sábado, 11 de agosto de 2018

Un nombre con dimensión de pueblo




. Orlando Guevara Núñez


Fidel Alejandro. Un hombre cuya vida cumplió el significado  de su nombre. Fidel: voz  latina, equivale a: fiel, digno de confianza. Atributos: afán de hacer bien todas las cosas, deseo de ayudar a todos; seguridad en sí mismo; reflexivo; pensar  antes de actuar y por eso  certero en sus decisiones. Alejandro: nombre de origen griego. Simboliza el hombre defensor, protector, el gran salvador.
Así, el 13 de agosto de 1926 nació, en Birán, el hombre que, con esas cualidades, es símbolo de fidelidad, de confianza, protector, defensor y salvador de su pueblo. Y más allá.
Vino a la vida rodeado de comodidades: pero renunció a éstas para unir su destino a los humildes. Allí, en Birán, están  la casa natal, la cuna de hierro que lo acurrucó en su temprana existencia, la escuela donde cursó los grados iniciales. Allí está su huella. Solo que el tiempo multiplicó su dimensión y no dejó en pie frontera cuando su nombre dejó de ser patrimonio familiar para serlo de su pueblo. En ese pedazo de tierra oriental fue formado por la mezcla de cariño y rectitud de sus progenitores, el español terrateniente Ángel Castro Argiz y la campesina cubana  Lina Ruz González.
A los apenas cinco años de edad vio por primera vez una ciudad: Santiago de Cuba, donde estudió en los colegios religiosos  La Salle  y Dolores. Prosiguió sus estudios en la capital cubana –Colegio de Belén- donde terminó la enseñanza media en junio de 1945. De allí, a la Universidad de La Habana de donde tras cinco años, egresó como Doctor en Derecho, Licenciado en Derecho Diplomático y Licenciado en Derecho Administrativo.
Al terminar  sus estudios en el Colegio Belén, el padre Lorente escribió junto a una foto suya, plasmada en su expediente, frases elogiosas que concluyen: “Ha sabido ganarse la admiración y cariño de todos. Cursará la carrera de Derecho y no dudamos que llenará con páginas brillantes  el libro de su vida. Fidel tiene madera y no faltará el artista”.
De su vida en la Universidad,  él mismo afirmaría: “No me arrepentiré jamás de los nobles empeños de mi lucha universitaria sin recibir más pago que lágrimas de mis familiares, peligro para mi vida y heridas para mi honra” .Ya las infamias se levantaban contra su figura de naciente líder.
 Se  había iniciado  en otra carrera, la más importante de su vida: la de revolucionario  Luchas estudiantiles, prisión, amenazas. Cargos en la dirección de la FEU. Luego, su Ingreso al Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), presidido por Eduardo Chibás, cuyo lema era ¡Vergüenza contra dinero!
En 1947 había participado en el proyecto de expedición de Cayo Confites, con el objetivo de derrocar al tirano Rafael Leónidas Trujillo, de Santo Domingo, intento mutilado por el gobierno cubano. Y al año siguiente, en abril,  estuvo presente en Colombia durante  El Bogotazo, cuando fue asesinado el líder de ese país, Jorge Eliécer Gaitán y hubo una brutal represión contra una sublevación popular  que costó miles de vidas. Allí estaba como parte de una delegación estudiantil y estuvo dispuesto al sacrificio por el pueblo colombiano.
El objetivo era crear una Federación de Estudiantes Latinoamericanos, y reclamar la devolución del Canal de Panamá y de las Islas Malvinas, la independencia de Puerto Rico y contra la dictadura reinante en República Dominicana, además de la independencia de las colonias europeas. Fidel fue uno de los organizadores del evento.
En marzo de 1949, encabezó una protesta frente a la sede diplomática de los Estados Unidos en La Habana, contra la ofensa de un grupo de marines yanquis a la estatua de José Martí.
Ya graduado en 1950,  se erige en defensor de los pobres. A partir del golpe de estado del 10 de marzo de 1952, a través del cual Fulgencio Batista asaltó el poder, Fidel hizo la denuncia del zarpazo  escribió artículos periodísticos, exhortó a la lavar la afrenta. Ante la imposibilidad de la lucha pacífica, organizó el Movimiento de la Generación del Centenario, del cual una representación protagonizó el asalto a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, el 26 de julio de 1953.
Fracasada la acción militar, fue hecho prisionero,  juzgado y condenado a 15 años de prisión, como jefe principal de los asaltantes. En ese juicio, el 16 de octubre de 1953, pronunció su discurso de autodefensa, conocido como La historia me absolverá, contundente denuncia a los crímenes y corrupción de la tiranía, y documento devenido programa revolucionario  que trazaba las formas de lucha para alcanzarlo, y construir luego la Cuba que había soñado José Martí, a quien Fidel había señalado antes como autor intelectual de los hechos por los que estaba siendo juzgado.
Cumplió prisión en la otrora Isla de Pinos, actual Isla de la Juventud, hasta el 15 de mayo de 1955, fecha en que, por presión popular, fueron amnistiados  los moncadistas. El 7 de julio de ese mismo año, partió hacia el exilio en México, con el fin de reorganizar allí las fuerzas que reiniciarían la lucha armada en Cuba.
Luego de un arduo trabajo organizativo, de preparación militar y política de los futuros expedicionarios –  tras sufrir persecución, cárcel y privaciones- parte hacia Cuba el 25 de noviembre de 1956. El  2 de diciembre llega a Los Cayuelos, cerca de Playa Las Coloradas, Niquero, en el yate Granma, al mando de 81 hombres.
