domingo, 6 de noviembre de 2016

Santiago de Cuba, el heroísmo de su pueblo. Palabras de Luis Clergé




 .Orlando Guevara Núñez

Luis Clergé, otro de los combatientes santiagueros en la clandestinidad, se refiere a Santiago de Cuba durante la lucha contra la tiranía batistiana. Fue combatiente del 30 de noviembre de 1956 y jefe de acción para el interior de la provincia durante la Huelga de Abril de 1958.
Hay una cosa importante que ya marca para siempre la característica de la lucha en Cuba. Cuando Fidel está analizando las actividades de apoyo al futuro desembarco del Granma, en realidad donde existían las condiciones más favorables para producir  la acción de mayor importancia era en Santiago de Cuba.
“Esto es así porque desde muy temprano Frank – y ahí desempeña un papel muy importante Pepito- había vertebrado una organización revolucionaria en toda la provincia de Oriente, principalmente en Santiago de Cuba, lo que dio por resultado que al arribo del Granma en esta zona, hubiera una organización revolucionaria  aguerrida, con  cierta experiencia, con bastante preparación.
“Digo todo esto teniendo en cuenta los momentos en que estamos situados y comparándolos con otras regiones del país. Es decir, en Santiago de Cuba existían las mejores  posibilidades por cuestiones coyunturales y es también donde se había logrado conseguir mayor cantidad de armas, porque no hay que perder de vista que siempre el problema del armamento fue un factor adverso, deficitario, a lo largo de toda la lucha.

“Todo esto explica el porqué en Santiago de Cuba se había desarrollado un movimiento amplio, bastante intenso, para preparar las condiciones de una acción en grande como la que se produjo el 30 de noviembre (…)
“Esa es la virtud de Santiago de Cuba: el aporte genial de Frank y de Pepito al ingresar a Movimiento 26 de Julio (M-26-7), ya con una organización bien definida. Eso es un aspecto muy importante, y que no siempre se ha valorado en su totalidad.
“En otros lugares hubo que empezar desde cero, es decir, convertir la simpatía en organización. Aquí en Santiago no hubo que organizar nada, solo cambiar de nombre, pues se entró con una organización ya hecha que se fortaleció, ganó en experiencia y creció en número con el tiempo, con la misma práctica revolucionaria(…)

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