.Orlando Guevara Núñez
Alegría de Pío, lugar cercano
al lugar del desembarco del 2 de diciembre de 1956, marca en la historia el
bautizo de fuego de los expedicionarios del Granma. Transcurría el cuarto día
de estar en tierra cubana, sin que los 82 combatientes al mando de Fidel
hubiesen sido descubiertos por el ejército de la tiranía, pese a la numerosa
cantidad de hombres y medios, incluyendo la aviación, a su disposición para
detectarlos.
Después de un azaroso
desembarco, los revolucionarios,
agotados , con escasas provisiones, caminaban
con el objetivo de internarse en la Sierra Maestra.
En realidad la fuerza rebelde fue localizada gracias a la delación de un
individuo del lugar que horas antes había servido de práctico a los
expedicionarios y conocía su ubicación y rumbo trazado. Ese hecho fue señalado posteriormente por el Che
como un costoso error, al dejar en libertad a un práctico, al cual no se
conocía, estando aún en el área de peligro. El traidor, nombrado Laureano Noa
Yang, pagó su falta, al ser ajusticiado por el Ejército Rebelde en el año 1957.
Así, alrededor de las 4:45 de la tarde del fatídico 5 de
diciembre, la traición se convirtió en
sorpresa, la sorpresa en derrota, la derrota en dispersión y la dispersión en
una feroz persecución enemiga y una tenaz lucha por la supervivencia de los
expedicionarios.
Los 82 hombres se
fragmentaron en pequeños grupos y algunos solos- que emprendieron caminos
desconocidos, la mayoría en condiciones
físicas muy adversas y con el peligro de
exterminio a cada paso.
En Alegría de Pío, pese
al intenso fuego al cual fueron
sometidos los expedicionarios, sólo tres
cayeron en combate. Ellos fueron Israel
Cabrera Rodríguez, Humberto Lamothe Coronado y Oscar Rodríguez Delgado. Otros,
incluyendo al Che, fueron heridos, pero lograron evadir el cerco, la persecución y salvar la
vida.
Los días posteriores a la
odisea de Alegría de Pío fueron trágicos para los revolucionarios. El día 7 de
diciembre, cayeron asesinados en el lugar
conocido como Pozo Empalado, luego de ser tomados prisioneros, los
expedicionarios René Bedia Morales y Eduardo Reyes Canto, mientras que ese
mismo día, en Boca del Toro, corrieron igual suerte Miguel Cabañas Perojo,
Noelio Capote Figueroa, Cándido González Morales, Antonio López Fernández, René
O. Reiné García, Tomás David Royo Valdés, José R. Smith Comas y Raúl Suárez
Martínez.
De los crímenes de ese día fue víctima también
Miguel Saavedra Pérez, quien había ya evadido el cerco, pero tratando de llegar
a Manzanillo, fue hecho prisionero, asesinado y llevado su cadáver hasta
Alegría de Pío para hacerlo aparecer como caído en combate.
Al día siguiente, 8 de
diciembre, engrosarían la lista de expedicionarios hechos prisioneros y
asesinados, en la localidad de Macagual: Luis Arcos Bergnes, José R. Martínez
Álvarez y Armando Mestre Martínez. Ese mismo día, serían víctimas del crimen
Félix Elmuza Agaisse, Santiago Liberato Hirzel González y Andrés Luján Vázquez.
El último expedicionario
asesinado en los días posteriores al desembarco fue Juan Manuel Márquez
Rodríguez, segundo al mando del Granma, quien había quedado solo, siendo
apresado y masacrado en el lugar conocido como La Norma, en las cercanías del
poblado de San Ramón.
La tiranía batistiana había aplicado
contra los revolucionarios los mismos métodos asesinos que cuando los hechos
del 26 de julio de 1953, a raíz del asalto a los cuarteles Moncada, en Santiago
de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo. En aquella ocasión, de los 61
caídos, 55 fueron asesinados después de
ser tomados prisioneros; ahora,
18 de los 21 muertos eran víctimas de ese cobarde proceder.
