Orlando Guevaara Núñez
Este pensamiento estuvo entre los que subrayó Fidel Castro mientras cumplía prisión en la otrora Isla de Pinos, hoy Isla de la Juventud. Está incluido en un artículo publicado en el periódico Patria el 6 de agosto de 1892, bajo el título de Las expediciones y la revolución.
Se refiere a la prudencia en lo que se habla y evitar “por dar miel a la vanidad, que se saque al público lo que ha de quedar para la almohada”. Y agrega que ya es hora de que de todo revolucionario se pueda decir lo que sobre uno de ellos dijo en La Habana un jefe de policía, y fue que: aquel era el único criollo que no se le había entregado por la boca”
Afirma, además:”La república, sin secretos. Para todos ha de ser justa, y se ha de hacer con todos; pero no llegaría al triunfo, o llegaría envenenada, la república en que, por apetito de auxiliares, prometiese en la sombra de la candidatura lo que no puede ni debe cumplir a la luz de la victoria”.
Otro pensamiento expresado en el mencionado artículo: Levantarse sobre intrigas, es levantarse sobre serpientes. Dice que a su hora y su propia majestad, irá enseñando el Partido Revolucionario sus conquistas. Y advierte que cuanta grandeza necesitamos, cuanta abnegación necesitamos, cuanta sagacidad necesitamos, tenemos.
Señala que el Partido Revolucionario no se comprometería con una invasión personal, pues ese partido nació para librar al país de lo imprevisto. Está comprometido con la obra de la nación. Afirma que “De los enemigos de la aventura está hecho el Partido Revolucionario Cubano; y no de aventureros. Lo que la Isla mande, se hará. Y pronto. Y bien. Y se está haciendo”.
Y concluye el escrito con otro aforismo subrayado por Fidel en su solitaria celda: Para la patria nos levantamos. Es un crimen levantarse sobre ella.
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