lunes, 29 de diciembre de 2025

 

Los que se miran y ven flojos, todo lo tienen por flojo, lo mismo que ellos

 .Orlando Guevara Núñez 

 

Al escribir en Patria estas palabras, está hablando Martí sobre quienes subestiman el valor y la grandeza de los revolucionarios cubanos. Y sobre esos detractores, dice que no ven que  Cuba está ahíta de valor, y que un hombre callado, que hala con pena la pierna perezosa y es nimio

de cara, y de color tropical, fue el bravo que se irguió ayer, y que volverá e erguirse mañana”.

Menciona como ejemplo a un hombre, Manuel Batista, quien en su tienda gana el pan de forma sencilla, “que va y viene, sin pompa ni voces, y a mucho yanqui le parecerá un comino”. Sin embargo, es el mismo que “cargó el rifle en la guerra del Norte, llevó a Cuba sus ahorros, con ellos pagó su viaje a la revolución, y el de un amigo suyo, se vio la pierna deshecha de una bala,” ¡y aquí, veinte años después, detrás de mi mostrador, espero la hora!”

La publicación apareció el 3 de septiembre de 1892.

 

Nada piden los cubanos al mundo sino el conocimiento y respeto de sus sacrificios, y dan al universo su sangre

 

>Orlando Guevara Núñez    

Cuando José Martí escribió esta afirmación, estaba ya en la manigua cubana. Fue el 2 de mayo de 1895, en carta dirigida al director del periódico The New York Herald. La misiva aparece también con la firma del Generalísimo Máximo Gómez Báez.2. Este órgano de prensa había ofrecido su espacio a la Revolución  para  la publicidad, lo cual calificó Martí como un gesto noble.

Y aprovecha la ocasión  para “ expresar de modo sumario al pueblo de los Estados Unidos y al mundo las razones, composiciones y fines de la Revolución que Cuba empezó desde principio de siglo, que se mantuvo en armas con reconocido heroísmo de 1868 a 1878, y se reanuda hoy por el esfuerzo ordenado de los hijos del país dentro y fuera de la Isla, para fundar, con el valor experto y carácter maduro del cubano, un pueblo independiente, digno y capaz del gobierno que abre la riqueza estancada de la Isla de Cuba, en la paz que solo puede asegurar el decoro satisfecho del hombre, al trabajo libre de sus habitantes y al paso franco del Universo”.

En el referido documento se  expone  la política cubana sobre la contienda iniciada el 24 de febrero en Baire, y las proyecciones de la República. Se mencionan las contradicciones  entre la España colonial y la Cuba colonizada.

Se dice que  “es lícito desear que Cuba emplee en su desarrollo, con ventaja patente de los pueblos que la rodean, los caudales que paga para mantener sobre sí el gobierno que la corrompe, y acoger en su tierra propia, con exclusión forzosa de sus hijos, al español necesitado que huye a barcadas de su pueblo miserable para desalojar al cubano en Cuba de su mesa de artesano y de la propiedad de su suelo”.

Se explica que la Revolución se había venido preparando de forma ordenada, con el Partido Revolucionario Cubano al frente, con bases republicanas, para llegado el momento de la insurrección. Y se afirma que las armas no serán envainadas hasta el triunfo de la República.

En relación con los cubanos, dice la carta: “Plenamente conocedor de sus obligaciones con América y con el mundo, el pueblo de Cuba sangra hoy a la bala española, por la empresa de abrir a los tres continentes en una tierra de hombres, la república independiente que ha de ofrecer casa amiga y comercio libre al género humano” La política, posición ante el mundo, en la firma de Martí y Gómez, queda plasmada  en una magistral síntesis:

“A los pueblos de la América española no pedimos aquí ayuda, porque firmará su deshonra  aquel que nos la niegue. Al pueblo de los Estados Unidos mostramos en silencio, para que haga lo que deba, estas legiones de hombres que pelean por lo que pelearon ellos ayer, y marchan sin ayuda a la conquista de la libertad que ha de abrir a los Estados Unidos la Isla que hoy le cierra el interés español. Y al mundo peguntamos, seguros de la respuesta, si el sacrificio de un pueblo generoso, que se inmola por abrirse a él, hallará indiferente o impía a la humanidad por quién se hace”. Es curioso que en su última carta a Manuel Mercado, el 18 de mayo de 1895, Martí haga  referencia a un encuentro, en la manigua, con un corresponsal, del Herald, nombrado Eugenio Bryson.


domingo, 28 de diciembre de 2025

 

Un hombre a prueba de bombas

.Mariano Gómez Rivera

Nuestra tierra, rica y fértil, produce silvestre al hombre comunista. Esta afirmación de nuestro Comandante en Jefe, sirve para interpretar la vida de Ernesto Milián Peña.  Este hombre, con su sangre, fertilizó la tierra angolana, donde el pueblo cubano escribió una de las páginas más gloriosas en la historia del internacionalismo proletario.

