lunes, 6 de octubre de 2014

A 38 años del horrendo crimen



                                                  Hay muertos que no caben en sus tumbas
                                                                           Manuel Navarro Luna

.Orlando Guevara Núñez
Recuerdo aún el inicio de aquel dolor que inundó el sentimiento del pueblo cubano. Lo supe en Africa. Poco después,  fuimos convocados por la jefatura de la Misión Internacionalista cubana en Luanda, capital de la hermana República Popular de Angola. Una grabación nos dejó escuchar el discurso del Comandante en Jefe Fidel Castro. El avión cubano que  había sido víctima de un acto terrorista dejaba la tenebroza cifra de 73 personas inocentes muertas,  57 cubanos, 11 guyaneses y cinco coreanos.
Escuchamos a Fidel en silencio. Cada palabra suya provocaba en nosotros dos sentimientos. El primero, de indignación y de dolor; el segundo, de patriotismo y decisión para continuar cumpliendo con honor nuestra misión internacionalista.
Después supimos los nombres. Las lágrimas de muchos cayeron en la tierra angolana, pero no se diluyeron allí; desafiaron profundidades y distancias y viajaron hasta la patria  para unirse a las de todos los cubanos y hacer también que la injusticia temblara.
Han pasado 38 años. Los jóvenes cubanos que hoy se suman al dolor por el crimen, no habían nacido entonces. En las calles de los Estados Unidos- autotitulado campeón de la democracia, de los derechos humanos y de la lucha contra el terrorismo, siguen libres, no solo con impunidad, sino también con apoyo, los autores de esta barbarie.
Mientras tanto, en cárceles de ese país, siguen presos tres cubanos cuyo única delito es haber penetrado a los grupos terroristas que desde allí actúan contra la Revolución cubana. Gerardo, Ramón y Antonio, defendían – y con su ejemplo siguen defendiendo a su patria contra hechos criminales como el del 6 de octubre de 1976 en Barbados.
El homenaje a nuestros caídos es perenne. Un homenaje no solo de palabras y en ocasión de una fecha. Es un tributo como lo definió Fidel en el acto de despedida a estas víctimas: ¡Una Patria cada vez más revolucionaria, más digna, más socialista y más internacionalista será el grandioso monumento que nuestro pueblo erija a su memoria y a la de todos los que han caído o hayan de caer por la Revolución!

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