sábado, 1 de julio de 2017

Brigada 2506, un logotipo equivocado y un elemento que le falta



.Orlando Guevara Núñez




                                      La verdadera imagen de la 2506

En una foto de miembros de la Brigada 2506 – léase Brigada Mercenaria de Playa Girón- aparece una bandera de ese despojo humano, con una imagen engañosa y distorsionadora de lo que fue al concluir su aventura contra el pueblo cubano, en abril de 1961.
En ese estandarte nada glorioso, se presenta a un soldado, fusil hacia adelante, y avanzando él, en pose de ataque, con una inscripción: Brigada de Asalto. Es como si se quisiera borrar la imagen de lo que fue esa fuerza mercenaria organizada, entrenada,  financiada, dirigida y rescatada –lo que quedó de ella- mediante indemnización, por el gobierno de los Estados Unidos.
La posición de avance la tuvieron durante el  entrenamiento y el tránsito hacia Cuba. Esperaban, en pocas horas, constituir un gobierno, en un territorio ocupado, pedir de inmediato ayuda al gobierno yanqui y esperar que la intervención de éste resolviera lo demás.
Pero ya el Comandante en Jefe Fidel Castro, un mes antes había hecho una advertencia con visión de futuro:  “Lo más que se les ha ocurrido en su vida es ir allá de mendigos al Gobierno yanqui a  pedirles dinero y a pedirles armas, y a buscar al FBI y a la CIA, los esbirros yanquis para que les  faciliten armas y les hagan planes y les preparen campañas terroristas. ¿Esos son los hombres que van a venir a derrocar el pueblo armado? ¡No nos  hagan reír! ¿Qué planes hay detrás de eso?  Porque ese gobierno de mercenarios no les dura en Cuba ni 24 horas”.
En  realidad la criatura –mejor dicho, el monstruo- nació muerto.
A unas 66 horas del desembarco, la Brigada 2506  estaba totalmente derrotada.  Su saldo “heroico”  fue de 89 mercenarios muertos y 1 197 prisioneros. Otros lograron  reembarcarse, abandonando el escenario del combate, en precipitada huída que nada tiene que ver con la “posición de combate” exhibida hoy por lo que fue esa fuerza.
Durante una de las transmisiones televisivas del juicio a los mercenarios, uno de ellos, José Manuel Gutiérrez, ofreció una definición sobre las causas de la debacle de la Brigada 2506  en Playa Girón:
“Al otro día por la mañana pasa un jeep diciendo: ríndanse, ríndanse y tirando tiros;  y al poco rato  un grupo de milicianos; salimos y nos entregamos, el que iba en el jeep era Fidel, y yo le decía a uno: Por eso nosotros perdimos, porque Fidel está con ellos, peleando en el frente, y los que estaban con nosotros , los que nos trajeron embarcados, se fueron después”.
Otro prisionero en el diálogo con Fidel, expresó:  “¿Me permite? ¿Dice que nosotros no estamos indignados contra los que nos engañaron en el norte? Esos son los primeros contra quienes estamos indignados nosotros, porque no me dijeron la verdad, porque nos mandaron a morir con una mentira”.
Hubo un caso demostrativo de la falta de ética y moral de los mercenarios, de su carencia de solidaridad y humanidad  entre ellos mismos. Un relato de uno de los agresores, José Enrique Dauza,  escribió luego la odisea de cuando él, junto a un grupo que logró reembarcarse, logró acercarse a los navíos destructores que los habían escoltado.
Al sentir el fuego de las armas cubanas, esos destructores  los abandonaron y navegaron varios días, hasta ser recogidos por un carguero, cuando ya, por  la insolación y el hambre, 12 de los 23 fugitivos habían perdido la vida.
Entre este y otros testimonios recogidos en el libro Diario de Girón, del periodista cubano Gabriel Molina, figura el de un asesor presidencial, Arthur  M. Schlesinger, quien años después afirmó, sobre las causas de la derrota imperial  en Playa Girón:
“La realidad fue que Fidel Castro resultó ser un enemigo mucho más formidable y estar al mando de un régimen mucho mejor organizado de lo que nadie había supuesto. Sus patrullas localizaron la invasión casi en el primer momento. Sus aviones reaccionaron con rapidez y vigor. Su policía eliminó cualquier posibilidad de rebelión o sabotaje detrás de las líneas. Sus soldados permanecieron leales y combatieron bravamente”.
Le faltó a este analista un hecho decisivo: la presencia de un pueblo entero dispuesto a defender, al precio de su propia vida, la Revolución patriótica, democrática y socialista, de los humildes, por los humildes y para los humildes, proclamada por Fidel  la víspera de la agresión. En esa ocasión, 157 cubanos perdieron la vida y centenares fueron  heridos, pero todo el pueblo estuvo dispuesto al holocausto.
¿El elemento que le falta al logotipo de la bandera de la Brigada 2506?  Pues, justamente, un gorro de cocinero. ¿Acaso no fue esa la misión que unos cuantos de los mercenarios dijeron  venir desempeñando en la invasión…?

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