jueves, 1 de junio de 2017

Juan Taquechel López, un símbolo de la clase obrera cubana




.Orlando Guevara Núñez
Este 2 de junio se cumplen 15 años del fallecimiento del santiaguero Juan Taquechel López, símbolo de la clase obrera cubana y  ejemplar militante y dirigente comunista, quien dedicó su vida al combate por nuestra libertad e independencia, primero, y a la edificación y defensa de la patria socialista después, hasta el mismo instante de su desaparición física.
Contaba Taquechel con 94 años de edad, pues había nacido en esta ciudad el 22 de febrero de 1908, en humilde cuna donde se forjaron sus cualidades de luchador y de fidelidad al movimiento obrero y a su pueblo.
El deceso de este destacado revolucionario constituyó una sentida manifestación de duelo. Miles de personas desfilaron frente a su féretro, en el Salón de la Ciudad, sede de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Santiago de Cuba, desde donde salió para ser depositado en el Panteón de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, en el cementerio de Santa Ifigenia.
Recordamos que en su homenaje, fueron dedicadas ofrendas florales del Comandante en  Jefe Fidel Castro, del General de Ejército Raúl Castro, del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, de la heroína Vilma Espín Guillois y otros dirigentes revolucionarios.
En 1998, el propio Fidel había condecorado a Taquechel como Héroe del Trabajo de la República de Cuba.
En ocasión de su sepelio, el periódico Granma destacó sobre Taquechel:
Desde muy joven, cuando se incorporó a las labores de la construcción de la Carretera Central durante el gobierno de Gerardo Machado, comenzó a dar todo su espíritu rebelde por defender los intereses de los trabajadores. En especial fue destacada su decisiva labor en la organización para el combate social de los obreros del puerto de Santiago de Cuba.
Juan Taquechel se convirtió en un símbolo que se sumó a los continuadores del primer partido marxista-leninista cubano. Estuvo entre quienes formaron la Federación General de Trabajadores de Oriente en 1938, dentro de aquella ola unitaria para enfrentar la amenaza fascista que culminó con la creación de la Confederación de Trabajadores de Cuba en enero de 1939.
Estuvo en la primera fila del combate político por la implementación de las leyes complementarias de la Constitución de 1940, en la cual llegó a ocupar un escaño en la Cámara de Representantes. Tuvo que enfrentar con audacia la ofensiva promovida contra las fuerzas progresistas en medio de la Guerra Fría, con indiscutibles pruebas constantes de valor personal.
Luego del triunfo revolucionario, con el cual cooperó en cuanto estuvo a su alcance, en poco tiempo volvió a ser el principal dirigente sindical de su región natal y encabezó la CTC en la provincia de Oriente durante los primeros años y tomó parte en las más diversas y complejas tareas en defensa del poder conquistado y para construir una nueva sociedad.
En este aniversario de su desaparición física,  el recuerdo agradecido para un hombre devenido paradigma de revolucionario, de comunista, de ejemplo para la presente y futuras generaciones de cubanos.

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