jueves, 9 de febrero de 2017

En Cuba, el pueblo es dueño de lo que crea




. Orlando Guevara Núñez
Volvemos sobre el tema de la utilización del presupuesto de la nación cubana en beneficio del pueblo. Esta vez, sobre la educación, uno de los más sagrados derechos humanos, violado en el ayer cubano, como lo es hoy en la mayoría de los países, incluso en muchos del llamado primer mundo.
A la educación se dedica en Cuba el 23 por ciento del presupuesto de gastos, lo cual garantiza la vitalidad de todo el sistema. Antes de 1959, la situación educacional en el país era vergonzosa y contaba con un exiguo presupuesto, agravado por el robo de los gobernantes corruptos.
Por esas razones, cuando la Revolución triunfó, encontró un  37 por ciento de analfabetismo, el grado escolar promedio de la población mayor de 15 años no llegaba al tercero. Entre los 15 y 19 años de edad, solo el 17 por ciento de la población recibía algún tipo de educación. En el país existían solo algo más de 53 000 graduados universitarios, de ellos más de 37 000 en la capital.
En 1958 los datos eran desgarradores. Un millón de analfabetos absolutos y más de un millón semianalfabetos. 600 000 niños sin escuela, mientras que 10 000 maestros estaban sin trabajo. Ese era el tipo de sistema educacional que convenía a los capitalistas, contradiciendo la prédica martiana de que al venir a la tierra todo hombre tiene derecho a que se eduque y después, como pago, el deber de contribuir a la enseñanza de los demás.
Aún antes de triunfar la Revolución, en plena guerra revolucionaria, las fuerzas rebeldes, en las zonas donde operaban, crearon decenas de escuelas para alfabetizar a los  guerrilleros y la población campesina.
Hoy Cuba es un ejemplo para todo el mundo en la educación del pueblo. Es el país de un mayor número de docentes por educandos. Erradicó el analfabetismo en solo un año, y la enseñanza llega, gratuita, a todos los ciudadanos del país, en todos los niveles. No existen niños sin maestros, ni maestros sin escuelas. La enseñanza especial está garantizada para todos  los necesitados de ella.
La preocupación del Estado socialista ha sido tan exquisita en la educación, que hubo un momento en que más de un centenar de escuelas en las zonas muy intrincadas, principalmente en las montañas, que contaban con una sola matrícula. Y en los momentos más duros del bloqueo imperialista, no hubo ni  una sola aula cerrada.
La obra cubana en la educación trasciende  sus fronteras, pues miles de maestros han marchado a decenas de países para luchar contra el analfabetismo, mientras que casi 10 millones de personas en otras tierras han aprendido a leer y escribir con el método cubano Yo sí puedo.
Su personal docente tiene un alto nivel profesional. Y tiene, sobre todo, la capacidad no solo para instruir, sino también para educar, preparar a los educandos para la vida, con un alto sentido de patriotismo, de ética y de moral.
Hoy, solo la provincia de Santiago de Cuba tiene un presupuesto educacional que multiplica por 17 al de todo el país al triunfar la Revolución. Y un dato interesante: los estudiantes universitarios no  solo reciben educación gratuita, sino, además, un estipendio para sus gastos. Y, al final de su carrera, tienen el trabajo asegurado.
Ese es el socialismo que defendemos los cubanos.
.


No hay comentarios:

Publicar un comentario