.Orlando
Guevara Núñez
Hace 15 minutos los relojes marcaron las 10:00 de
la mañana en Santiago de Cuba. La temperatura es fresca. Pero no hay vientos fuertes, ni la lluvia ha
llegado. Muy pocas personas transitan por las vías públicas, solo aquellas con
motivos muy justificados.
La prensa
informa que en Baracoa, provincia de Guantánamo, la lluvia, aunque no fuerte,
ha comenzado. En este hermano territorio tendrá lugar el impacto principal del
Matthew, según apreciaciones del Instituto de Meteorología. También en la costa
norte oriental ha comenzado una lluvia, por ahora no en grandes magnitudes.
Lo que está
en marcha es un verdadero huracán de solidaridad. Nadie abandonado a su suerte.
Miles de personas ya están albergadas en casas de sus vecinos. Nadie sabe, ni
pregunta, por cuanto tiempo será. En lo que se piensa es en la protección de lo
más preciado: la vida humana.
No se
escucha, como es habitual, música en los hogares. Toda la atención se concentra
en seguir los detalles sobre el huracán Matthew. El tiempo se utiliza en
puntualizar algún detalle sobre las medidas de seguridad.
En toda
Cuba, las instituciones y población
muestran su disposición de sumarse a la recuperación de los posibles daños en
el territorio oriental. Así es este pueblo, la obra más hermosa de la
Revolución cubana. Por eso somos invencibles.
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