.Orlando Guevara Núñez
En un artículo titulado La campaña electoral en los Estados Unidos, escrito en Nueva York, el 30 de agosto de 1888, y publicado en el diario La Nación, de Buenos Aires, el 11 de octubre de igual año, escribió nuestro José Martí este enunciado. Al leerlo, viene a la mente su afirmación, en La Edad de Oro, de que Tener talento es tener buen corazón.
Habla sobre los candidatos, los oradores, sobre la lucha política, entre otros temas. Pero saca una conclusión: “Y a lo que hay que ver es a que el favor sea para la mayoría de la nación, y no para los capitalistas privilegiados, que hallan siempre representantes que aboguen por su interés en el Congreso, y candidatos a la presidencia, como Blaine, que va con el viento de su fortuna, y aunque capaz de arranques grandiosos y de corazonadas populares, no pone su genio político al lado de los pobres, que no pagan bien, ni se combinan, ni tienen que defender más que esperanzas vagas, si no se apega a los encumbrados para que le encumbren” (…).
Plantea otro criterio al expresar que el talento es deber… pues agrega que por ahí se miden los hombres. Solo es dueño exclusivo de aquello que se crea. El talento viene hecho, y trae consigo la obligación de servir con él al mundo, y no a nosotros, que no nos lo dimos. De modo que emplear en nuestro beneficio exclusivo lo que no es nuestro, es un robo.
Igual concepto plantea sobre la cultura, perteneciente a la patria que nos la dio y de la humanidad, a quien heredamos. Considera que “Es un ladrón el hombre egoísta. Es un ladrón el político interesado”. Habla también sobre lo oradores pagados, por uno y otro partido. Y resume un criterio: Prosperan en los pueblos áridos los oradores de figuras. Y otro sobre las elecciones: “Es duelo de oso y tigre”.
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