miércoles, 16 de agosto de 2017

Partido Comunista de Cuba: El alma de la Revolución





.Orlando Guevara Núñez


Las ideas políticas orientadas hacia el socialismo, comenzaron a fraguarse en Cuba en la última década del siglo XIX. En febrero de 1899, luego de la instauración de un gobierno interventor de los Estados Unidos, Diego Vicente Tejera, Nacido en Santiago de Cuba, en 1848, creó en La Habana  el Partido Socialista Cubano,  (PSC) con una efímera existencia que no llegó al medio año. Ese intento, esta vez con el nombre de Partido Popular, se repetiría en el 1900, también con resultados infructuosos.
Ya en 1894, con experiencia de la lucha, tanto en el plano nacional como internacional, Diego Vicente Tejera comparte con José Martí y Carlos Baliño los quehaceres de la propaganda revolucionaria, llegando a figurar entre los redactores del periódico Patria.
En su base programática, el PSC proclamó   que “La tarea principal del pueblo, agrupado en ese organismo,   bajo la conducción de los trabajadores, es la de construir una verdadera república y no reproducir la repugnante imagen de la colonia antigua (...) bajo los pliegues de la bandera interventora, e impedir que esa gentecilla culta anule  el derecho de los cubanos a la independencia”.
Este ilustre cubano murió  el 5 de noviembre de 1903.  Se le considera  junto a Carlos Baliño y Agustín Martín Veloz (Martinillo), dirigente comunista  de Manzanillo, entre los más destacados  cubanos que en los inicios de la neocolonia contribuyeron a la organización y educación política de los trabajadores cubanos.

El patriota Carlos Baliño López , quien nació  en Guanajay,  el 13 de febrero de 1848, continuó sus empeños por la difusión de las ideas socialistas en Cuba. Había participado, junto a José Martí, en la fundación del Partido Revolucionario Cubano y era un ferviente seguidor de los postulados martianos.
En 1903, funda el Club de Propaganda Socialista de La Habana, cuyos integrantes, junto a otros dirigentes obreros, crearon, al año siguiente, el Partido Obrero de Cuba.
En su órgano de prensa, se escribiría sobre este organismo: “Si el programa íntegro del Partido Obrero se realizase mañana mismo, el sistema de explotación capitalista quedaría en pie y duraría muy poco el bienestar transitorio obtenido con esas reformas”. Se planteaba, además, que “La única solución para los problemas de la clase trabajadora,  es  la conquista del poder y la socialización de los medios de producción”.  Siendo así, se hizo la propuesta de que “ El  Partido Obrero adopte el programa y despliegue al viento la bandera del socialismo”.  Ese organismo pasó a nombrarse, a fines de 1905, Partido Obrero Socialista de Cuba.
Ese mismo año, Carlos Baliño expone con meridiana claridad sus ideas socialista, al afirmar que el socialismo   “El único capaz de moralizar las costumbres y las ideas, haciendo que la sociedad descanse sobre las bases de la absoluta y eterna justicia”.  Y en cuanto a los métodos de lucha, fija su criterio de que  “La huelga justa, oportuna y necesaria es un arma que todavía no puede desechar el obrero, pero creer que el gremio  y la huelga pueden librarlo de la explotación y la miseria, sería una ilusión […]. Nada que deje en pie el sistema de explotación capitalista y el asalariado puede impedir la miseria de las masas. Es, pues, indispensable una transformación completa en el sistema de producir y de distribuir, y a ese fin se dirige el socialismo”.
 Al crearse, en marzo de 1923, la primera Agrupación Comunista, entre sus fundadores estaba Carlos Baliño.  Luego, en agosto de 1925, fue fundador, junto a Julio Antonio Mella y otros destacados revolucionarios, del  primer Partido Comunista de Cuba.  Su fallecimiento se produjo el 18 de junio de 1926.
La muerte de Baliño, sin embargo, no significó un retroceso en las ideas socialistas, porque éstas habían ya fructificado en muchos dirigentes, quienes, en medio de muy difíciles condiciones, las llevaban a las masas.
Julio Antonio Mella  retomó la esencia del pensamiento radical martiano y la unió con las ideas del marxismo- leninismo para elaborar un programa dirigido a la conquista de la libertad e independencia de Cuba.
Entre los años 1923 y 1925, existían en el país varias agrupaciones comunistas, como fueron  la Agrupación Comunista de La Habana,  primera en crearse; además, las de Guanabacoa, Manzanillo, Media Luna, Palma Soriano, Guantánamo y San Antonio de los Baños, entre otras. Con representaciones de éstas, los días 16 y 17 de agosto de 1925, tuvo lugar el Congreso Constituyente del Partido Comunista de Cuba. Por  penurias económicas, a este evento no asistieron los representantes de Manzanillo, siendo representados por Julio Antonio Mella y el líder obrero Alejandro Barreiro.
En esa ocasión, para el cargo de Secretario General del Partido, fue electo el  líder obrero y maestro, de origen canario, José Miguel Pérez, quien poco después sería deportado a España por la sangrienta tiranía de Gerardo Machado.
Una lección sobre la falsedad de la democracia capitalista y el pluripartidismo, ocurrió luego de la fundación del Partido Comunista de Cuba, pues sólo a 15 días de ese acontecimiento, este organismo tuvo que pasar a la clandestinidad.  Además de la deportación de su Secretario General, calificado de “extranjero indeseable”, Julio Antonio Mella, sobre quien pesaba un intento de asesinato, tuvo que marchar hacia México, donde fue acribillado a balazos por orden del dictador Machado, el 29 de enero de 1929

No puede dejar de mencionarse un nombre entre estos luchadores: Rubén Martínez Villena, quien condujo la lucha obrera y comunista hasta su muerte, el 16 de enero de 1934. Y otros muchos,  entre ellos Fabio Grobart, Juan Marinello, Blas Roca,  Carlos Rafael Rodríguez, Lázaro Peña, Jesús Menéndez. El nombre de todos, podría resumirse en uno solo: ¡Comunistas!

Así surgió el Partido Comunista de Cuba, antecedente del que tenemos hoy.
Ardua, llena de escollos, fue  su labor,  la mayor parte del tiempo sumergido en la clandestinidad, perseguidos, apresados y asesinados muchos de sus líderes.
Hasta que el triunfo revolucionario del 1ro. de enero de 1959, al barrer la estructuras capitalistas y emprender el rumbo socialista, creó las condiciones para que los sueños aquellos luchadores pudieran convertirse en realidad.
La verdadera unidad, imprescindible para el éxito de la lucha en todos los momentos, se comenzó a forjar desde los duros días de la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista. Su artífice indiscutible, el Comandante en Jefe Fidel Castro.
Vendrían luego,  después de la victoria de Playa Girón, la unión de las principales organizaciones que habían derrotado a la tiranía. Primero las Organizaciones Revolucionarias Integradas, (ORI); después, el Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC) y finalmente, el 3 de octubre de 1965, el Partido Comunista de Cuba, el Partido de Fidel, de Raúl, el Partido de todos los cubanos.

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