Los métodos de persecución
fueron brutales, incluyendo la oferta de pago a quienes se prestaran a la
traición. Una nota volante de esos días, conservada, así lo demuestra:
A todo el que pueda interesar
Por este medio se hace saber que toda persona que
facilite una información que conduzca al éxito de una operación contra
cualquier núcleo rebelde comandado por Fidel Castro, Raúl Castro, Crescencio
Pérez, Guillermo González o cualquier otro cabecilla será gratificado de
acuerdo con la importancia de la información, bien entendido que nunca será
menor de $5, 000.
Esta gratificación oscilará de $5,000 hasta $100,000
correspondiendo esta última cantidad o sea $100,000 por la Cabeza de Fidel
Castro.
Nota: el nombre del informante no será nunca revelado.
Pretendieron comprar con
dinero lo que no fueron capaces de conseguir en el campo de combate. Esa nota,
prueba la naturaleza cobarde y asesina del régimen batistiano. Es evidente que
cuando se menciona a Guillermo González, se está refiriendo a Guillermo García
Frías, primer campesino que se unió a los rebeldes, alcanzó durante la guerra
los grados de Comandante y es hoy el prestigioso Comandante de la Revolución
que continúa la lucha junto a nuestro pueblo.
Durante esos aciagos días, 18
expedicionarios lograrían reagruparse para continuar la lucha en la Sierra
Maestra, 21 evadieron el cerco y escaparon a la persecución y la muerte,
mientras que 22, presos luego de que cesaran las matanzas, fueron enviados a
prisión.
La solidaridad, en esos
momentos adversos, puedo más que la fuerza del crimen. Los grupos organizados
por el Movimiento Revolucionario 26 de Julio, con Frank País García y Celia
Sánchez Manduley como figuras cimeras en la clandestinidad y Crecencio Pérez y
Guillermo García en la zona de operaciones, junto a otros colaboradores, lograron
rescatar, salvar y unir al grupo de revolucionarios que proseguiría luego la
lucha
En la tarde del 16 de
diciembre, Fidel, con Faustino Pérez y Universo Sánchez, llega a Cinco Palmas,
finca de Mongo Pérez,en Purial de Vicana.Dos días después, se le une Raúl con Efigenio Aimejeiras, Ciro Redondo, René
Rodríguez y Armando Rodríguez. El día 21 se incrementa el grupo con tres de los hombres que serían luego pilares
de la guerra revolucionaria: Juan Almeida, Ernesto Guevara y Camilo Cienfuegos.
El 25 de diciembre se produce
un hecho histórico que infunde aliento y fuerza al mando rebelde: la
incorporación oficial a la guerrilla de Guillermo García Frías-el primero-
Manuel Fajardo Sotomayor, Crecencio Pérez Montano, Ignacio Pérez Zamora, Sergio
Pérez, Julio Zenón Acosta, Sergio Acuña y Manuel Acuña.
Al día siguiente, la naciente
guerrilla marcha hacia la Sierra Maestra, con la incorporación también de los
expedicionarios Luis Crespo Castro y
Julio Díaz González. Antes de finalizar
diciembre, la incipiente guerrilla contaba ya con 27 hombres, la tercera parte
de la cifra al momento del desembarco.
Un mes y doce días después
del revés de Alegría de Pío, se prudiciría en La Plata, Siierra Maestra, la
primera victoria del naciente Ejército Rebelde durante la guerra
revolucionaria, punto de partida para la victoria del 1ro. de enero de 1959,
fruto de una convicción bien expresada
en tres momentos antes, durante y después de Alegría de Pío.
Previo a la salida de México, cuando afirmó Fidel: Si salimos, llegamos; si llegamos,
entramos; si entramos, triunfamos. Durante el primer combate, con el grito de
guerra de Almeida: ¡Aquí no se rinde nadie...!
Y la sentencia histórica de Fidel al encontrarse con Raúl en Cinco
Palmas y contar con soloocho hombres y
siete fusiles: ¡Ahora sí ganamos la guerra!
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