.Orlando Guevara Núñez
Las mal llamadas treguas en la agresión de Israel
contra el pueblo de Palestina, tienen un nombre verdadero: pausas para matar.
Los asesinatos sobre pasan ya los 1 800…
y continúan. Los heridos, rondan la cifra de los 10 000. Y el genocidio sigue
impune. Existen condenas, pero las manos criminales continúan la masacre, con
el apoyo del gobierno imperialista de los Estados Unidos.
Es indignante observar el espectáculo de centenares de niños muertos
o a los heridos, aterrados ante los bombardeos, llorando por sus padres y
familiares asesinados. Escuelas, hospitales y otras instalaciones sociales
reducidas a escombros por las bombas; escasez de agua, de electricidad, de
alimentos y de medicinas.
Como bestias que se alimentan de sangre y de
cadáveres, los israelíes, cuando sus vientres no asimilan más, hacen una pausa,
para volver de nuevo a llenarlos.
La comunidad internacional, las propias Naciones
Unidas, debían condenar a Israel no solo con palabras, sino también con
sanciones que pasen de lo moral y lo político a lo material. Un gobierno que
comete tales crímenes, no debe figurar entre las naciones civilizadas, ni compartir escaños, ni contar con los derechos
que sepulta bajo sus bombas.
El pueblo palestino merece solidaridad y apoyo ante este genocidio. Una
solidaridad y un apoyo que frenen la
agresión, que protejan sus derechos. La indignación crece en el mundo contra
esta barbarie; hace falta que crezcan también las acciones.
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