.Orlando Guevara Núñez
Decir que Mike PomPeo
es una pieza desechable y despreciable del gobierno imperialista de los Estados Unidos, es,
sencillamente, una redundancia. Su celebridad no pasa de ser la de un payaso de
circo, especializado en el papel de tratar de atemorizar a los espectadores, haciendo
gala de la fuerza y del chantaje.
Ese circo lo conocemos bien los cubanos, desde Eisenhower
hasta Trump Siempre los mismos números:
la mentira, la prepotencia, el intento de chantaje, las amenazas, las
agresiones, el bloqueo, el enfermizo intento de destruir a la Revolución cubana.
Y siempre el mismo fin de la función circense: el fracaso.
PomPeo, como
su amo, el no menos payaso, Donald Trump, son fruto de un sistema imperial en
franca descomposición, donde la política de sus representantes tiene como base
la absurda creencia de que el mundo entero es una empresa, de la cual son ellos
los dueños.
Esa peligrosa ridiculez, puede llevar al mundo a un
holocausto. Porque ya han pasado los tiempos
en que Estados Unidos era el
campeón del universo en lo militar y en lo económico, además de en lo
político. Y, en cualquiera de estos campos, hay fuerzas no dispuestas al
sometimiento. Dicho en otras palabras: ni le tienen miedo, ni están indefensas.
En cuanto a los cubanos, tenemos bien definido el
criterio sobre el flamante Secretario de Estado yanqui. Y no es exagerado, en
nuestro argot popular, decir que la
celebridad de este personaje no sobrepasa la contenida en la última sílaba de
su apellido…
No hay comentarios:
Publicar un comentario