En una breve misiva a Justo Castillo, “Mi querido y buen Justo” le llama Martí, está contenido este pensamiento. La carta está fechada en octubre de 1893. Se evidencia que Justo le ha hablado sobre un baile de casaca. Y Martí le expresa su júbilo por la noticia. Le dice que comparte la idea de que nos pongamos elegantes, porque a los hombres no se les juzga por lo que son, sino por lo que parecen, pues hay razones para juzgar mal a quien no cuida del respeto y buena apariencia de su persona.
Afirma que mientras haya un hombre alto, todos los hombres tienen el deber de aspirar a ser tan altos como él. Pero le advierte que de la casaca se van a burlar si no mostramos ser hombres que a su hora de poner el charol y el frac y a su hora para adquirir el derecho a la fiesta, trabajan y pelean.
Y plantea una interrogante: ¿Está Cuba alzándose, y sus mozos no le tenderán los brazos, para ayudarla y levantarse, para levantarse con ella? Por eso el pensamiento citado y agrega que “El que no tiene país propio se queda sin raíces en el mundo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario