miércoles, 16 de noviembre de 2016

Hacia el aniversario 60 del 30 de noviembre y del 2 de diciembre Preparación del escenario para los combates decisivos



.Orlando Guevara Núñez
El año 1955, Santiago de Cuba fue escenario de diversas acciones  revolucionarias, bajo la dirección de Frank País. El 18 de abril fue asaltado el Club de Cazadores; el 23 de julio se realizó el asalto al cuartel de El Caney.
Así, con pequeñas acciones se iban preparando las condiciones para la acción  más grande. Por un lado, el acopio de armas; por el otro, el fogueo de los combatientes y la experiencia de los jefes.
El último día de 1955 fue escenario de un hecho propagandístico importante en Santiago de Cuba, cuando en la ceremonia de izaje de la bandera cubana, en el céntrico parque Céspedes, se lanzaron volantes- incluyendo bares y tabernas-  anunciando, que “En 1956 seremos libres o mártires”, como lo había anunciado Fidel desde el exilio. Igual sucedió en la céntrica  Enramadas.
. A  fines de noviembre y principios de diciembre de ese año 1955, comenzaron a crearse las direcciones municipales del  M-26-7. Crecía la organización, nuevos hombres y mujeres se incorporaban a las células del Movimiento Revolucionario 26  de julio se incrementaban las acciones y la propaganda  se esforzaba para llevar a las masas la información  y orientación necesarias.  El  año de 1956, sería decisivo en los preparativos de la insurrección armada para la liberación definitiva de Cuba.
En México, Fidel  reclutaba, organizaba, armaba  e instruía a los futuros expedicionarios. Y en ese empeño, al decidir la zona del desembarco, que sería el sur oriental cubano, programó el apoyo necesario para el momento de la llegada. Y esa misión la asumiría el joven santiaguero cuya estatura había crecido en la lucha, Frank País García.
En los meses de agosto y octubre, Frank País viaja a México, donde se entrevista con Fidel Castro. Allí se decide la acción que debe realizarse en Santiago de Cuba para  secundar el desembarco del Granma, que llegaría por algún punto de la región escogida.
Sobre la visita  de agosto, apunta William Gálvez : Aquel primer encuentro duró hasta el amanecer. El centro de las conversaciones fue el reinicio de la lucha armada en Cuba, cómo secundar la llegada de los expedicionarios con levantamiento y acciones armadas en todo el país, específicamente en Oriente, y preparar las condiciones con los obreros para convocar a  una huelga general. De lograrse todo y aunque no se  mantuvieran por mucho tiempo, el enemigo quedaría empeñado en neutralizar el movimiento interno, mientras los combatientes desembarcados llegarían a un escenario para la guerra necesaria: la Sierra Maestra. Insistieron en que, en apoyo al desembarco, el movimiento clandestino elevara al máximo su preparación y no enviara más compañeros de Oriente a entrenarse en México”.
Sobre la segunda visita del  jefe clandestino a México, apunta Renaldo Infante: “(…)  Frank acató disciplinado la decisión de Fidel y este lo designó Jefe Nacional de Acción del Movimiento Revolucionario 26 de Julio. Se precisó la posible fecha de salida, el lugar del desembarco y la forma de aviso, así como la clave del mensaje (…).
Como se conoce, Frank le planteó a Fidel la opinión de aplazar la fecha de la expedición  con el objetivo de preparar mejores condiciones en Cuba, pero el máximo jefe revolucionario le argumentó las razones que hacían inaplazable esa decisión, la salida, lo cual fue totalmente aceptado por el joven santiaguero.
A su regreso, toda la actividad del joven  revolucionario  se emplea en la preparación de esa acción. El acopio de armas, la preparación de los combatientes y el escenario de los hechos ocupan todo su quehacer.  Mientras tanto, los  jóvenes a su mando se siguen fogueando en lucha abierta contra la tiranía.
El 27 de noviembre de 1956, un telegrama, dirigido a Arturo Duque de Estrada, en San Fermín 358, en Santiago de Cuba,  contenía el texto clave: Obra pedida, agotada. Editorial Divulgación.  Era la comunicación de Fidel a Frank  de que el Granma había salido rumbo a Cuba. Quedaban  solo tres días para concretar todos los aspectos de la acción que debía tener lugar  el día 30, fecha prevista para que la expedición  llegara a Cuba.
Estábamos a las puertas de las dos grandes acciones  que marcarían un hito en la historia revolucionaria cubana. En Santiago de Cuba, el amanecer verde olivo del 30 de noviembre de 1956. En Los Cayuelos, lugar cercano a Playa Las Coloradas, Niquero, otrora provincia de Oriente, llegaría el yate Granma, con 82 expedicionarios bajo el mando de Fidel, para reiniciar la lucha armada que conduciría al triunfo revolucionario del 1ro. de enero de 1959.

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