miércoles, 15 de mayo de 2019

Misiones cubanas en la salud La verdad frente a la mentira




Orlando Guevara Núñez

En su demencia contra la Revolución cubana, la mafia  contrarrevolucionaria de  Miami, apoyada por el gobierno de los Estados Unidos y ahora por  el secretario general  de su Ministerio de Colonias Yanquis  (OEA), con la mentira como arma favorita, se dispone a revitalizar su cruzada contra nuestro sistema de salud. El tamaño de sus mentiras tiene la misma dimensión de su desvarío  y de sus fracasos.
Un objetivo es tratar de desprestigiar  los programas de colaboración  médica cubana, con disparatadas afirmaciones de que nuestros profesionales de la salud son obligados a prestar servicio en el exterior, calificando esas misiones como “esclavitud moderna” y “trata de personas”. Ninguna ofensa mayor a nuestros valiosos integrantes del ejército más noble que existe en el mundo: nuestro ejército de las Batas Blancas, como lo bautizó Fidel.
Se conoce  ya la estúpida afirmación de que nuestros trabajadores de la salud en Venezuela son un personal militar e  incluso que intimidan a sus  pacientes para que apoyen el gobierno de Nicolás Maduro. Claro, que de paso  pretenden ocultar la verdad del firme apoyo del pueblo venezolano a su gobierno, bastión  contra el cual se han estrellado los intentos imperiales de vencerlo.
Otra parte de la agresión contra Cuba es la presión al Congreso yanqui para aplicar de nuevo la política de Parole  es decir, incentivar  la deserción  del  personal médico cubano en  misión en otros países y llevarlos hacia los Estados Unidos.
¿A quién podrán engañar con estas patrañas?  ¿A los millones a quienes el personal médico cubano, en más de un centenar de países les ha salvado la vida? ¿A los familiares de esas personas? ¿A  los millones que gracias a este programa han recuperado la vista?  ¿A los millones que han sido librados de enfermedades y dolencias, sobre todo en lugares donde nunca había ido un médico?
Prestigiosas  autoridades en esta esfera, como la Organización Mundial y la Panamericana de la Salud,  han reconocido y elogiado el aporte cubano a la salud en el mundo, especialmente en los países pobres,  frente a epidemias y desastres naturales. Esa verdad está vetada en los grandes medios de comunicación al servicio de los intereses imperiales, cómplices de la mentira y de las campañas anti cubanas.
¿Pretenden  engañar al pueblo cubano, principal beneficiario de un sistema de salud donde desde hace mucho tiempo la medicina dejó de ser una mercancía y el enfermo un cliente? ¿Al pueblo donde el principal de los derechos humanos – el derecho a la vida- está al alcance de todos, sin excepción  ni discriminación  de ningún tipo?
Es evidente  el objetivo de  buscar adeptos para justificar la sucia guerra contra Cuba, para causarle dificultades a nuestro pueblo, para aplicarnos nuevas sanciones.
Para los energúmenos del gobierno yanqui, las misiones médicas cubanas en el exterior constituyen una violación de los derechos humanos. Son los mismos que santifican sus 800 bases militares en decenas de países,  sus más de un cuarto de millón de  efectivos militares en tierras foráneas, sus guerras de rapiña causantes de millones de muertos,  heridos  y desplazados, de hambrunas y enfermedades, cuyas principales víctimas son de la población civil.
Quienes pretenden denigrar  a Cuba, envían  a otros países soldados para segar vidas; Cuba envía médicos para salvarlas. Nuestros detractores, agreden a otros pueblos para dominarlos, para saquearlos, para causar hambre, miseria y enfermedades; Cuba acude a otras naciones para ayudarlas, para curar enfermedades e incluso para evitarlas.
Y de esa obra estamos orgullosos los cubanos. Orgullosos de los más de 600 mil cubanos que en los últimos 55 años han prestado sus servicios en más de 160 países. Orgullosos de que en nuestro país, bloqueado, amenazado y agredido, se hayan formado ya, de manera gratuita, más de 35 mil profesionales de la salud para 138 naciones. Y es notable el aporte de docentes  cubanos en Facultades de Medicina de varios países de distintos continentes.
Hay muchos datos que son reveladores de nuestra obra y nuestro prestigio en la salud, pero solo escojo uno: En 1916, los colaboradores cubanos en el exterior atendieron   a
127 727 352  personas, es decir,  a una población 11 veces superior a la nuestra. Y es solo uno de los 55 años de existencia de este programa.

Esta es la gran verdad sobre la cual no podrá prevalecer la mentira.


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