jueves, 23 de mayo de 2019

Trump y su pandilla, equivocados de época




.Orlando Guevara Núñez

Las bravuconerías, amenazas y creencias de que son los dueños del mundo, aplicadas por el presidente de los Estados Unidos y su pandilla, están, sencillamente, pasadas de época. La realidad lo está demostrando, aunque ellos, en su miopía política, no tengan capacidad para darse cuenta.
Tratar de revivir la caduca Doctrina Monroe, volver a los tiempos en que los embajadores yanquis en América Latina dictaban órdenes con fuerza de gobierno es solo una añoranza incumplible, aún cuando quedan todavía algunos  caínes de los que en su época criticó el Héroe Nacional cubano, José Martí.
Desde hace ya seis décadas, el 2 de septiembre de 1960, el pueblo de Cuba, en la Primera Declaración de La Habana, denunció  y rechazó la preservación de  esa colonial doctrina  “utilizada hasta ahora, como lo previera José Martí, para extender el dominio en América de los imperialistas voraces, para inyectar mejor el veneno también denunciado a tiempo por José Martí, el veneno de los empréstitos, de los canales, de los ferrocarriles”.  Y  Cuba le dijo al mundo, en esa ocasión, una verdad con fuerza de presencia.
“Por ello, frente al hipócrita panamericanismo que es sólo predominio de los monopolios yanquis sobre los intereses de los pueblos  americanos,   manejo yanqui de gobiernos prosternados ante Washington, la Asamblea del Pueblo de Cuba proclama el latinoamericanismo liberador que late en José Martí y en Benito Juárez. Y al extender la amistad hacia el pueblo norteamericano -el pueblo de los negros linchados, de los intelectuales perseguidos, de los obreros forzados a aceptar la dirección de gánsteres- reafirma la voluntad de marchar con todo el mundo y no con una parte de él”.
Ya la ONU y la propia OEA no son los mismos instrumentos que antes, aunque no hacen todo cuanto pueden para sancionar los intentos hegemónicos norteamericanos.
Ya Estados Unidos, pese a su enorme poderío, no puede, ni militar ni económicamente, intimidar ni doblegar a muchas otras naciones. Sin embargo, parece que esa realidad no forma parte de la conciencia imperialista de su actual gobierno. Y el intento de actuar contra esa realidad pone al mundo en un punto de peligro bélico que, de concretarse, cambiaría la historia de su papel de hacer guerras para que pierdan y sufran otros, no ellos.
Sus cálculos han venido fallando frente a Cuba hace 60 años. Están fallando contra Venezuela, En Corea del Norte, no obtuvieron lo que aspiraban. Su política frente a Rusia y China ha topado con un freno infranqueable. Y en el actual conflicto contra Irán, el paseo esperado, ha devenido aventura de la cual tienen que pensar muy bien para emprenderla. Sus propios aliados alertan sobre esa verdad.
Lo cierto es que si la capacidad del gobierno norteamericano no llega al punto de entender y aceptar el cambio de época, podrá el imperio crear conflictos, pasar de las amenazas, las sanciones, los sabotajes y los bloqueos al escalón militar. Y serán los hechos los que les demuestran, aunque demasiado tarde, su aberrante equivocación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario