.Orlando Guevara Núñez
El 3 de octubre de 1965, al presentar el primer Comité Central del Partido, Fidel expresó estas palabras con vigencia para todos los tiempos. Hoy los comunistas cubanos seguimos honrando ese nombre, que para nosotros no significa otra cosa que consagración a los más puros ideales de bienestar y felicidad para nuestro pueblo.
“Y
otro acuerdo aún más importante, en lo que se refiere al nombre de nuestro
Partido. Primero fuimos ORI, en los primeros pasos de la unión de las fuerzas
revolucionarias, con sus aspectos positivos y sus aspectos negativos; después
fuimos Partido Unido de la Revolución Socialista, que significó un progreso
extraordinario, un extraordinario avance en la creación de nuestro aparato
político. Esfuerzo de tres años en que, de la cantera inagotable del pueblo, se
extrajeron incontables valores surgidos de entre las filas de nuestros
trabajadores, para llegar a ser hoy lo que somos en cantidad, pero sobre todo
lo que somos en calidad. Pero Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba
dice mucho, pero no dice todo; y Partido Unido da todavía la idea de algo que
fue necesario unir, que recuerda todavía un poco los orígenes de cada cual. Y
como entendemos que ya hemos llegado al grado tal en que de una vez por todas y
para siempre ha de desaparecer todo tipo de matiz y todo tipo de origen que
distinga a unos revolucionarios de otros, y hemos llegado ya al punto
afortunado de la historia de nuestro proceso revolucionario en que podamos
decir que solo hay un tipo de revolucionario, y puesto que es necesario que el
nombre de nuestro Partido diga no lo que fuimos ayer, sino lo que somos hoy y
lo que seremos mañana, ¿cuál es, a juicio de ustedes, el nombre que debe tener
nuestro Partido? (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Comunista!") ¿Cuál
es, compañero? ¡Un compañero de aquí! (EXCLAMACIONES DE: "¡Comunista!")
¡Los compañeros de acá! (EXCLAMACIONES DE: "¡Comunista!") ¡Los
compañeros de allá! (EXCLAMACIONES DE: "¡Comunista!") ¡Los compañeros
de allá! (EXCLAMACIONES DE: "¡Comunista!") ¡Partido Comunista de
Cuba! (EXCLAMACIONES DE: "¡Comunista, Comunista!")
Pues
ese es el nombre que, interpretando el desarrollo de nuestro Partido, de la
conciencia revolucionaria de sus miembros y de los objetivos de nuestra
Revolución, adoptó en el día de ayer nuestro primer Comité Central.
Y es
muy correcto, como explicábamos ayer a los compañeros del Comité; la palabra
comunista ha sido muy calumniada y muy detractada a lo largo de los siglos.
Comunistas hubo a lo largo de la historia, hombres de ideas comunistas, hombres
que concebían un modo de vivir distinto a la sociedad en que habían nacido, y
los que pensaron de una manera comunista en otros tiempos fueron considerados,
por ejemplo, comunistas utópicos, quienes hace 500 años, porque de una manera
idealista aspiraban a un tipo de sociedad que no era posible en aquel entonces
dado el ínfimo desarrollo de las fuerzas productivas con que contaba el hombre;
dado que al comunismo de donde partió el hombre primitivo, para vivir en una
forma de comunismo primitiva, no podrá volver el hombre sino mediante tal grado
de desarrollo de sus fuerzas productivas y tal modo de utilización de esas
fuerzas, modo social de utilización de esas fuerzas, que se puedan crear los
bienes materiales y los servicios en cantidades más que suficientes para
satisfacer las necesidades del hombre.
Y todos
los explotadores, todos los privilegiados, odiaron siempre la palabra comunista
como si fuera un crimen; anatematizaban la palabra comunista. Y por eso cuando
Marx y Engels escribieron su Manifiesto Comunista que daba origen a una nueva
teoría revolucionaria, a una interpretación científica de la sociedad humana y
de la historia humana, ellos decían "un fantasma recorre a Europa, y es el
fantasma del comunismo", porque como un fantasma, con verdadero miedo,
contemplaban las clases privilegiadas esas ideas.
Mas
las clases privilegiadas en cualquier época de la historia contemplaron siempre
con extraordinario miedo las ideas nuevas, y la sociedad romana se aterrorizó
en su época también con las ideas cristianas cuando estas ideas surgieron al
mundo, y fueron en un tiempo las ideas de los pobres y de los esclavos de
aquellos tiempos. Y por odio a esas ideas nuevas, aquella sociedad lanzó a la
hoguera y lanzó al circo a incontable número de seres humanos. Y así también,
durante la Edad Media, en la época del feudalismo, las ideas nuevas fueron
perseguidas y sus portadores calumniados y tratados de la peor forma.
Y
las ideas nuevas que surgieron con la burguesía, en medio del feudalismo, lo
mismo cuando aquellas ideas adoptaban posiciones políticas, que cuando
adoptaban posiciones filosóficas, que cuando adoptaban posiciones religiosas,
fueron cruelmente anatematizadas y perseguidas.
Siempre
las clases reaccionarias se han valido de todos los medios para anatematizar y
calumniar a las ideas nuevas. Y así, todo el papel y todos los medios de que
disponen no les alcanzan para calumniar a las ideas comunistas, como si el afán
de una sociedad en que el hombre no sea un explotador del hombre sino un
verdadero hermano del hombre, como si el sueño de una sociedad en que todos los
seres humanos sean realmente iguales de hecho y de derecho, no una simple
cláusula constitucional como rezan las constituciones burguesas, donde dicen
que todos los hombres nacen libres e iguales, como si se pudiera afirmar eso lo
mismo del niño que nace en un barrio de indigentes, en una cuna pobre, que el
niño que nace en una cuna de oro; como si se pudiera afirmar jamás que en una
sociedad de explotadores y explotados, de ricos y de pobres, que todos los
hombres nacen libres e iguales; como si todos esos hombres estuviesen llamados
a tener en la vida la misma oportunidad.
El
sueño secular del hombre —y posible hoy— de una sociedad sin explotadores ni
explotados, ha concitado el odio y el rencor de todos los explotadores.
Los
imperialistas, como si nos fuesen a ofender, o como si fuese una ofensa, hablan
del gobierno comunista de Cuba, al igual que también la palabra
"mambí" la emplearon contra nuestros libertadores como una ofensa,
así también intentan emplear la palabra "comunista" como una ofensa,
y la palabra "comunista" no es para nosotros una ofensa, sino una
honra (APLAUSOS).
Y es
la palabra que simboliza la aspiración de una gran parte de la humanidad, y por
ella hoy trabajan concretamente cientos y cientos de millones de seres humanos.
Y dentro de 100 años no habrá honra mayor, ni habrá nada más natural y lógico
que llamarse comunistas.
Hacia una sociedad
comunista nos encaminamos. Si no quieren los imperialistas caldo, pues les
daremos tres tazas de caldo (APLAUSOS). De ahora en adelante, señores de la
UPI, y de la AP, cuando nos llamen "comunistas" sepan que nos llaman
de la manera más honrosa que puedan llamarnos .
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