lunes, 11 de julio de 2016

Nuestro Fidel de siempre: solidaridad y amistad Fragamentos del discurso de Fidel, en la Universidad Central de Caracas, el 23 de enero de 1959.

.Orlando Guevara Núñez.- Yo dije una vez, cuando salí de Cuba, que en el año 1956 seríamos libres o seríamos mártires, y se me criticó extraordinariamente por aquello; se dijo que no podía haber revolución a plazo fijo, se dijeron veinte mil cosas, lo que no entendían era el sentido de aquella frase. Aquella frase quería decir: Yo sé que los pueblos están cansados de promesas falsas, yo sé que los pueblos han perdido la fe en los líderes, yo sé que los pueblos no creen. Pues bien, para que el pueblo crea, ponemos nuestro honor por delante y le prometemos que iniciaremos la Revolución en Cuba en 1956. Eso fue lo que yo dije, y cuando lo dijimos fue porque estábamos seguros de que íbamos a cumplir, o de que al menos estábamos dispuestos a cumplir aquella palabra. Nos comprometimos con el pueblo y aquello ayudó a mantener encendida la fe del pueblo. Al menos los exiliados ya no tendrán que padecer persecución, como hubimos de padecerla nosotros. Por lo menos en Cuba, y sé que también en Venezuela, tendrán toda la hospitalidad a que sean acreedores los perseguidos políticos de la tiranía (APLAUSOS), absoluta libertad para propagar sus ideas, absoluta libertad para organizarse, para reunirse, dar actos públicos, y tendrán siempre toda la protección, porque allí no podrá irlos a asesinar Trujillo, allí no encontrará cómplices, y ellos tendrán todo nuestro apoyo moral y tendrán todo el respaldo de la opinión pública cubana, y, con toda seguridad, el respaldo de la opinión pública continental. Hoy, en la comparecencia ante la Cámara de Diputados, propuse que se reunieran los delegados de los países democráticos en la Organización de Estados Americanos y propusieran la expulsión de los representantes de los dictadores (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES). Hablaba, precisamente, de que esos organismos internacionales no habían servido para nada, y que había que adoptar una actitud enérgica y firme en relación con los problemas de América. Por lo tanto, la postura del Gobierno Revolucionario de Cuba será una postura firme y sin vacilaciones de ninguna clase, porque ha llegado la hora de que los pueblos sepan defenderse y sepan plantear sus derechos. ¡Basta ya de sumisión, basta ya de cobardía y basta ya de vacilaciones! (APLAUSOS) A los estudiantes, que tan extraordinariamente han honrado a nuestro pueblo en la tarde de hoy, quiero decirles, para finalizar, una cosa: tengan la seguridad de que somos hombres conscientes de nuestra responsabilidad con nuestra patria, de nuestra responsabilidad con los pueblos oprimidos y de nuestro deber ineludible de solidaridad con todos los pueblos del continente americano; que somos revolucionarios, y que ser revolucionario no es llamarse así como se llaman muchos. Ser revolucionario es tener una postura revolucionaria en todos los órdenes (APLAUSOS), dedicar su vida a la causa de los pueblos (APLAUSOS), dedicar su vida a la causa de la revolución de los pueblos, a la plena redención de los pueblos oprimidos y explotados. Nunca tendrán los pueblos motivos de arrepentirse por las muestras de cariño que nos han dado, y, más que las palabras, los hechos hablarán por nosotros (APLAUSOS).

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