Después del revés de Alegría de Pío, tres días posteriores al desembarco, la tropa expedicionaria fue dispersada y fragmentada en pequeños grupos. El 18 de diciembre se reencuentra, en Cinco Palmas, con su hermano Raúl. Es la ocasión en que, al comprobar que tenía ocho hombres con siete fusiles, expresa: ¡Ahora sí ganamos la guerra! Una veintena de combatientes se reagrupan junto a él y escalan la Sierra Maestra donde se da inicio a la lucha guerrillera.
El 17 de enero de 1957, dirige el combate de La Plata, en la costa sur de la Sierra Maestra. Fue la primera victoria militar contra el ejército de la tiranía, demostrativa de  la existencia de la guerrilla y su capacidad de combatir y vencer  al enemigo. El 28 de mayo de ese mismo año, dirige el combate de El Uvero, victoria rebelde donde, al decir del Che, la guerrilla alcanzó su  mayoría de edad.
En las montañas orientales fundó el Ejército Rebelde, fue el Jefe de la Columna 1 “José Martí”, y  proclamado Comandante en Jefe, el 3 de mayo de 1958, en el lugar conocido como Alto de Mompié, en la Sierra Maestra, durante una histórica reunión  del  M-26-7 para analizar las causas del fracaso de la Huelga de Abril y trazar la estrategia para alcanzar el triunfo sobre la tiranía.
Luego de derrotar, al frente de solo 300 hombres, la Ofensiva de Verano, dirigida por el ejército enemigo, con unos diez mil hombres pertrechados de modernas armas, la aviación tanques, artillería y la Marina de Guerra, dirigió la contraofensiva rebelde que terminó con la rendición total de las fuerzas tiránicas.
Proyectó y dirigió la Operación Santiago  que decretó el fin del batistato. El 1ro. de enero de 1959, en Santiago de Cuba, a los cinco años, cinco meses y cinco días del asalto moncadista, Fidel proclamó el triunfo de la Revolución, hecho  más trascendente en la historia del siglo XX  cubano.
El 13 de febrero de 1959 fue designado  Primer Ministro del Gobierno Revolucionario de Cuba, continuando como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Puso en práctica, sin dilación, el cumplimiento del Programa del Moncada, el cual, en breve período de tiempo, fue sobre cumplido.
El 16 de abril de 1961, proclamó el carácter socialista de la Revolución y la decisión de defender esa Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes al precio que fuese necesario.  Horas después, dirigió personalmente la batalla de Playa Girón, que en menos de 72 horas derrotó a la invasión mercenaria preparada, armada, financiada y dirigida por el gobierno de los Estados Unidos. Se había producido, bajo su mando, la primera derrota militar del imperialismo en América.
En octubre de 1962, durante la llamada Crisis de Octubre o Crisis del Caribe, estuvo al frente de su pueblo, ante la amenaza de exterminio nuclear por parte del imperio norteamericano, epopeya que culminó con una nueva victoria cubana.
En junio de 1961 se produjo la unión en una sola,  de las tres principales organizaciones que habían luchado contra la dictadura: El Movimiento Revolucionario 26 de Julio, el Partido Socialista Popular y el Directorio Revolucionario 13 de Marzo. Se dio paso a las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI). Fidel fue el Secretario General.
En marzo de 1962, Fidel hizo una crítica pública a los métodos sectarios aplicados por las ORI, lo que trajo consigo la desaparición de ésta y  la Construcción del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC) del cual fue también Fidel su Secretario General.
En octubre de 1965, fue constituido el primer Comité Central del Partido y éste cambió su nombre por el actual: Partido Comunista de Cuba. Su Primer Secretario: el Comandante en Jefe Fidel Castro. Ocupó esa responsabilidad hasta 2011.
Al fundarse  la Asamblea Nacional del Poder Popular, en 1976, fue Diputado por el municipio de Santiago de Cuba, y electo, el 2 de diciembre de 1976,  Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, cargo desempeñado  hasta el 24 de febrero de 2008, cuando su estado de salud lo hizo necesario.  Presidió delegaciones cubanas a más de 50 países. Recibió más de un centenar de relevantes condecoraciones nacionales e internacionales.
Ese es Fidel Alejandro Castro Ruz. Forjador de la obra de la Revolución cubana. Ardiente defensor de los humildes en todo el mundo. Artífice de la unidad del pueblo en torno a la construcción y defensa de la patria socialista. El nos legó el ¡Patria o Muerte!, el ¡Venceremos! el ¡Socialismo o Muerte!
Ese es el líder revolucionario que el imperio norteamericano y la mafia contrarrevolucionaria no pudieron matar en 638 intentos. El hombre transformado en pueblo. El eterno Comandante en jefe de la Revolución cubana. Nuestro líder histórico.  El discípulo más aventajado de José Martí, el  siempre decidido  luchador antiimperialista e internacionalista. 
Su corazón dejó de latir en la noche del 25 de noviembre de 2016. El pueblo  compartió con él el suyo  para que siguiera viviendo.
Un día dijo nuestro Héroe Nacional:   “No hay más que un medio de vivir después de muerto: haber sido un hombre de todos los tiempos, o un hombre de su tiempo”. Por eso hoy, a 92 años de su natalicio, Fidel Alejandro sigue viviendo, al ser un hombre de su tiempo y de todos los tiempos. Nuestro guía en los combates pasados,  los presentes y los que están por venir.

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