miércoles, 8 de enero de 2025

 

Breves apuntes martianos (5) Sobre la mujer

 Orlando Guevara Núñez

Mucho escribió nuestro José Martí sobre la mujer. La evocó en todas sus dimensiones, sus virtudes humanas, su patriotismo y su valor para los

 

hombres y la sociedad. Palabras bellas, colmadas de cariño y respeto. Sobre ellas dijo que:”Sin sonrisa de mujer no hay gloria completa de hombre” y que:  “una mujer hace versos con solo ser mujer”; Y afirmó:  “Las mujeres nunca están más bonitas que cuando sufren” y que: “para disponerse a morir es necesario oír antes la voz de una mujer”.

Como delicia y manantial de orgullo la calificó y dijo que eso era una mujer valiente y abnegada. En otra ocasión afirmó: “Di ¡ternura! Y ya eres una mujer elocuentísima”. Y que una mujer buena es un perpetuo arco iris.”

En el orden político señaló:  “Las campañas de los pueblos solo son débiles, cuando en ellas no se alista el corazón de la mujer; pero cuando la mujer se estremece y ayuda, cuando la mujer, tímida y quieta de su natural, anima y aplaude, cuando la mujer culta y virtuosa,  unge la obra con la miel de su cariño, la obra es invencible¨.¨Se ordena ya el gran sacrificio y es justo que se apresuren a premiarlo las mujeres¨, aseguró.

 

Dijo que ¨de todas las   penas de este mundo cura y de todas las heridas del bien obrar, la estimación de los hombres verdaderamente buenos, pero con ella misma es incompleta la victoria cuando no mueve el corazón de la mujer. él es la medicina: él es el milagro: él  es el triunfo¨.

Es suyo el pensamiento de que:” De los hombres es morir en la honra mejor (…) y de las mujeres es mantener el alma viril en el deseo y capacidad de la virtud y abrigar a los que se quedan en el mundo sin guía y sin sostén”. “Construir, he ahí la gran labor del hombre. Consolar, que es dar fuerza para construir, he ahí la gran labor de las mujeres” afirmó

Sentenció nuestro Apóstol, en otra ocasión, que: “ Los talentos, para ser eficaces, han de reunir en sí ambos sexos: el hombre que invade, la mujer, clemente.

Aseveró que: “No es que falte a la mujer capacidad alguna de las que posee el hombre, sino que su naturaleza fina y sensible le señala quehaceres más difíciles y superiores”.

“Excelente bondad- aseveró- es la de nuestras mujeres. Jamás tan apacible y natural ternura fue mezclada en grado tal a la aptitud para las virtudes” Y apreció que:  “Se puede esperar todo de un pueblo donde la mujer es virtuosa y el hombre es honrado”.

De las féminas dijo también nuestro Apóstol:” La elegancia del vestido, la grande y verdadera está en la altivez y fortaleza del alma. Un alma honrada, inteligente y libre, da al cuerpo más elegancia, y más poderío a la mujer, que las modas más ricas de las tiendas. Mucha tienda, poca alma”.

En una ocasión, sobre unas mujeres que visitaban las canteras donde trabajaba él como prisionero, escribió a su madre: “Esta es una fea escuela, porque aunque vienen mujeres decentes, no faltan algunas que no lo son. A Dios gracias, el cuerpo de las mujeres se hizo para mí de piedra.  Su alma es lo inmensamente grande, y si la tienen fea, bien pueden irse a brindar a otro lado su hermosura”

Un concepto sobre el respeto a la mujer, lo brindó Martí en uno de sus versos: De mujer, pues puede ser/ que mueras de su mordida/ pero no empañes tu vida/ diciendo mal de mujer. En otro verso escribió: Aquí está el pecho, mujer/ que ya sé que lo herirás/ más grande debiera ser/ para que lo hirieses más.

Obsérvese esta  otra bella imagen martiana sobre la mujer. “La Naturaleza dio cuernos a los toros, cascos a los caballos, ligereza de pies a las liebres, carrera de dientes a los leones, la natación a los peces, el volar a las aves, el pensamiento a los hombres. Para las mujeres no tenía ya. ¿Qué le da, pues? La hermosura contra todos los escudos, contra todas las lanzas. Pues cualquiera siendo hermosa, vence al hierro y el fuego¨.

No en vano dijo una vez: “Hago lo que debo y amo a una mujer, luego, soy fuerte”. Sobre ellas hizo en una ocasión una interrogante: ¿Qué será de los hombres el día en que no puedan apoyar su cabeza en un seno caliente de mujer?

Sobre la  teatrista española, Pilar Belaval, durante  el ya citado homenaje en México, al cual fue invitado para el elogio , expresó también  estas bellas palabras: “Es mujer,  copia feliz de cuanto hay de animado y de bello y artista, es el realce del entusiasmo y la grandeza. Dícese mujer y se adivinan hermosuras, abnegaciones, divinas locuras y promesas’.

En muchas de sus obras poéticas, teatrales, periodísticas y sus epístolas, abundan el protagonismo o mención de las mujeres.

A Martí se le atribuye un bonito pensamiento sobre la mujer, que en realidad no es suyo. Es el siguiente: “La abnegación de la mujer obliga al hombre a la virtud”. En realidad, Martí cita lo escrito en un álbum de una cubana. Y expresa textualmente: “Toda la patria – dice un álbum de cubana- está en la mujer: si ella falla, morimos: si nos es leal, somos. La abnegación de la mujer obliga al hombre a la virtud”

Pero en el mismo escrito señala: “Como veneno es una mujer frívola o interesada, que descuaja y envilece al marido temeroso: delicia y manantial de orgullo, es una mujer valiente y abnegada”

Y esta otra bella alusión a la mujer:  “Cuando la luz sufre, los cielos se oscurecen:  Luz es una especie de espíritu que brota del sol en el cielo, y de las mujeres en la tierra”.

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