martes, 31 de agosto de 2021

José Martí, su amor por los pueblos de América


. Orlando Guevara Núñez

 


Una afirmación define el amor de José Martí por los pueblos  del sur de nuestro continente: “De América soy hijo: a ella me debo”. Para él no debían existir fronteras que los separaran.” Pueblo y no pueblos, decimos de intento, por no parecernos que hay más que uno del Bravo a la Patagonia”.

Defendió siempre  la  independencia  de las naciones del sur y alertó sobre los peligros del intento de los Estados Unidos de dominarlos. Por eso  aseguró que  “Ha llegado para la América Española la hora de declarar su segunda independencia”.

Y contra  los propósitos yanquis de  señorío económico, expuso un criterio valedero: “La unión con el mundo y no con una parte de él; no con una parte de él contra otra. Si algún oficio tiene la familia de repúblicas de América, no es ir de arria de una de ellas contra las repúblicas futuras”.

Pero vio con claridad los peligros de esa independencia y esa unión y trató de evitarlos. “Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y, hemos de andar en cuadro apretado, como La Plata en las raíces de Los Andes”. “En el fiel de América están Las Antillas, si esclavas mero pontón de la guerra de una república imperial, y si libres,  garantía de equilibrio en el continente y para la independencia de la América española, aún amenazada”

Vio con meridiana claridad que  “Las Antillas libres salvarán la independencia de nuestra América, y el honor ya dudoso y lastimado de la América inglesa, y acaso acelerarán y fijarán el equilibrio del mundo

En justa consideración, analizó que. “Los pueblos de América  son más libres y prósperos a medida que más se apartan de los Estados Unidos” y que  “Los pueblos de América ascienden a la libertad segura y generosa en la misma proporción que Estados Unidos descienden de ella”.

Pero alertó también sobre el peligro de la desunión para enfrentar al enemigo común. Por eso dijo que  · En nuestra América no puede haber Caínes. ¡Nuestra América es una!  Argumentó: ¿A dónde va la América y quién la junta y guía?  Sola, y como un solo pueblo, se levanta. Sola pelea. Vencerá, sola”.

Vislumbró el papel de Cuba en ese ideal independentista señalando que Cuba “Al salvarse, salva. Nuestra América no le fallará, porque ella no falla a América”. Y auguró que  “La revolución de Cuba, corona y garantía de la de nuestra América”  y que  “Por Cuba va a cuajar la emancipación de América”,  alegando que  en Cuba peleamos  para asegurar, con la nuestra, la independencia hispanoamericana”.

En la víspera de su  muerte, nuestro Héroe Nacional plasmó para la historia su ideal independentista de los pueblos de América frente a la voracidad yanqui: 

Ya estoy todos los días en peligro  de dar mi vida por mi país y mi deber- puesto que lo entiendo y tengo fuerzas para realizarlo-  de impedir a tiempo con la independencia de Cuba, que se  extiendan  por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso”.

Ese sentimiento martiano gana fuerza de presencia en la cultura política del pueblo cubano y  constituye un digno homenaje al Maestro, en el aniversario  125 del holocausto de Dos Ríos.

El aseguró, refiriéndose al Libertador: ¡Porque lo que él no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy: porque Bolívar tiene que hacer en América todavía! Y puede decirse que también a Martí le queda mucho por hacer en América.

Y por un punto de encuentro en la historia, precisamente  los pueblos de Simón Bolívar – Venezuela-  y de José Martí –Cuba,  libran  hoy uno de los más heroicos combates por la segunda independencia americana.

 

 

 

 

 

Las manos de cada nación deben estar libres para desenvolver sin trabas el país, con arreglo a su naturaleza distintiva y a sus elementos propios

 


:Orlando Guevara Núñez

 


Una excelente definición martiana sobre el derecho de los pueblos a su autodeterminación. Y fue importante el contexto en que expuso esta idea: se trata del informe leído por él  ante la Conferencia Monetaria Internacional Americana, celebrada en Washington, y a la cual  él asistió como delegado por el Uruguay.

El 30 de marzo de 1891 cumplió Martí el encargo de la Comisión que estudió las propuestas hechas a ese cónclave por la delegación de los Estados Unidos en relación con la creación de una o más monedas internacionales. Y expuso un contundente documento, con el espíritu de los pueblos de América, no de una potencia aspirante a la preponderancia sobre los demás. 

En el análisis, Martí llega a la conclusión de que “El oficio del continente americano no es perturbar el mundo con factores nuevos de rivalidad  y de discordia, ni restablecer con otros métodos y nombres el sistema imperial por donde se corrompen y mueren las repúblicas”.  Dijo que ese oficio no es levantar  a un mundo contra otro, ni amasar con precipitación elementos diversos para un conflicto innecesario e injusto,

Habla sobre la utilidad de un sistema de moneda internacional, pero con la aceptación de todos en el mundo. Apunta que los pueblos no se rebelan contra las causas naturales de su malestar, sino contra los que nacen de algún desequilibrio o injusticia. Aduce que fijar los cambios es robustecer la libertad y que todo acto equitativo en provecho de la masa laboriosa contribuye a afirmar la libertad pública.

