sábado, 28 de septiembre de 2024

 

Para seguir siendo lo que somos

 

.Orlando Guevara Núñez

 

 

Decir que el bloqueo yanqui  no es la causa principal de las dificultades económicas que  hoy enfrenta nuestro país, es como coger a una persona, atarla de pies y manos, amarrarle una soga al cuello con una piedra atada al otro extremo, lanzarla al mar y después afirmar que se ahogó porque no sabía nadar.

 

Esa verdad irrebatible la escuché de un prestigioso dirigente latinoamericano amigo de Cuba. Pero los enemigos de la  Revolución –externos e internos-se empeñan en demostrar lo contrario.  Y puntualizamos: causa principal, pues sabemos que hay otras dependientes de errores y deficiencias que agravan los problemas y retardan las soluciones. Y estas requieren del esfuerzo de todos.

 

El interés confeso del bloqueo- desde su inicio hace  más de 60 años- fue  entorpecer la economía, el salario real, provocar escaseces, hambre, ensfermedades y lograr  que el pueblo retirara su apoyo al gobierno revolucionario, como premisa para la destruccion  total de la Revolución.

 

Esa brutal guerra eeconómica  ha estado siempre acompañada de otras medidas no menos brutales, como los sabotajes,  el financiamiento  a  la contrarrevolución, las agresiones armadas, las amenazas, la introducción de plagas y enfermedades contra los priccipales cultivos agrícolas y  las personas, el intento de aislamiento, todo eso apoyado por la mentira y el fraude.

 

Las criminales leyes Torricelli, Helms-Borton, de Ajuste Cubano y otras

muchas directivas gubernamentales yanquis contra nuestro pueblo, son pruebas públicas  de las pretensiones  de destruir la Revolución, o lo que es lo mismo:  regresarnos al capitalismo salvaje de antes del triunfo de enero de 1959.

 

Ellos mismos han definido ese propósito. Eliminar el Gobierno Revolucionario, recuperar todas las propiedades nacionalizadas, restablecer los monopolios y latifundios, privatizar toda la economía-incluyendo la salud y  la educación- regresando a Cuba los desalojos campesinos  y los   de las viviendas  de  quienes no puedan pagarlas. 

 

En su demencial política y su desespero- y eso está en documentos por ellos firmados- no descartan, como último recurso, la intervención militar. Pero hacen y todo lo posible para que la Revolución se autodestruya. Para ese fin, aspiran a que los cubanos  rompamos nuestra unidad, a que el pueblo pierda la confianza en sus dirigentes, a que dejemos de defender nuestros símbolos y renunciemos a  nuestro patriotismo, nuestro internacionalismo y nuestro antiimperialismo.

 

En días recientes el presidente de los Estados como es práctica irracional- prorrogó por un nuevo año el bloqueo, al tiempo que mantiene a Cuba en la engañosa lista de países promotores del terrorismo. Las consecuencias de esa  genocida  política, fueron expuestas  por nuestro ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, al presentar ante la prensa nacional y extranjera el informe que llevará en fecha próxima a la Asamblea General de la ONU, donde, con seguridad plena, el bloqueo imperial contra Cuba  recibirá ls condena de la abrumadora mayoría de los países del mundo.

 

Los cubanos  estamos inmersos en una lucha en la que no puede haber otra opción que la victoria. Unas palabras de nuestro Héroe Nacional, José Martí, pueden resumir estas reflexiones: Los que se miran y ven flojos, todo lo tienen por flojo, lo mismo que ellos’ (…) ¡Los flojos, respeten: los grandes, adelante! ¡Esta es tarea de grandes.

Para seguir siendo lo que somos y no regresar nunca a lo que fuimos.



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