.Orlando
Guevara Núñez
Para
todos los cubanos, Abel Santamaría Cuadrado es un héroe, un símbolo de
rebeldía, de patriotismo y de entrega. Este 20 de octubre, habría cumplido 91
años de edad. Fue el segundo jefe del asalto al Cuartel Moncada. Estuvo al
frente del grupo que combatió desde el Hospital Civil, donde, agotado el
parque, fue hecho prisionero, torturado y asesinado por los esbirros de la
tiranía batistiana.
El
sabía posible la muerte, pero no la rehuyó. Buscaba el puesto de mayor peligro
en el combate. Y aquella madrugada, en la Granjita Siboney, se dirigió a los
que partirían hacia la acción, con estas palabras:
“Es
necesario que todos vayamos mañana con fe en el triunfo; pero si el destino nos
es adverso, estamos obligados a ser valientes en la derrota, porque lo que pase
en el Moncada se sabrá algún día, la historia lo recogerá y nuestra disposición
a morir por la Patria será imitada por todos los jóvenes de Cuba. Nuestro
ejemplo merece el sacrificio y mitigará el dolor que podamos causarles a nuestros
padres y seres queridos. ¡Morir por la Patria es vivir! ¡Libertad o
Muerte!”
Y
tuvo razón Abel. La verdad sobre el Moncada se supo, la disposición a morir por
la patria fue imitada por la juventud cubana, la convicción de que ¡Morir por
la Patria es vivir! es hoy más profunda, y el ¡Libertad o Muerte! de
aquel día, está escoltado por el ¡Patria o Muerte! de todo el pueblo cubano.
Pero
Abel tuvo un sueño sobre esta heroica ciudad. El sueño de vivir aquí,
junto a los santiagueros. Ese testimonio lo ofreció la heroína Melba
Hernández Rodríguez del Rey, en entrevista concedida a este periodista, con
motivo del aniversario 40 del asalta moncadista. Textualmente, así lo dijo:
“Era
muy apasionado y hablaba de sus impresiones sobre Santiago de Cuba y sobre los
santiagueros. Decía que cumplida la misión de derrocar al tirano, él no se iría
nunca de Santiago de Cuba, que se quedaría junto a los santiagueros, que aquél
era su lugar. Ese fue el objetivo de Abel, vivir en Santiago de Cuba, con los
santiagueros”.
Y
vive. Porque como dijo su hermana, Haydée, también heroína del
Moncada, Abel no nos faltará jamás. Ni a los santiagueros, ni a los cubanos.
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