.Orlando
Guevara Núñez
La fecha del
4 de febrero tiene una marcada importancia en la historia de tres pueblos
hermanos, la República Popular de Angola, la República Bolivariana de Venezuela
y la República de Cuba. Tres naciones con un largo camino de lucha por su
libertad e independencia contra el colonialismo y el imperialismo.
El 4 de
febrero de 1961, patriotas angolanos, integrantes del Movimiento para la
Liberación de Angola (MPLA), asaltaron la cárcel de Sao Paulo, en Luanda, con el objetivo de liberar a los presos
políticos, cuya vida estaba en peligro. Se
iniciaba, con esa acción, la lucha contra el colonialismo, la
discriminación racial, el tribalismo y las potencias agresoras que se
confabulaban contra su independencia.
Duro y largo
fue el camino de Angola hacia su independencia, lograda 14 años después, el 11
de noviembre de 1975. No fue una libertad otorgada por el colonialismo
portugués, sino ganada por el heroico pueblo angolano, con su líder, Agosthino
Neto, al frente.
Aún después
de esa fecha, incluso en medio de ella, los angolanos tuvieron que pelear
duramente por mantener su independencia, frente a fuerzas reaccionarias como la
Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), el Frente
Nacional de Liberación de Angola (FNLA), el Frente de Liberación del Enclave de
Cabinda (FLEC), apoyados directamente por el régimen racista de África del Sur,
con la complicidad de mercenarios de varios países y del gobierno imperialista
de los Estados Unidos.
En esa lucha
tuvo Cuba un papel importante desde los días iniciales de noviembre de 1975,
hasta lograr la victoria definitiva, decretada por el triunfo en la Batalla de
Cuito Cuanavale. Más de 300 000 cubanos compartieron con el pueblo angolano
esos años de combate y heroísmo.
En Cuba, el
4 de febrero de 1962 tuvo lugar un hecho trascendente, cuando un millón de
cubanos, en nombre de todo nuestro pueblo, reunidos en la capital del país,
aprobaron la Segunda Declaración de La Habana, documento con vigencia todavía
para la lucha de los pueblos por su independencia.
Pocas horas
antes, el 31 de enero, la Organización de Estados Americanos (OEA) conocida en
Cuba como Ministerio de Colonias
Yanquis, por orden del gobierno norteamericano, había expulsado de su seno a
nuestros país, por considerarlo incompatible con el sistema imperante en esta
región del mundo. Y solo dos días antes, el presidente de los Estados Unidos
había firmado el decreto sobre el bloqueo criminal que, luego de 11
administraciones y 55 años, aún se mantiene.
Cuba, como
lo expresó ese día 4 de febrero nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro, habló
no solo por nosotros, sino por todos los pueblos de la preterida América. Y
vislumbró el crecimiento de la lucha de éstos por su independencia. Con visión
de futuro, dijo esa vez Fidel:
“Frente a la acusación de que Cuba quiere exportar su
revolución, respondemos: Las revoluciones no se exportan, las hacen los
pueblos.
Lo que Cuba puede dar a los pueblos y ha dado ya es su
ejemplo.
Y ¿qué enseña la Revolución Cubana? Que la revolución
es posible, que los pueblos pueden hacerla, que en el mundo contemporáneo no
hay fuerzas capaces de impedir el movimiento de liberación de los
pueblos".
Otro 4 de febrero, esta vez de 1992, La fecha marcó un
hito glorioso en la hermana Venezuela, con la rebelión cívico militar
encabezada por el naciente líder Hugo Chávez Frías, contra la opresión de la
dictadura existente, iniciando la lucha revolucionaria por la verdadera
libertad e independencia de la patria de Simón Bolívar.
Por ese hecho, los venezolanos celebran esa fecha como
“Día de la Dignidad Nacional”. Fue el inicio de la lucha contra el
neoliberalismo, el capitalismo y el antiimperialismo en Venezuela.
El revés inicial de aquella acción no amilanó a los
revolucionarios venezolanos, quienes, años después, con el ascenso de Hugo
Chávez a la presidencia, escalaron un peldaño decisivo hacia su victoria final.
Desde entonces, la lucha de este pueblo se ha multiplicado, enfrentando no solo
a la reacción interna, sino también a poderosas fuerzas internacionales,
encabezadas por el imperialismo norteamericano.
Así para Angola, Cuba y Venezuela, el 4 de febrero es
fecha de historia, de lucha y de combate. Los cubanos tenemos el honor de haber
compartido nuestra solidaridad con dos pueblos que ese día sembraron e irrigaron con su sudor y su sangre, la
simiente de su independencia. Y ese sentimiento lo seguimos compartiendo.
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