jueves, 12 de marzo de 2020

Fidel, Abel y José Antonio, una misma idea, un mismo principio





.Orlando Guevara Núñez
A lo largo de la historia cubana, son muchos los hombres y mujeres  que han marchado al combate, reconociendo la posibilidad real de la muerte. Pero la han desafiado en aras de la vida de los demás. Ese altruismo patriótico, forma parte del ideario político del pueblo cubano.
En este 13 de marzo, en homenaje al líder estudiantil José Antonio Echeverría Bianchi, recordamos algunas de sus palabras antes de marchar al combate, lo que demuestra la similitud de sus ideas con las de Fidel Castro Ruz y Abel Santamaría Cuadrado, primer y segundo jefes del asalto al Cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953.
Siempre con la fe inquebrantable  en el pueblo y en la victoria final.
Fidel:
Compañeros:
“Podrán vencer dentro de unas horas, o ser vencidos, pero de todas maneras, ¡óiganlo bien, compañeros!, de todas maneras este movimiento triunfará. Si vencen mañana, se hará más pronto lo que aspiró Martí. Si ocurriera lo contrario, el gesto servirá de ejemplo al pueblo de Cuba, a tomar la bandera y seguir adelante. El pueblo nos respaldará en Oriente y en toda la Isla. ¡Jóvenes del centenario del Apóstol, como en el 68 y en el 95, aquí, en Oriente damos el primer grito de LIBERTAD O MUERTE!  ( … )
Abel:
 “Es necesario que todos vayamos mañana con fe en el triunfo; pero si el destino nos es adverso, estamos obligados a ser valientes en la derrota, porque lo que pase en el Moncada se sabrá algún día, la historia lo recogerá y nuestra disposición a morir por la Patria será imitada por todos los jóvenes de Cuba. Nuestro ejemplo merece el sacrificio y mitigará el dolor que podamos causarles a nuestros padres y seres queridos. ¡Morir por la Patria es vivir! ¡Libertad  o  Muerte!”

José Antonio:
“Si caemos, que nuestra sangre señale el camino de la libertad. Porque, tenga o no, nuestra acción el éxito que esperamos, la conmoción que originará nos hará adelantar la senda del triunfo”. (…)
“Pero es la acción del pueblo la que será decisiva para alcanzarlo. Por eso este manifiesto que pudiera llegar a ser un testamento, exhorta al pueblo de Cuba a la resistencia cívica, al retraimiento de cuanto pudiera significar un apoyo a la dictadura que nos oprime, y a la ayuda eficaz de los que están sobre las armas para librarlo. Para ello es preciso mantener viva la fe en la lucha revolucionaria, aunque perezcamos todos sus líderes, ya que nunca faltaran hombres decididos, y capaces que ocupen nuestros puestos, pues como dijera el Apóstol, “cuando no hubiera hombres se levantarían las piedras para luchar por la libertad de nuestra Patria.” (…)
De ese heroísmo y entrega están cimentadas  la historia, la gloria y la victoria de este pueblo, fiel al legado de sus héroes y mártires.

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