miércoles, 7 de abril de 2021

Las Comisiones del PURSC

 

.Orlando Guevara Núñez

A las puertas del 8vo. Congreso del Partido Comunista de Cuba, es mi propósito llevar a los lectores algunos pasajes sobre el proceso de reestructuración de las ORI y construcción del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba en esta parte oriental del país. Todo lo que aquí expondré, está contenido en un libro titulado Un Partido fuerte y grande, prologado por el compañero Jorge Risquet, que no llegó a publicarse por considerar la editorial a la que fue entregado que el tema no era de su prioridad. El intento inicial se circunscribió a la entonces región Cauto-Bayamo-Jiguaní; luego se sumaron otros temas.

 

En  la tarde del  30 de octubre de 1962 -aún bajo la tensión de los días “luminosos y tristes de la Crisis del Caribe” como los calificara el Che- llegó a Bayamo una comisión con una tarea nada fácil de cumplir: trabajar en la reestructuración de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI)  y la construcción del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC).

Algunos meses atrás -justamente el 26 de marzo de ese mismo año- nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro, había hecho pública una severa crítica al sectarismo, exponiendo ante el pueblo los errores y malos métodos derivados de la política egoísta, personalista, sectaria y oportunista entronizada por algunos elementos en  las ORI.

Y aquella situación, dirigida desde el aparato central, había minado a la organización hasta la base, creando un problema desfavorable para el proceso revolucionario. En tal sentido, planteó el compañero Fidel en aquella memorable intervención:

Luego, ¿qué era el Núcleo? ¿Un Núcleo de revolucionarios? El Núcleo se estaba convirtiendo en un cascarón de  revolucionarios, concededor de mercedes, que

quitaba y  ponía funcionarios, y en consecuencia no iba a ser rodeado por el prestigio que debe tener un Núcleo revolucionario, emanado única y exclusivamente por su autoridad ante las masas, como prototipo de revolucionarios, sino porque era el Núcleo el lugar donde podía recibirse un favor, una merced, un daño. Y alrededor de los Núcleos se iban creando las condiciones para formar una corte de aduladores que no tienen nada que ver con el marxismo, ni con el socialismo.

Y en la misma intervención, Fidel expuso las ideas esenciales para erradicar los errores y trabajar en la creación de un Partido fuerte y grande, cuya cantera inagotable serían las masas trabajadoras.

“Lo mejor de los trabajadores del país debe estar en ese Partido”,  puntualizó el compañero Fidel, señalando, además, que el primer requisito para ser del Núcleo, debía  consistir en ser un trabajador ejemplar, uniendo a esa cualidad las de aceptar la Revolución Socialista, la ideología de la Revolución, desear pertenecer al Núcleo, aceptar las responsabilidades que imponía ser de un Núcleo y tener una vida limpia, sin antecedentes de relaciones con la tiranía.

Con esas concepciones quedaría atrás el método estrecho y sectario de seleccionar a los integrantes de los Núcleos  y se abría una nueva etapa donde las masas, y muy especialmente los trabajadores, desempeñarían un papel decisivo en la formación de ese Partido de vanguardia.

Con esas premisas comenzamos a trabajar. Ninguno de los integrantes de la Comisión poseíamos experiencias de dirección política. Éramos todos alumnos egresados de las Escuelas Provinciales de Instrucción Revolucionaria (EIR), que radicaban en Santiago de Cuba -la Hermanos Marañón- y en Algodones, Cauto Cristo, de la Región bayamesa -la Jesús Feliú -  convertida ya para esa fecha en el Centro Provincial Antonio Maceo.

De la primera procedían los compañeros Ernesto Escobar Soto,  maestro voluntario venido desde la capital a impartir sus conocimientos en la Sierra Maestra; Martha López González,  maestra primaria, residente en El Horno de Guisa, en Bayamo; Juan Carlos Gómez González,  obrero zapatero, de Santiago de Cuba;  Onelio Ventura,  campesino de la zona de Filipinas, Guantánamo;  y José Manuel González  y Fermín Gámez,  cuyas ocupaciones y procedencia no alcanzo a precisar.

De la EIR de Algodones procedíamos Carlos Basulto,  obrero refresquero, de Puerto Padre, y yo, obrero agrícola de la Granja del Pueblo Granma, en Niquero, de la entonces Región de Manzanillo.

La totalidad de los integrantes de ese grupo éramos jóvenes y el nivel cultural, para aquellos tiempos, no era tan bajo. En mi caso, era uno de los más jóvenes, con 19 años de edad y no sobrepasaba el tercer grado de escolaridad aprobado.

En el conocimiento de la tarea encomendada, sin embargo, todos teníamos igual  “grado” aprobado, el primero, consistente en haber recibido del Partido la confianza para asumir  la importante misión.

Nos íbamos a enfrentar a un fenómeno tan complejo como el sectarismo, sin haber tenido participación en él. Estábamos, por lo tanto, despojados de todo prejuicio e imbuidos sólo por las nuevas concepciones planteadas por Fidel.

Ya en Bayamo, la Comisión se subordinó a un grupo de compañeros que desde junio de 1962 -cuatro meses antes-  habían sido designados en la Región Cauto-Bayamo-Jiguaní al frente del Partido que debía auto construirse. Eran ellos los encargados de dirigir todo el proceso que daría origen en esa importante Región al Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba. Los compañeros Eloy Concepción Pérez,  Vilma Salinas Soto,  Víctor Boronat  y Adolfo Soca,  eran los principales cuadros partidistas, ocupando Eloy el cargo de Secretario General.

