.Orlando Guevara Núñez
El artículo 84 del Proyecto de Constitución de la
República de Cuba, expresa de forma resumida: “La educación es un derecho de
todas las personas y una responsabilidad del Estado, la sociedad y las familias”.
Y agrega que “El Estado garantiza a sus ciudadanos
servicios de educación gratuitos y asequibles para su formación integral, desde
el preescolar hasta la enseñanza universitaria de pregrado, conforme a las
exigencias sociales y las necesidades del desarrollo económico-social del país”.
En la inmensa mayoría de los países del mundo, eso no
pasa de ser una aspiración. En Cuba, es una práctica desde el triunfo de la
Revolución, la que erradicó un pasado de oprobio, signado por el analfabetismo,
sobre todo en las áreas rurales.
Y el sistema cubano no solo garantiza la enseñanza hasta
el nivel universitario, sino que, además, proporciona empleo a los graduados.
En los tiempos más difíciles provocados por el bloqueo del gobierno de los
Estados Unidos a Cuba, ninguna escuela fue cerrada, ningún maestro perdió el
empleo, ni ningún niño quedó sin maestro.
En una reciente información a la prensa, la Ministra de
Educación, Ena Elsa Velázquez Cobiella, informó que todo está lista para comenzar
el próximo 3 de septiembre, el nuevo curso escolar, con una matrícula
preliminar de más de un millón, 745 000 alumnos, y más de 156 000 maestros
frente a las aulas.
La Educación Superior, por su parte, llevará a las aulas
a unos 240 mil estudiantes. Este sistema
cuenta con 21 mil profesores a tiempo completo y unos 6 000 a tiempo parcial,
según explica el periódico Granma.
Para quien no conozca el sistema educacional cubano,
estas cifras, por sí solas, no dirán mucho. Por eso vale reiterar que en las
aulas estarán todos los cubanos que desde el preescolar hasta la Universidad lo
necesiten. Sin discriminación de ningún tipo, totalmente gratis. Ha sido un
derecho ganado y gozado desde hace muchos años, y que la nueva Constitución se
propone perpetuar, cumpliendo el precepto martiano de que un pueblo culto será
siempre fuerte y libre.
Miles de maestros cubanos han marchado hacia decenas de países para llevar la luz de la enseñanza, al tiempo que millones de personas en otros territorios han salido del analfabetismo mediante el método cubano "Yo sí puedo". También un número importante de maestos, de otros países, han sido formados en Cuba.