.Orlando Guevara Núñez
A
principios de noviembre de 1958, luego de haber propinado una aplastante
derrota a la ofensiva de la tiranía batistiana, el Ejército Rebelde iniciaba la
batalla decisiva en Oriente, cuyo punto final debía ser la ciudad de Santiago
de Cuba.
Las
columnas guerrilleras habían obligado al ejército opresor a replegarse hacia
las madrigueras que creían seguras en las ciudades. El territorio rebelde
crecía con cada acción, nuevos combatientes engrosaban las filas insurrectas y el armamento
arrebatado al enemigo incrementaba su capacidad para mayores acciones.
La
noche del 12 de noviembre, el Comandante en Jefe, Fidel Castro, a través de la
emisora Radio Rebelde, se dirigía a todos los mandos de Frentes y Columnas y
también a la población, trazando las indicaciones para asestar el golpe final a
la dictadura.
En
la extensa provincia de Oriente, debía ser paralizado el tránsito. Los accesos
a las ciudades debían ser cerrados. A las columnas del Segundo Frente Oriental Frank País, bajo el
mando del Comandante Raúl Castro, les correspondería continuar su avance y
rendir la mayor cantidad posible de cuarteles.
El
Tercer Frente, con el Comandante Juan Almeida como jefe, tenía la misión de
estrechar el cerco sobre la ciudad de Santiago de Cuba, al tiempo que
participaba en otras importantes acciones compartidas con el Primer y
Segundo Frentes.
Las
columnas invasoras de Camilo y el Che, desde el centro del país, tenían la
encomienda de no dejar pasar al enemigo con refuerzos hacia la zona oriental,
además de continuar su avance victorioso; e
igual misión correspondería, en los límites con Camagüey, al Cuarto Frente Simón Bolívar.
Un
eslabón principal de esta estrategia fue la Batalla de Guisa, dirigida personalmente por el
Comandante en Jefe Fidel Castro. Después de diez días de duros combates, Guisa
caía en manos del Ejército Rebelde, el 30 de noviembre de 1958. Allí fueron vencidas
no sólo las armas de esa guarnición, sino también los refuerzos
procedentes de Bayamo, Manzanillo, Yara, Estrada Palma, Baire y otros puntos. La Operación Santiago
ascendía un importante peldaño hacia su objetivo.
Las
columnas del Segundo Frente tradujeron
en acciones concretas y rápidas las órdenes del máximo jefe del Ejército
Rebelde. Mayarí, Cueto, San Luis, Alto Songo, La Maya, Sagua de Tánamo y otros
puntos importantes eran cercados unos, asediados los demás.
El
27 de noviembre caía en manos rebeldes Alto Songo, quedando definitivamente
como territorio liberado. El 7 de
diciembre era liberada La Maya,
tras entrar en acción, por primera vez, la Fuerza Aérea Rebelde.
Era ésta la última posición del ejército enemigo entre Guantánamo y Santiago de
Cuba.
Tras
recios combates, el 8 de diciembre quedaba liberado San Luis. Luego serían
tomados Caimanera, Sagua de Tánamo, Baracoa, Mayarí y otros puntos clave a todo
lo largo del territorio del Segundo Frente
Oriental. Y para los días finales de ese mes y año las tropas de Raúl
habían cumplido la misión de Fidel, tenían cercado a Guantánamo, combatían en
otros escenarios y cerraban también el anillo rebelde sobre la capital
oriental.
El
Tercer Frente, por su parte, mientras se
acercaba cada vez más a la ciudad de Santiago de Cuba, combatía junto al
Primer Frente y lograba importantes
victorias.
El
9 de diciembre es liberado Baire. El 17 es rendido El Cobre. El 19, en uno de
los combates más encarnizados durante la guerra revolucionaria, es tomado
Jiguaní. Allí los rebeldes tuvieron doce muertos y tres heridos, mientras que
el enemigo sufría más de treinta muertos. En ese combate cayó heroicamente el
capitán Ignacio Pérez Zamora, ascendido póstumamente al grado de Comandante del
Ejército Rebelde.
Luego
de cinco días de intensos combates, el 27 de diciembre, las fuerzas
guerrilleras toman y liberan a la ciudad de Palma Soriano. Por primera vez
combaten juntos los soldados y jefes del Primer, Segundo y Tercer
Frentes, bajo el mando de Fidel, Raúl y Almeida.
El
revés de Palma Soriano fue un golpe del cual no podría recuperarse ni militar,
ni moral, ni sicológicamente el enemigo. Además de los muertos y heridos, eran
hechos prisioneros 256 militares batistianos, mientras que 357 armas les habían
sido arrebatadas.
A
todo lo largo de la
Carretera Central, desde Bayamo hasta Santiago de Cuba,
quedaba un solo bastión enemigo: la fortaleza de Maffo, vencida después de
veinte días de acciones. Allí ofrendaron su vida cuatro combatientes
revolucionarios y veinte resultaron heridos. La fuerza enemiga sufrió
cuantiosas pérdidas y el 30 de diciembre, a las 5:30 de la tarde, la fortaleza
del BANFAIC era rendida.
La batalla de Santiago
de Cuba comenzará de un momento a otro. Así lo afirmaría el Comandante en Jefe en el propio parte
militar sobre la victoria en Maffo.
El
cerco total a la capital oriental era ya
una realidad victoriosa para el Ejército Rebelde, aplastante y desalentadora
para el enemigo.
El
amanecer del Primero de Enero de 1959 llegaba junto a la noticia de la fuga del
tirano Fulgencio Batista. Pero fuerzas reaccionarias en la capital del país,
tras un fraudulento golpe de estado, pretendían boicotear el triunfo de la Revolución.
La
decisión del Mando Rebelde, expresada por su Comandante en Jefe, sería
invariable: Si a las 6:00 de la tarde de ese día la guarnición del Moncada, con
unos cinco mil hombres, no había depuesto incondicionalmente las armas, las
tropas rebeldes avanzarían sobre la ciudad y tomarían por asalto cada posición
enemiga.
La
situación de los militares allí refugiados les ofrecía sólo dos alternativas.
Una era la rendición. La otra, una resistencia sangrienta e inútil. Pero ya su
baja moral no respaldaba ningún combate.
El cerco a la ciudad los apretaba con una fuerza que los ahogaba. Y dentro de
ella, más de cien combatientes clandestinos, bien armados, los acosaban y
limitaban al estrecho espacio de sus madrigueras.
El
Moncada se rendía antes del plazo fijado. La victoria del Ejército Rebelde era
total. La Operación
Santiago había terminado, sin la necesidad del último combate
militar.
El
definitivo triunfo rebelde se producía en el mismo lugar que cinco años, cinco
meses y cinco días atrás, el mismo jefe revolucionario había iniciado la última
etapa de lucha por la independencia verdadera de la Patria.
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