En la antigua provincia de Oriente, después del discurso de Fidel el 26 de marzo de 1962, hubo un período de reorganización del aparato dirigente y en mayo de ese año comenzó el proceso de reestructuración de los Núcleos Revolucionarios Activos de las ORI  y de construcción del PURSC.

 

El 29 de agosto de 1962, dos meses antes de nuestra llegada a Bayamo, había sido presentado a las masas el primer Núcleo del PURSC en la provincia de Oriente, en la Fábrica de Puntillas Nacionalizada, en la ciudad de Santiago de Cuba. Y en septiembre creció el número de organizaciones de base en las regiones de Santiago de Cuba, Holguín y Tunas, mientras que en las demás se continuaba la tarea de seleccionar, mediante asambleas, a los obreros ejemplares.

                              

De lo anterior puede deducirse que cuando nuestra Comisión llegó a la Ciudad Monumento, ya el proceso de celebración de las asambleas de obreros ejemplares estaba adelantado. La tarea consistió entonces en desarrollar los demás pasos del proceso, a la vez que extendíamos a otros centros y futuros municipios la elección de la nueva cantera para el Partido.

Al otro día de la llegada a Bayamo, recibimos una detallada explicación sobre el trabajo que realizaríamos y todo quedó listo para que el inicio del mes de noviembre de 1962 coincidiera con el del proceso de análisis de los obreros ejemplares   e  integrantes de los núcleos de las ORI en la región bayamesa, particularmente afectada por el sectarismo.

En su intervención del 26 de marzo  de ese año, el compañero Fidel había  señalado a esta Región como un ejemplo negativo de los métodos y actitudes que era necesario erradicar. Y esa situación se reflejó con nitidez en el desarrollo del proceso de selección de los obreros ejemplares. Cuando en  ese septiembre se habían celebrado en Oriente 692 asambleas en centros de trabajo, resultando elegidos como ejemplares el 14,6 por ciento de los miembros de las ORI radicados en éstos, en la Región de Bayamo sólo ascendía a ocho de cada cien, por considerar las masas que muchos de los integrantes de esos núcleos no reunían los requisitos para militar en el PURSC.

La Región Cauto-Bayamo-Jiguaní contaba con el porciento más bajo entre las doce regiones que conformaban a Oriente en 1962.  Las restantes eran Manzanillo- Campechuela -Niquero, Tunas-Puerto Padre, Holguín-Gibara, Banes-Antilla, Mayarí -Sagua -Moa, Palma-San Luís-Contramaestre, Santiago-Cobre-Caney, Guantánamo-Songo-Yateras, Baracoa, Sierra Maestra Norte y Sierra Maestra Sur.

En Bayamo se habían cometido muchos errores, entre los cuales el divorcio con las masas era de suma gravedad. Esos errores y métodos incorrectos habían favorecido el surgimiento de algunas actitudes oportunistas e hicieron también que muchos compañeros valiosos y probadamente fieles a la Revolución, incurrieran en arbitrariedades y faltas que mermaron y minaron su prestigio y autoridad. Las posteriores discusiones demostraron que hubo quienes fueron capaces de rectificar;  los menos, mantuvieron posiciones de resentimiento y  se mostraron  incapaces de asimilar el cambio necesario.

El proceso que iniciábamos tenía como fundamento la línea de masas orientada por Fidel. Si en la etapa anterior la constitución de los Núcleos Revolucionarios Activos de las ORI había sido “de dedo”, ahora eran las propias masas las que seleccionaban a los mejores trabajadores, quienes pasaban a formar parte de la cantera del Partido, el que, por su parte,  ejercía, como lo sigue haciendo hoy, el derecho a  escoger  a los integrantes de sus filas.

En esa cantera estaban también los miembros de las ORI, fueran o no seleccionados como obreros ejemplares, pero también ellos eran sometidos al inequívoco veredicto de las masas. Se presentaba entonces un fenómeno interesante y era el hecho de que muchos obreros ejemplares no militaban en las ORI, a la vez que muchos de las ORI no resultaban ejemplares.

Al inicio hice referencia a la Comisión que llegó a Bayamo procedente de las Escuelas de Instrucción Revolucionaria. Debe precisarse, sin embargo, que los ocho recién llegados, unidos a los que estaban ya en la Región trabajando en el proceso, más otro grupo de obreros ejemplares promovidos para esa tarea, nos dividimos en varias comisiones, cada una con su radio de acción bien definido.

Todos éramos jóvenes. Al que con más edad recuerdo, tenía 31 años.  El trabajo de reestructuración de las ORI y construcción del PURSC en la Región del Cauto, comenzó con pasos firmes.

En otros territorios del país, el proceso estaba ya más avanzado. En la revista Cuba Socialista correspondiente al mes de octubre de 1962, un análisis destaca que hasta el 7 de septiembre anterior se habían desarrollado asambleas de obreros ejemplares en 3 959 fábricas y otros centros de labor, se habían elegido 26 005 trabajadores con esta categoría  y existían constituidos 33l   núcleos del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba con 2 109 militantes.

Los primeros núcleos y militantes del PURSC en la Región Cauto-Bayamo-Jiguaní, surgieron a partir de noviembre de 1962, correspondiendo al Banco Nacional de Bayamo esa primicia. Fue una de las reuniones más largas y complejas  que recuerdo, al chocar de frente la nueva línea partidista contra el sectarismo y el oportunismo.

 

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