.Orlando Guevara Núñez
Comienza José Martí un escrito publicado en la Revista Universal, de México, el 7 de
mayo de 1875, afirmando que “el culto es una necesidad de los pueblos. El amor
no es más que la necesidad de la creencia: hay una fuerza secreta que anhela
siempre algo que respetar y en que creer”.
Y continúa alegando que “extinguido, por ventura, el culto
irracional, el culto de la razón comienza ahora. No se cree ya en las imágenes
de la religión, y el pueblo cree ahora en
las imágenes de la patria” Seguidamente,
plasma el pensamiento arriba señalado.
Dice que bien hace el pueblo
mexicano en celebrar fiesta el día de su independencia, y lo que se celebra no
es la vergüenza de los que cayeron, sino la enseñanza provechosa del
cumplimiento del deber. Afirma que las fiestas nacionales son necesarias y
útiles, pues los pueblos tienen la necesidad de amar algo grande, de poner en
un objeto sensible su fuerza de creencia y amor.
Anota que ese 5 de mayo ha sido solemne, no por un entusiasmo
impuesto, sino un entusiasmo popular. Se
refiere al activo papel que desempeña la juventud mexicana, a través del
Círculo de Obreros, con la participación, para la celebración, del Comité
Central de las Escuelas Nacionales. Dice que los estudiantes son obreros, que
unos trabajan en la industria y otros trabajan la razón. Y agrega: “Esta juventud entusiasta es bella.
Tiene razón, pero aunque estuviera equivocada, la amaríamos”.
Refiere que durante la celebración un niño indígena,
descalzo, estuvo largo tiempo en la
tribuna y pronunció un discurso “galano y elegante”. Y afirmó que es bello que
los niños pobres formen parte, todos los años, en la procesión del 5 de mayo. Y
que los hijos de la pobreza deben ir a la escuela de la gloria.
Reconoció nuestro Apóstol lo bello de que los indígenas
descalzos repitan las ideas en que se consagran sus derechos, y es bello que el
pueblo tenga absoluto y pleno concepto de su dignidad y de su honra. Y concluye
diciendo que se siente uno mejor narrando bondades ajenas, y que en las
grandezas de la patria y de sus hijos, no es mentira decir que se
siente crecer el corazón.
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