jueves, 15 de abril de 2021

16 de abril de 1961 Ideas y fusiles en mente y puños del pueblo

 

Orlando Guevara Núñez

 

El 16 de abril de 1961, víspera de la invasión mercenaria de Playa Girón, el Comandante en Jefe Fidel Castro, en el sepelio de las víctimas del ataque aéreo a tres aeropuertos cubanos el día anterior, proclamó el carácter socialista de la Revolución.

 

No fue un hecho fortuito. La Revolución había cumplido ya su primera etapa, definida como democrático-popular, agraria y antiimperialista, y estaba lista para asumir el inicio de una fase más avanzada: la construcción del socialismo.

 

Al llegar al poder, el 1ro. de enero de 1959, comenzó a aplicarse de inmediato el Programa del Moncada, expuesto por Fidel en su alegato La historia me absolverá, el 16 de octubre de 1953. Lo primero fue desplazar al bloque burgués latifundista e instaurar el poder del pueblo, en real alianza de los obreros, los campesinos, los estudiantes, las masas populares y otros importantes sectores, encabezados, como garantía del poder, por el Ejército Rebelde.

En los primeros meses, se destruyó totalmente la maquinaria militar que había sostenido a la dictadura, unida a otros cuerpos de represión; se aplicó la justicia revolucionaria a los criminales; se confiscaron los bienes malversados a la nación; se democratizó la vida política, social y sindical; se comenzaron a aplicar leyes para la reivindicación económica  y social de las clases anteriormente explotadas, y comenzó una tenaz lucha contra el desempleo, la miseria, el analfabetismo, la insalubridad y la discriminación racial y de la mujer. Los partidos políticos corruptos y cómplices de la tiranía, desaparecieron. Los medios de comunicación pasaron también a manos del pueblo.

En el mismo año 1959, se nacionalizó la mal llamada Compañía Cubana de Teléfonos, se rebajaron los alquileres, se declararon públicas las playas hasta entonces privadas; se dictó la Ley de Reforma Agraria, se redujeron las tarifas eléctricas y se prohibió el tráfico de drogas y los juegos ilícitos. Estas medidas favorecían al pueblo, pero chocaban contra los intereses de los explotadores, apoyados desde el mismo inicio por el gobierno de los Estados Unidos. Particularmente la Reforma Agraria, atrajo hacia Cuba el odio más visceral del imperio norteamericano.

El pueblo cubano respondió preparándose en todos los frentes. Fueron creadas las Milicias Nacionales Revolucionarias, los Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, la Asociación de Jóvenes Rebeldes y otras organizaciones, y se establecieron las relaciones con la  entonces Unión Soviética.

El 6 de agosto de 1960, tuvo lugar la nacionalización de las refinerías de Petróleo, las empresas de la Electricidad y Teléfonos y 36 centrales azucareros pertenecientes a  monopolios norteamericanos. Este paso de independencia económica, tendría un decisivo respaldo el  13 de octubre de igual año, cuando se decretó la nacionalización de todos los bancos y de 383 grandes empresas económicas. Un día después, fue proclamada la Ley de Reforma Urbana.

Fueron esas las transformaciones que marcaron el cumplimiento de la primera etapa revolucionaria y crearon condiciones para entrar en un nuevo período histórico, la etapa socialista.

A ese punto se había llegado defendiendo a fuego y sangre las conquistas de la Revolución frente a  los sabotajes, las bandas mercenarias armadas y financiadas por la CIA y el gobierno yanqui, y en medio de un combate ideológico contra los enemigos internos y externos. Refiriéndose a esa lucha y al triunfo de Playa Girón, expresaría luego el Comandante en Jefe Fidel Castro: “Si  en la guerra de independencia de 1868 la división nos trajo la derrota, esta vez la unión nos dio la victoria”

Así cuando el 16 de abril fue proclamado el carácter socialista de la Revolución cubana, al decir de Raúl, se ponía el nombre a un niño que ya había nacido. Y es que la Revolución no hacía promesas, hacía cambios, los cambios que necesitaba, apoyaba y defendía el pueblo.

Aquel histórico día, expresaría Fidel: “Compañeros obreros y campesinos: esta es la revolución socialista y democrática de los humildes, con los humildes y para los humildes. Y por esta revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes, estamos dispuestos a dar la vida”.

“Lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices ¡y que hayamos hecho una Revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos! (…) ¡Y que esa Revolución socialista la defendemos con esos fusiles!, ¡y que esa Revolución socialista la defendemos con el valor con que ayer nuestros artilleros antiaéreos acribillaron a balazos a los aviones agresores!».

Y el pueblo cubano, con los fusiles en alto, no solo juró defender el socialismo, sino que, al día siguiente, salió a defenderlo en Playa Girón, y firmó con su sangre su victoria.

 

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