Esa moneda universal, explica Martí, necesita condiciones de seguridad, y la califica de “empresa digna de las naciones democráticas, conveniente a la paz internacional e indispensable para el goce completo de la libertad doméstica”

Luego de un análisis sobre el carácter del oro y la plata como valor monetario; y su vinculación con el comercio, en su informe, Martí puntualiza que “Las puertas de cada nación deben estar abiertas a la actividad fecundante y legítima de todos los pueblos”. Opina que “los pueblos todos deben reunirse en amistad y con la mayor frecuencia dable, para ir reemplazando, con el sistema de acercamiento universal, por sobre la lengua de los istmos y la barrera de los mares, el sistema muerto para siempre, de dinastías y grupos”.

En la propuesta final, la Comisión representada por Martí aprueba no recomendar en ese momento la moneda internacional, teniendo en cuenta la posición de Europa respecto a la plata y los diversos tipos de relación entre el oro y la plata en varios de los países integrantes de la Comisión.

Considera posible la adopción del bimetalismo, mediante el establecimiento de una relación igual entre el oro y la plata por los grandes poderes comerciales. Y apoya la celebración de una Conferencia Monetaria Universal para tratar sobre el asunto, con la participación de todas las repúblicas.

lunes, 30 de agosto de 2021

Pone la honra vallas que ningún código salva

 


Orlando Guevara Núñez

 


El valor de la honra fue predicado de forma constante por el Héroe Nacional cubano. Y con este pensamiento lo hace más poderoso. Y a continuación escribió: “He aquí la ley suprema, legislador de legisladores, y juez de jueces: la conciencia humana”

Consideraba  Martí los acontecimientos en Estados Unidos, ante el peligro de muerte del presidente  de esa nación  James Abram Garfield, víctima de un atentado con arma de fuego, que  14 días después del escrito, el 19 de septiembre de 1881, le privó de la vida. El trabajo fue publicado en La Opinión Nacional, de Caracas. 

Sobre el asesino, ya en prisión, interroga: “Mas, ¿Quién sabe cuántos empujan la mano que al fin cae sobre la víctima?  Explica que la Constitución establece  que cuando el presidente esté  inhabilitado para ejercer sus funciones, debe entrar a reemplazarlo el vicepresidente. Sin embargo, a éste no le pareció prudente solicitar el reemplazo aún viviendo el mandatario.  Fue la valla de la honra contra la cual no pudo actuar el código establecido.

Honrar, honra


.Orlando Guevara Núñez

 


 Mucho escribió José Martí sobre el concepto de la honra. Y a muchas personalidades ilustres dedicó escritos, discursos y cartas.

En este caso, con esas dos palabras de tan alto contenido, inició un artículo publicado, en la Revista Venezolana, el 1ro. de  julio de 1881.  Estuvo dedicado a Miguel Peña, un natural de Andalucía, Venezuela, que juntó su destino a los pueblos de América por su independencia. Había fallecido en 1833.“Valencia- dijo Martí- erige hoy una estatua al doctor Peña; pues hoy paga Valencia lo que debe”. Pero está hablando no solo de un venezolano, sino de un recio luchador junto a Simón Bolívar. De aquel que “ayudó a fundar pueblos”.

Del homenaje erigiéndole una estatua, diría el Apóstol cubano de la independencia que  “merece presidir, en aposento de bronce, los destinos de la ciudad que él supo hacer tumba de realistas, fortaleza de derechos y cuna de republicanos”. Hace un juicio crítico de esta personalidad, Miguel Peña Páez, con sus virtudes y defectos, ubicándola en la época histórica que le tocó vivir.

 

domingo, 29 de agosto de 2021

La revolución de Cuba, corona y garantía de la de nuestra América


.Orlando Guevara Núñez

 


Martí no desligó nunca la libertad de Cuba de la de ese proceso en América. Y así lo proclamo en un artículo titulado En New York publicado en el periódico Patria, el 7 de julio de 1894. 

Había regresado a Estados Unidos luego de un viaje de mes y medio a Panamá, Jamaica y Costa Rica, junto a Francisco Gómez Toro (Panchito), hijo  del Generalísimo Máximo Gómez. Escribe, a su vuelta, que “La revolución de  Cuba, corona y garantía de la de nuestra América, hallará a su hora abiertos grandes surcos. No se perderá por la tierra. No caerá en la mar. La

amará un continente: La saluda ya el hosanna conmovido de los hombres”

En su recorrido, encontró solidaridad. Mas, afirma que no merecería el saludo de otros pueblos hermanos, el cubano, si no fuese digno de ser ayudado. Y plantea una interrogante: ¿Qué hombre honrado aspirará a que los extraños le compren, y le den hecha, la libertad que, siendo para él, no compra él?

Expresa, por eso, que su mayor gozo durante el viaje no fue ver a tan nobles amigos y países que nos ven sangrar y entienden la importancia americana de nuestra lucha, sino ver a los cubanos enamorados del sacrificio, y a las cubanas avergonzando a los hombres con su actividad y su firmeza. Y afirma que los edificios son tanto más seguros cuanto más profundos son sus cimientos.