miércoles, 1 de enero de 2025

 

Nuestra tierra, rica y fértil, produce

silvestre  al  hombre comunista

Orlando Guevara Núñez

Esta definición de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro, en los primeros años de la Revolución, ha confirmado con creces su veracidad.  Y el hombre comunista a quien él se refería iba mucho más allá de los que militaban en las filas del Partido.  Hablaba de todos los cubanos que ante las grandes tareas en la defensa, en la producción, en los momentos de peligro y sacrificio, firmaban con su entrega, su sudor y su sangre, su fidelidad a las ideas solidarias de la Revolución.

Los vimos en octubre de 1963, cuando el ciclón Flora, en la zona de El Cauto. Jóvenes disputándose el derecho de tripular las lanchas que salvaban vidas, sin siquiera conocer a quienes podían ser salvados. Vimos a las heroicas tripulaciones de los helicópteros de las Fuerzas Aéreas Revolucionarias desafiar el agua y el viento, arriesgando su vida para preservar la de otros.

Hemos visto a millones de hombres y mujeres de esta tierra rica y fértil, entregar y respaldar a sus hijos parra grandes misiones como la Campaña de Alfabetización, los contingentes agrícolas, las misiones internacionalistas militares y civiles y otras muchas, con la entereza del Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, y  de la Madre de la patria, Mariana Grajales.

Ahí están nuestros esforzados constructores, nuestros heroicos bomberos, nuestros trabajadores de la electricidad, los de la salud, los de la educación, nuestros científicos, deportistas y artistas. Ahí están las proezas de nuestros combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ministerio del Interior, siempre al lado de su pueblo en los momentos de peligro relacionados con la defensa o ante desastres naturales. Y junto a ellos, nuestros gloriosos milicianos.

Otros muchos cubanos, hombres y mujeres, no forman parte de los colectivos mencionados, pero crecen en sus puestos de trabajo, en sus aulas, en  sus cooperativas, dispuestos para los combates presentes y los que están por venir.  Porque esta tierra, que sigue siendo rica y fértil. sigue y seguirá produciendo siempre, de forma silvestre y ahora también cultivada, el hombre comunista. O lo que es lo mismo: ese ser humano capaz de convertir la solidaridad en ideas, las ideas en acciones y las acciones en obras para el bien de todos



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