jueves, 2 de febrero de 2017

Angola, Cuba y Venezuela, el 4 de febrero en tres tiempos





.Orlando Guevara Núñez

La fecha del 4 de febrero tiene una marcada importancia en la historia de tres pueblos hermanos, la República Popular de Angola, la República Bolivariana de Venezuela y la República de Cuba. Tres naciones con un largo camino de lucha por su libertad e independencia contra el colonialismo y el imperialismo.
El 4 de febrero de 1961, patriotas angolanos, integrantes del Movimiento para la Liberación de Angola (MPLA), asaltaron la cárcel de Sao Paulo, en Luanda,  con el objetivo de liberar a los presos políticos, cuya vida estaba en peligro. Se  iniciaba, con esa acción, la lucha contra el colonialismo, la discriminación racial, el tribalismo y las potencias agresoras que se confabulaban contra su independencia.
Duro y largo fue el camino de Angola hacia su independencia, lograda 14 años después, el 11 de noviembre de 1975. No fue una libertad otorgada por el colonialismo portugués, sino ganada por el heroico pueblo angolano, con su líder, Agosthino Neto, al frente.
Aún después de esa fecha, incluso en medio de ella, los angolanos tuvieron que pelear duramente por mantener su independencia, frente a fuerzas reaccionarias como la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), el Frente Nacional de Liberación de Angola (FNLA), el Frente de Liberación del Enclave de Cabinda (FLEC), apoyados directamente por el régimen racista de África del Sur, con la complicidad de mercenarios de varios países y del gobierno imperialista de los Estados Unidos.
En esa lucha tuvo Cuba un papel importante desde los días iniciales de noviembre de 1975, hasta lograr la victoria definitiva, decretada por el triunfo en la Batalla de Cuito Cuanavale. Más de 300 000 cubanos compartieron con el pueblo angolano esos años de combate y heroísmo.
En Cuba, el 4 de febrero de 1962 tuvo lugar un hecho trascendente, cuando un millón de cubanos, en nombre de todo nuestro pueblo, reunidos en la capital del país, aprobaron la Segunda Declaración de La Habana, documento con vigencia todavía para la lucha de los pueblos por su independencia.
Pocas horas antes, el 31 de enero, la Organización de Estados Americanos (OEA) conocida en Cuba como  Ministerio de Colonias Yanquis, por orden del gobierno norteamericano, había expulsado de su seno a nuestros país, por considerarlo incompatible con el sistema imperante en esta región del mundo. Y solo dos días antes, el presidente de los Estados Unidos había firmado el decreto sobre el bloqueo criminal que, luego de 11 administraciones y 55 años, aún se mantiene.
Cuba, como lo expresó ese día 4 de febrero nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro, habló no solo por nosotros, sino por todos los pueblos de la preterida América. Y vislumbró el crecimiento de la lucha de éstos por su independencia. Con visión de futuro, dijo esa vez Fidel:
“Frente a la acusación de que Cuba quiere exportar su revolución, respondemos: Las revoluciones no se exportan, las hacen los pueblos.
Lo que Cuba puede dar a los pueblos y ha dado ya es su ejemplo.
Y ¿qué enseña la Revolución Cubana? Que la revolución es posible, que los pueblos pueden hacerla, que en el mundo contemporáneo no hay fuerzas capaces de impedir el movimiento de liberación de los pueblos".
Otro 4 de febrero, esta vez de 1992, La fecha marcó un hito glorioso en la hermana Venezuela, con la rebelión cívico militar encabezada por el naciente líder Hugo Chávez Frías, contra la opresión de la dictadura existente, iniciando la lucha revolucionaria por la verdadera libertad e independencia de la patria de Simón Bolívar.
Por ese hecho, los venezolanos celebran esa fecha como “Día de la Dignidad Nacional”. Fue el inicio de la lucha contra el neoliberalismo, el capitalismo y el antiimperialismo en Venezuela.
El revés inicial de aquella acción no amilanó a los revolucionarios venezolanos, quienes, años después, con el ascenso de Hugo Chávez a la presidencia, escalaron un peldaño decisivo hacia su victoria final. Desde entonces, la lucha de este pueblo se ha multiplicado, enfrentando no solo a la reacción interna, sino también a poderosas fuerzas internacionales, encabezadas por el imperialismo norteamericano.
Así para Angola, Cuba y Venezuela, el 4 de febrero es fecha de historia, de lucha y de combate. Los cubanos tenemos el honor de haber compartido nuestra solidaridad con dos pueblos que ese día sembraron  e irrigaron con su sudor y su sangre, la simiente de su independencia. Y ese sentimiento lo seguimos compartiendo.

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