Al patriota cubano Emilio Núñez se dirigía José Martí cuando expresó ese sentimiento. Fue el 12 de febrero de 1888. El tema son las tareas y la posición ante la Revolución.
Pero la idea expresada tiene un motivo, en el párrafo que la antecede: “En el Cayo hay como un aquietamiento, debido sin duda a la tibieza con que Ruz habrá visto que las emigraciones no podían organizarse, como él soñó, para obrar en concierto privado con él como jefe superior de la guerra”
Se está refiriendo a Juan Fernández Ruz, quien públicamente había mostrado su inconformidad con Martí y Flor Crombet, por lo cual figuraba entre aquellos a quienes se habían acercado las autoridades españolas para impedir la unidad de los exiliados cubanos en ese lugar. Luego, ante lo infructuoso de sus pretensiones, abandonó el empeño y se fue para Europa.
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