viernes, 12 de octubre de 2018

La nacionalización de la banca en Cuba





.Orlando Guevara Núñez

El 13 de octubre de 1960, el Gobierno Revolucionario cubano adoptó una de las decisiones más trascendentes para su independencia económica: la nacionalización de la banca. Quedaba frustrada así la posibilidad del gobierno de los Estados Unidos de maniobrar a su favor con la banca privada  y extranjera en nuestro país, con el fin de entorpecer el desarrollo de la Revolución.
Las funciones bancarias, comenzarían desde esa fecha a respaldar los intereses de la nación cubana que enfrentaban el desastre económico heredado el 1ro de enero de 1959.  La medida incluyó a instituciones bancarias y 44 bancos privados, entre éstos varios extranjeros. Para esa fecha, ya habían sido nacionalizados, en el mes de septiembre,  los principales bancos norteamericanos en el país.
Entre los argumentos para la nacionalización, se especificaba que  “Uno de los instrumentos más eficaces de la intromisión imperialista en nuestro desarrollo histórico ha estado representado por el funcionamiento de los bancos comerciales norteamericanos,  los cuales han servido de vehículo financiero para facilitar la actuación monopolista de las empresas norteamericanas en Cuba y para la invasión masiva del país por el capital imperialista, a través del crédito usurario que, lejos de facilitar nuestro crecimiento económico, propició, en épocas de crisis, innumerables procesos judiciales que culminaron en la absorción, por parte de ese capital imperialista, de las riquezas nacionales”.
Desde el 26 de noviembre de 1959, el Comandante Ernesto Guevara de la Serna, el Che, había asumido la presidencia del Banco Nacional de Cuba, desempeñando una efectiva labor para adaptar esa institución a su nuevo papel.
Al caracterizar la situación cubana en aquellos momentos, un funcionario cubano, Héctor Rodríguez Llompart, apuntaría: “La extracción de divisas del país por parte de los adversarios del naciente proceso revolucionario, la existencia de gran cantidad de dinero cubano en su poder dentro y fuera del país, lo que les facilitaba el uso de grandes capitales para sufragar los gastos de la contrarrevolución, la inseguridad y el riesgo que implicaba el que los billetes cubanos se imprimieran por empresas extranjeras fuera del control del Gobierno Revolucionario, y la posesión de la banca comercial privada en manos de capitales extranjeros y cubanos subordinados a intereses foráneos, eran el escenario al que se enfrentaba la Revolución”.
En correspondencia con ese acontecimiento, en Cuba, cada  13 de octubre se conmemora el Día del Trabajador Bancario, fecha de recuento y nuevos objetivos para los trabajadores  de este sector.

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