. Orlando Guevara Núñez
Los capitalistas no pueden existir sin los obreros, Pero
los obreros sí pueden existir sin los capitalistas. Esa verdad dicha hace mucho
tiempo, gana vigencia en los tiempos presentes.
Los creadores de las riquezas son los trabajadores, Pero
en el sistema capitalista esas riquezas no son de quienes las crean, sino de
personas que se apropian de los bienes creados por los productores.
En el mundo de hoy, verdad también dicha hace mucho tiempo,
las riquezas se concentran cada vez en menos manos, mientras que la pobreza se
distribuye entre más personas.
Los ideólogos del capitalismo, dueños de los principales
medios de comunicación, se esfuerzan por magnificar su sistema, presentándolo
como un mundo de oportunidades para todos, entendiendo por oportunidad la de llegar a ser capitalista. Es una carrera
del hombre contra el hombre, en la cual solo puede llegarse a la meta a costa
del holocausto de los demás.
En ese oprobioso sistema, incluyendo a los países
desarrollados, crecen por minutos los índices de pobreza, los hambrientos, los analfabetos, los desempleados,
los enfermos sin medicinas. Ese drama se agudiza en los países pobres, cuyas
riquezas están en manos de monopolios nacionales o extranjeros. Sin esas
desgracias, no podría existir el capitalismo, porque ellas son su sustento.
En la Cuba socialista fue erradicado ese brutal sistema
social. Ahora lo que produce el pueblo es enteramente suyo. Aquí se demuestra
la verdad de que lo más importante no son las riquezas existentes en un país,
sino la forma en que están distribuidas.
Cuba bloqueada, agredida, calumniada, sin muchos recursos
naturales, es la prueba más evidente de que los obreros sí pueden vivir sin los
capitalistas. Este país erradicó el analfabetismo y tiene el mejor índice
mundial de docentes por alumnos, con la enseñanza, enteramente gratis, para
todos sus ciudadanos.
Cuba tiene una tasa de mortalidad infantil mejor que la
de Estados Unidos, ha erradicado enfermedades aún presentes en muchos países
desarrollados, tiene una esperanza de vida entre las primeras del mundo, es la
de mayor cantidad de médicos por habitantes
y el sistema de salud llega a todos los cubanos, enteramente gratis.
La Revolución cubana- sus obreros y su pueblo sin
capitalistas- han hecho de este país un lugar donde ninguna persona queda
desvalida ni abandonada a su suerte, donde fueron erradicados los flagelos del
desempleo, de la discriminación racial, de las drogas y de la explotación del
hombre por el hombre.
Haciendo una comparación entre lo logrado por Cuba y lo
que sufren hoy muchos pueblos en nuestro propio Continente, se puede con
facilidad llegar a la conclusión de que es el sistema capitalista y no el
socialista el que ha fracasado.
Con mucha insistencia los voceros del capitalismo
pregonan que las actuales limitaciones económicas de Cuba no se deben al
bloqueo económico, comercial y financiero impuesto hace 55 años a este país, sino a deficiencias del
sistema socialista.
Hace algún tiempo escuché una afirmación del presidente
ecuatoriano Rafael Correa, que desbarata magistralmente esa tergiversación: decir
que los problemas económicos de Cuba no se deben al bloqueo sino a deficiencias
de su sistema, es como coger a una persona, atarle al cuello un piedra, tirarla
al mar y después decir que se ahogó porque no sabía nadar.
Y no se trata de negar la existencia de deficiencias, de
las cuales el magisterio de Fidel y de Raúl ha sido un alerta constante y un
llamado a combatirlas. Pero siempre para fortalecer el socialismo, no para
debilitarlo. Por eso en Cuba no han dejado de hacerse nunca cambios y se siguen
haciendo; los cambios que convienen al país, al pueblo, a la Revolución, no los
que quieren imponer los enemigos.
El capitalismo es
un sistema salvaje. El socialismo es el único sistema que puede resolver los
graves problemas de la humanidad. Quien quiera una demostración palpable de esa
verdad, más que entrar en disquisiciones teóricas, que estudie la realidad de
la Revolución cubana. Y que compare. Verá, sin dudas, las ventajas de un país
con obreros sin capitalistas, a la de aquellos donde existen capitalistas y
obreros, es decir, donde viven bien los capitalistas y malviven los obreros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario