblos, el pueblo nuestro, sí,
nuestro pueblo, ese pueblo que está allá en nuestra patria, pero que es un
pueblo que ha aprendido mucho, y que es un pueblo, lo decimos con orgullo, que
está a la altura del rol que está jugando en este momento, y de la lucha
heroica que está librando..., nuestro pueblo que ha aprendido en esta escuela
de los últimos acontecimientos internacionales, sabe que a última hora, cuando
su derecho ha sido negado, cuando sobre él se enciman las fuerzas agresivas, le
queda el recurso supremo y el recurso heroico de resistir, cuando su derecho no
sea garantizado ni en la OEA ni en la ONU “
En la voz de Fidel, Cuba dejó clara
su posición de discutir con el gobierno de los Estados Unidos, sobre la base
del respeto y la igualdad. La misma que mantenemos hoy.
"Las diferencias de opinión que pueden existir
entre ambos gobiernos. como sujetas a negociaciones diplomáticas, pueden
resolverse, efectivamente, mediante tales negociaciones. El gobierno de Cuba está en la mejor
disposición para discutir sin reservas y con absoluta amplitud todas esas
diferencias y declara expresamente que entiende que no existen obstáculos de
clase alguna que impidan la realización de esas negociaciones a través de
cualquiera de los medios e instrumentos tradicionalmente adecuados a ese
fin. Sobre la base del respeto mutuo y recíproco
beneficio con el gobierno y el pueblo de los Estados Unidos, desea el gobierno
de Cuba mantener e incrementar las relaciones diplomáticas y económicas y
entiende que sobre esa base es indestructible la amistad tradicional entre los
pueblos cubano y norteamericano."
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