.Orlando Guevara Núñez
Santiago de Cuba fue
condecorada con el Título Honorífico de Héroe de la República de Cuba y la
Orden Antonio Maceo. Pero esos galardones no
los ganaron sus casas, sus calles,
aceras, ventanas. Los ganaron los hombres y mujeres que nacieron, vivieron, combatieron y murieron en
ellas.
En homenaje a este pueblo
heroico, en el aniversario 65 del asalto
al Cuartel Moncada, reflejaremos algunas
opiniones de combatientes, dirigentes y otras personalidades sobre esta ciudad
rebelde. Comenzamos por la de Ernesto Guevara de la Serna, el Che.
El Che estuvo presente en
Santiago de Cuba en las festividades por el 1ro. de Mayo en los tres años
iniciales de la Revolución.
El 1ro. de mayo de 1959,
expresaría el Guerrillero Heroico:
“Hay
una cosa que me ha impresionado mucho desde mi entrada a Santiago de Cuba y es
la integración absoluta de todos los poderes revolucionarios: organismos
obreros, campesinos, comisionados y jefe militar. Funcionan como un solo block,
cosa que desgraciadamente no he visto en otras provincias y tampoco en La
Habana. Debo felicitar al pueblo oriental por ser hoy también quien marca
rumbos en la unidad, como fuera ayer el que marcara los rumbos del sacrificio
en los días de la guerra”.
Los días 28, 29 y 30 de
noviembre de 1964, el Che estuvo en Santiago de Cuba y habló en el acto
conmemorativo del Alzamiento de esta ciudad.
“Las
organizaciones del Movimiento habían recibido el anuncio de nuestra llegada y,
encabezado por Frank País, y a la cabeza de toda la nación, los combatientes de
Santiago escribieron aquella página heroica del 30 de noviembre, con la cual se
pretendía crear un clima en el país que impidiera a las tropas de Batista
marchar rápidamente a combatir nuestra columna invasora”.
“El resultado ustedes lo conocen; tras algunos
éxitos parciales sucedió aquel
aplastamiento de la
insurrección popular con su cortejo de muertos como siempre sucede”.
“Después,
muchas veces, nosotros estábamos pensando en los peligros que corría la gente
de la ciudad; pensábamos en lo difícil que era para un revolucionario tan
conocido, mantenerse en la
clandestinidad, condenado a muerte ya por los esbirros batistianos”.
“Y
así, una noche del mes de julio, en los últimos días del mes de julio de 1957,
militantes de más de dos columnas del
Ejército Rebelde, todos sus oficiales, enviaron una carta de agradecimiento a
Frank País y a toda la ciudad de Santiago por su acción heroica, firme y
sostenida en el mantenimiento de la lucha revolucionaria”.
“Pero esa carta ya no llegó
a su destinatario porque Frank País también pagó con su vida la insurgencia
contra la dictadura batistiana”.
“De aquí, muchas mujeres,
que hoy están presentes, recuerdan en el día de hoy, sus hijos, sus maridos,
sus padres, sus parientes más cercanos que desaparecieron en las mazmorras de
la policía, aparecieron un día balaceados en las inmediaciones de Santiago, la
noticia de cuya muerte llegó también a nuestro campo rebelde en la Sierra
Maestra”.
“Esta
ciudad se ganó plenamente el reconocimiento de todo el país. Oriente, que
tradicionalmente había sido la cabeza de las luchas revolucionarias desde la
época de Martí, Maceo y Máximo Gómez, aún antes, desde la época de Carlos
Manuel de Céspedes, volvía a ponerse a la cabeza de la lucha contra la
dictadura”.
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