En el cumplimiento de esa misión se le dio la tarea de atender  actividades de propaganda y agitación y se  puso a su disposición un helicóptero para estar presente en el escenario de las acciones combativas con un grupo de reporteros de guerra para reflejar lo más real y transparente posible el desenlace de las acciones, no solo por su valor informativo y divulgativo sino también por lo útil para la ciencia y estrategia militar.

En una ocasión salieron para una acción combativa contra un grupo de la UNITA y cuando iban hacia el lugar le explotó una bomba a los tres compañeros de la vanguardia  y  murieron los dos compañeros de ambos lados;  él quedó gravemente herido y fue conducido de inmediato al hospital de Luanda y al recobrar el conocimiento y mirarse entre las dos piernas pensó que había perdido sus genitales y los médicos cubanos que lo atendían al ver su preocupación le dijeron ‘tranquilo que se conservan’.

Al restablecerse, la jefatura decidió enviarlo para Cuba, a lo cual respondió. “La lucha no ha cesado, solo con la vida cesara la batalla, quiero seguir hasta cumplir la misión comprometida” y así fue.

En Angola estuvo desde 1981  hasta 1984,  y a su regreso se incorpora a la Escuela de Cadetes José Maceo, como instructor político.  Luego fue designado jefe de trabajo político en el Estado Mayor Militar del municipio Yara.

Fue fundador de Ejercito Oriental, en Baraguá, en la U/M 1370; en el año 1966 fue enviado por el General Sixto Batista a la Escuela Central para instructores políticos de las FAR Osvaldo Sánchez ,en La Habana, donde se graduó y  fue ascendido a subteniente; trabajó en la escuela de Los Camilitos. De El Caney , y luego, en 1980, pasó para la Escuela de Cadetes José Maceo, en Santiago de Cuba, desempeñándose como instructor político.

 En 1991 es promovido para el Ejercito Oriental radicado en Holguín para atender las actividades de propaganda y cultura en la Sección Política de ese mando. En 1992 trabajo como instructor político en la Escuela Camilo Cienfuegos del 30 de noviembre en Santiguo de Cuba, año en que se acogió a la jubilación de las FAR.

En 1994 fue designado  presidente de la Asociación de Combatientes  de la Revolución Cubana del municipio Tercer Frente; de 1975 a 1980 estudio en la Universidad de Oriente graduándose como licenciado en historia.

Por esta magnífica trayectoria, en la que alcanzó el grado de Mayor de las FAR ha recibido condecoraciones y reconocimientos entre los que se destacan   los siguientes

Medalla de la Alfabetización-Combatiente Internacionalista de Primera Clase-Destacado en la preparación para la defensa-Distinción por el servicio en las FAR ,10,15 Y 20 años-Por la Victoria Cuba R.P.A.-30  y 40 Aniversario de las FAR-Servicio distinguido de las FAR-Ignacio Agramonte de 3ra Clase-Combatiente de la Producción y la Defensa-Por el Servicio Ejemplar en las FAR-Categorización de Especialidad de 2da y 3ra Clase-Sello de Oficial Vanguardia FAR.

Fue ascendido al grado de Mayor en 1996. Luego de la jubilación de las FAR, laboró en varias actividades como fueron:  Distrito del PCC Abel Santamaría como administrador, Consejo de la Administración Municipal, Oficina de Patrimonio, Empresa de Alojamiento Villa Trópico, como jefe de protección y defensa en todas ellas, con un trabajo encomiable. En 2019 se retiró para su casa, desarrollando actividades en la Asociación de Combatientes y en la escuela Tania La Guerrillera del reparto Las Flores del Caney, Santiago de Cuba.

 Nacido el 4 de agosto de 1943 en la actual provincia de  Las Tunas,   a    los 8 años se asentó en la   ciudad de Manzanillo,  región de grandes raíces históricas y tradición revolucionaria,  supo asimilar ese legado. Y toda su vida ha sido una continuidad  del patriotismo y la entrega  manzanillera, tanto en la construcción como en la defensa de la Revolución.

Fundador de la Asociación de Jóvenes Rebeldes, participó en las comisiones de construcción de la UJC, de la cual fue también dirigente municipal. Milita en las filas del Partido Comunista de Cuba.

Hoy, Ernesto Milián  Peña sigue con el pie en el estribo. Como claro ejemplo de que el verdadero revolucionario ni claudica ni se achica ante las dificultades. Hombres a prueba de bombas, tanto en la paz como en la guerra.